La desobediencia solar propone enfrentarse al modelo energético vigente desde la conciencia y la acción, prescindiendo del petróleo, el gas y el uranio y apostando por un modelo democrático, independiente y ciudadano, basado en energías limpias y renovables.

“Se trata de una idea propositiva, de pura ación, de tomar cartas en el asunto, de decidir por ti mismo y por ello, no lo dudé: esa ha sido mi seña de identidad desde siempre y esta vez no iba a ser el caso contrario. En el momento que tuve conocimiento de que estábamos ante la posibilidad de plantarle cara al oligopolio energético de este país de una forma práctica y directa, nos tiramos a la piscina. Además, es una forma eficaz de compensar las emisiones de CO2”, afirma el director de contenidos de la revista EcoHabitar, Antonio Marín.

En la actualidad, la publicación apadrina una planta fotovoltaica de 20 kW en la cubierta de una nave industrial en Puçol, Valencia. El proyecto consta de 800 participaciones de 100 euros cada una, por lo que pueden participar hasta 800 personas como máximo. “Cuando esté totalmente cubierta por los ‘desobedientes solares’ que son necesarios, podremos pasar a otra planta y así, hasta que se nos acaben los tejados de todo el Estado”, enfatiza Marín.

No solo EcoHabitar apadrina plantas en España, otras entidades como Amigos de la Tierra, Equo, Som Energía y SEO, entre otras, participan de la iniciativa con el propósito de evitar que el oligopolio energético desbanque a las energías renovables.

“Estamos ante una iniciativa de puro empoderamiento, en la que pasamos de denunciar y protestar a la pura acción, a tomar partido y hacer algo práctico para cambiar un modelo energético. Hay muchas personas que se están uniendo a esta revolución y que están grabando pequeños vídeos realizados con sus teléfonos en donde explican sus motivos para adherirse a la marea solar”, comenta a Noticias Positivas.

Sobre el borrador de autoconsumo que el Ejecutivo remitió a la Comisión Nacional de Energía (CNE) la semana pasada, Marín advierte que la ciudadanía no puede deternerse ante lo que haga el Gobierno.

“El análisis es otra vuelta de tuerca contra la soberanía energética y otro empujón a la industria del oligopolio. El camino es seguir trabajando y tener ideas para frenar esta barbaridad, poniéndolas en práctica con el objetivo de disponer de una estructura energética que no esté diseñada para enriquecer a unos pocos. La desobediencia solar es pura convicción, es una creencia muy profunda que llevamos dentro de nosotros. La sensatez tiene la ventaja que el viento te pilla por atrás y te impulsa. Los otros, los del oligopolio van contra el viento y eso cansa y desgasta. La desobediencia solar ahora, más que nunca, tiene su razón de ser en cuanto a que es una respuesta revolucionaria contundente ante políticas como la que estamos viendo últimamente en este país”, destaca.

A la reforma energética aprobada en Consejo de Ministros el 12 de julio por la que se suprimían las primas a las renovables para sustituirlas por un mecanismo que garantiza una rentabilidad razonable, entre otras medidas, se ha sumado que el pasado jueves, el Gobierno aprobó un texto que, según ha explicado la directora Ecooo y coordinadora de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, Cote Romero “ignora la realidad del cambio climático y la escasez de recursos fósiles”.

Con 16 meses de retraso, el borrador ha llegado sin incluir en ningún momento la palabra “balance neto”, ha denunciado Romero, que es el procedimiento por el cual un ciudadano puede producir en su hogar la energía que necesita y utilizar la red como batería para verter la que sobra.

Para la directora de Ecooo, el texto “responde a las exigencias de Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA) cerrando la puerta la futuro de las renovables y el autoconsumo energético”.

“Le pedimos a los ciudadanos que se rebelen, que resistan, que desobedezcan. Cuando las leyes son injustas, la desobediencia se convierte en un imperativo. Los ciudadanos tenemos el poder del consumo, o del no consumo. No nos vamos a rendir”, advirtió la coordinadora Som Energia, Ana Marco durante una rueda de prensa convocada por varias cooperativas y organizaciones ciudadanas que apuestan por un nuevo modelo energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

“Imaginemos que tienes un huerto con tomates. Lo que pretende el Gobierno es que en vez de llevarte tu tomate a la boca, lo lleves a la tienda, pagues por él y vuelvas a tu casa. Eso es el ‘peaje de respaldo’”, ha explicado Pep Puig, representante de Viure de l’aire. Esa medida podría suponer en la práctica que el pequeño productor de energía que tiene una placa fotovoltaica instalada en su casa tenga que pagar unos costes fijos altos independientemente de la energía que consuma y/o produzca.

Las cooperativas de energía verde Som Energia, Zencer y Goiener y la comercializadora Enerplus han sumado fuerzas con las organizaciones que fomentan las inversiones limpias entre la ciudadanía, como Viure de l’aire y Ecooo, y Fundación Terra, una organización decana en defensa de un modelo energético limpio y democrático.

“¿Merece la pena que sigamos privatizando beneficios y socializando pérdidas también en materia energética? Sigue siendo hipotecar el futuro y nosotros queremos una nueva cultura energética”, ha explicado Ángela Iglesias, de cooperativa vasca Goiener.

 

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