Human Rights Watch (HRW) ha publicado el informe ‘Los niños ocultos del tabaco’, que saca a la luz las pésimas condiciones laborales a que están sometidos los jóvenes que trabajan en las plantaciones de Carolina del Norte, Kentucky, Tennessee y Virginia –los estados que concentran el 90% de la producción de EEUU–. Además del riesgo de intoxicación, los menores manipulan maquinaria pesada y tienen que enfilarse en vigas sin protección alguna.

La organización critica que en estos estados se pueden estar burlando las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo; sin embargo, Washington permite trabajar a los niños al campo después de salir del colegio, pero no especifica el número de horas máximo permitido.

La BBC ofrece el testimonio de Fernando y Brando, dos hermanos de 12 y 14 años que durante tres meses trabajaron en una plantación de tabaco unas 72 horas semanales. No violaron la ley y se hicieron con más de 500 dólares a la semana. Fernando relató el agotador horario que les imponía el trabajo, y detalló las consecuencias de estar en contacto con las hojas de tabaco y los pesticidas sin apenas protección: “la mayoría de los granjeros se cubren con bolsas de basura para mantener los químicos lejos de la ropa. El primer día que trabajé me llené de productos y no me di cuenta hasta llegar a casa: sentí que mi rostro se estaba quemando”.

La investigadora de HRW, Margaret Wurth asegura que la intoxicación por el contacto con la nicotina es posible: “Muchos de los niños que entrevistamos reportan síntomas de envenenamiento agudo por nicotina: náuseas, vómitos, dolores de cabeza, mareos…”.

Después de constatar la preocupación de las compañías tabacaleras por esta situación de miseria –ya han anunciado medidas futuras para regularlo–, HRW aboga por una prohibición total e inmediata del trabajo de los menores en el campo. Entonces las tabaqueras deberían invertir en las comunidades locales para que las familias no se vieran obligadas a mandar a sus hijos en el campo.

compromisorse.com