Podemos contemplar que han pasado décadas desde que se inició en China la reforma estructural de la economía. Desde entonces, el desarrollo económico ha hecho inmensos progresos, habiéndose transformado profundamente la economía social, mientras la evolución de las zonas rurales y las prácticas agrícolas llamaban particularmente la atención mundial.

Pero las reformas que se realizan hoy en la anciana China constituyen una tarea de titanes y sin precedentes e, inevitablemente, los éxitos y las esperanzas que generan irán acompañados por dificultades, fricciones y problemas a veces inherentes. Sus problemas y contradicciones podrán resolverse sobre todo gracias a la sabiduría y la creatividad del propio pueblo chino.

Un elemento crucial ha sido la influencia mutua de la reforma estructural y el desarrollo económico, que han estado estrechamente vinculados y condicionan en gran medida el proceso de industrialización y de modernización de China. Anteriormente había una tendencia a considerarlos por separado.

Al pensar en reformas, generalmente no se pensaba profundamente en el contexto económico y los problemas de desarrollo que surgirían. El interés se centraba en el desarrollo, por eso las fuerzas productivas llegaban a quedar paralizadas como consecuencia de una estructura económica rígida.

Después de décadas de esfuerzo y trabajo, China fue capaz de enseñarle al mundo la profunda convicción de que la reforma es la única esperanza de lograr un desarrollo sostenido, racional y acelerado; y que la reforma estructural de la economía es la única vía correcta hacia el desarrollo económico; y entonces una vez iniciadas la reforma y la apertura al mundo exterior, el campo de visión chino se amplió para abarcar al mundo entero.

El gigante chino descartó la antigua idea de que una economía socialista es incompatible con una economía de mercado planificada y respondiendo a las leyes del mercado, adoptando el principio según el cual la economía planificada es algo primordial y la regulación del mercado algo secundario.

De ese modo surgió la teoría de que, a partir del sistema de propiedad pública, se puede instaurar una economía de mercado planificada en la que se armonicen la planificación y las leyes del mercado, creándose las bases teóricas y los modelos necesarios a la reforma estructural de la economía. Definitivamente, constituyó un eslabón esencial y ha dado un paso decisivo.

Por todo lo cual, se puede concluir que el mercado es el mecanismo externo más importante para lograr la igualdad de oportunidades, una competencia equitativa y una mayor eficacia.

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LA NUEVA ECONOMÍA CHINA

Las meditadas políticas de reformas económicas realizadas por China desde 1978 y su ingreso en la Organización Mundial del Comercio, la han convertido en un motor de las economías asiáticas. Por ejemplo, este país ha sobrepasado ya en la captación de inversiones extranjeras a América Latina, se encuentra consumiendo muchas de las materias primas de la región, lo que ha implicado un alza en el precio de las mismas que ha emergido en 2003. China se muestra como una de las grandes potencias económicas. Si continúa con su crecimiento económico, tal y como lo han hecho en los pasados 12 años, China llegaría a sobrepasar el tamaño de la economía de Estados Unidos entre 2028 y 203518.

El día 11 de diciembre del 2001 la República China, ingresó en la Organización Mundial del Comercio. Las negociaciones para su entrada fueron las más difíciles que ha enfrentado cualquier país y duraron más de una década. Esto despertó expectativas favorables para el gigante asiático que es en la actualidad; por ser el cuarto exportador mundial y el tercero como importador mundial, la República de China tardó poco más de catorce años en incorporarse a la ahora concebida OMC, su ingreso se debió en parte a las políticas comerciales implementadas en la búsqueda de un modelo de mercado distinto al promocionado por EUA y la hoy UE, además de las condiciones políticas.

Después de su entrada a la OMC, la República China está constreñida por los reglamentos y normativas de la organización, y enfrenta los nuevos desafíos que emergen de las oportunidades comerciales y la distribución mundial de sus productos. La reglamentación legal consta de 900 páginas entre los compromisos asumidos por China, se encuentra como el principal el de otorgar un trato no discriminatorio a los miembros de la OMC, toda persona jurídica que inviertan en China deben recibir un trato no menos favorable a las empresas chinas.

El acceso de China a la Organización Mundial del Comercio requirió que la antigua Dependencia del Comercio e Industria, así como sus departamentos fueran reorganizados en función de crear nuevos organismos adscritos a esa Dependencia que hiciera posible la operatividad.

ESTRATEGIA DE CHINA

Principal objetivo

Promover un sistema de comercio multilateral libre, abierto y estable; salvaguardar sus derechos y cumplir las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos y arreglos comerciales relacionados con el comercio de ámbito multilateral, regional y bilateral; además de garantizar, mantener y mejorar el acceso para sus exportaciones a mercados extranjeros.

Aspectos importantes

  • La obligación de implementar efectivamente el Acuerdo, lo que se ha complementado con revisiones integrales de sus leyes internas y la adaptación de su legislación
  • Control de precios, pues la obligación radica en la no-utilización del control para permitir la protección de las industrias domesticas, incluso a sus proveedores de servicios
  • Extinción de las prácticas duales de precios
  • Eliminación de las diferencias de precios de los productos producidos para vender en el país y los producidos para exportar
  • Permisión a todas las empresas para importar y exportar los bienes además de comercializarlo en todo el territorio aduanero
  • Limitación de los subsidios a la producción agropecuaria
  • Protección a los derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el comercio
  • Eliminación gradual de las barreras comerciales
  • Apertura de acceso al mercado de bienes extranjeros

Actualmente, China se encuentra en proceso de nuevas reformas económicas, recientemente implementó un fortalecimiento de su moneda con relación al dólar, que alcanzó un 2.1%, el yuan estaba controlado en 8.3 por dólar y por una decisión política fue ubicado en 8.11, en líneas generales en China el yuan mantiene un superávit oficial.

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Los productos elaborados en China han logrado acceder a los mercados internacionales e incrementar las tasas de crecimientos y los índices de exportaciones e importaciones, para la región asiática, al formularse la interrogante, ¿Es o puede ser el comercio un promotor de desarrollo? Todo parece indicar que no es el comercio el que genera desarrollo sino al contrario: en la medida en que los países prosperen es que podrán participar en el comercio mundial de mejor manera y beneficiarse más ampliamente del acceso a los mercados.

La imparable fortaleza de la economía china nos ha llevado a estimar un crecimiento de 10.6% del PIB . La inversión ha aumentado 30% anual en el segundo trimestre, cuando la tasa sostenible de largo plazo se ubica en 20%.

El crecimiento chino ha llamado la atención, particularmente al Banco Popular de China (BPC), que tiene sus problemas bien ubicados:

  • Exceso de crédito
  • Demasiado crecimiento de la inversión

El diagnóstico generalizado es que China necesita apreciar su moneda, el renminbi, rápidamente para controlar la expansión del crédito y revertir el sobrecalentamiento de la inversión. También para dejar de afectar negativamente al comercio exterior (incluso el Departamento del Tesoro llegó a llamar a China un país manipulador del mercado cambiario).

Dicha visión es incorrecta por varias razones:

  • Una apreciación podría, en teoría, reducir el superávit comercial de China y reducir la acumulación de reservas internacionales (la principal fuente de liquidez).
  • El monto de la apreciación necesaria para reducir significativamente el superávit chino es tan grande, que crearía una disfunción en la economía real, especialmente en el sector agrícola que provee más del 50% de la fuerza de trabajo china.
  • Una gran apreciación sería contraproducente para desacelerar la inversión, pues sólo reduciría el costo de importar metales y otros insumos, lo que a su vez sobrecalentaría más la inversión en construcción (que representa casi 60% de la inversión total en activos fijos).
  • Una pequeña apreciación no tiene impacto en el superávit comercial, sólo estimula el apetito especulativo, incrementa los flujos y dificulta al BPC contener el crecimiento del crédito.

Sin embargo, esto no significa que China no hará nada respecto al tipo de cambio. El BPC puede tomar medidas hacia una mayor flexibilidad cambiaria, pues el enfoque debe ser flexibilidad en el tipo de cambio y no apreciación de la moneda.

A la vez que crece su economía, China incrementa el comercio con los países africanos, de donde importó petróleo y otros bienes por unos $42.000 mdd33 en 2005.

Es la cuarta potencia mundial y el mayor productor de manufacturas a nivel mundial. Aunque China se ha convertido en el mayor receptor de IED entre todos los países en desarrollo, recientemente se ha producido una reanudación de las corrientes de IED a
África.