Me viene a la memoria “La Canción del Pirata” de José de Espronceda, su lectura aún hoy nos hace soñar transportándonos a lugares lejanos y exóticos llenos de aventuras:

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín:
bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul…

La poesía de Espronceda es un canto a la libertad y la rebeldía de un personaje que vive al margen de la ley, de cualquier ley. Esta imagen fue reforzada en el siglo XX con la llegada del cine, películas como “El Capitán Blood, El Cisne Negro o La Isla del Tesoro” y más recientemente la saga de “Piratas del Caribe”, nos reflejan a unos piratas que parecen heroicos, valientes y magnánimos, pero la historia nos muestra una realidad muy distinta.

La piratería existe desde que el hombre se echó a la mar en tiempos remotos, las primeras referencias a los piratas de las que se tiene conocimiento son del siglo V a. C en la llamada costa de los piratas en el golfo pérsico, aunque también hay referencias en la China meridional y en el Mediterráneo. En el antiguo Egipto, consideraron como piratas las invasiones de los pueblos del mar y en Grecia salvando la mitología con personajes como Jasón y Ulises, tenemos a Policrates de Samos que fue acusado de piratería por Esparta. En Roma, los piratas cilicios se convirtieron en un auténtico dolor de cabeza hasta que el gran Pompeyo los derrotó, convirtiendo el Mare Nostrum en un gran lago pacifico. Durante la alta edad media los Vikingos fueron los saqueadores por excelencia en la Europa occidental, mientras que en oriente “los buitres del mar”, de origen árabe predaban sobre las rutas hacia India y China. Posteriormente en la baja edad media, en el Mediterráneo los piratas berberiscos campaban a sus anchas saqueando sus costas, mientras en el mar del Norte los “hermanos de las vituallas”, corsarios normandos que se agruparon para abastecerse de alimentos en el sitio de Estocolmo, se transformaron en piratas convirtiéndose en una gran potencia naval de la zona.

Tras este breve resumen de la historia de la piratería y dejando de lado todos los que vendrán en siglos posteriores, cuando la edad media declina en el cruce renacentista aparece nuestro protagonista, pero antes de continuar querría explicar ciertas diferencias.

Habitualmente la palabra pirata engloba a todo el conjunto de personas que cometen acciones ilegitimas en el mar, pero no todos son iguales:

Los piratas:   La voz pirata viene del latín (pirāta) y este del griego “peiratés” (bandido), derivado de “peirân” (intentar, aventurarse).  Son bandidos sin patria ni bandera, movidos únicamente por el lucro personal, situados siempre fuera del sistema de cualquier gobierno, en cualquier época.

Los corsarios:  Corso viene del latín “cursus” que significa carrera. Eran justo lo contrario, armadores y patrones de barco contratados al servicio de un rey, un estado o un señor para ocasionar las mayores pérdidas que pudieran a sus enemigos, para ello se les concedía la patente de corso, documento que les acreditaba estar al servicio del señor o estado. En la realidad una fina línea separaba a los corsarios de los piratas, pudiendo estar a un lado o al otro dependiendo de las circunstancias.

Los bucaneros: la palabra viene del francés “boucanier”, eran aventureros europeos, en su mayoría franceses, que se establecieron en la parte occidental de la isla La Española, hoy Haití, abandonada por España y que se dedicaban a cazar vacas y cerdos salvajes (animales escapados de las granjas) comerciando con su piel y su carne ahumándola en un “boucan”, parrilla de madera; no reconociendo a ninguna autoridad, se unieron a los piratas al ser expulsados de la isla.

Los filibusteros: eran piratas que no se alejaban de la costa haciendo piratería de cabotaje saqueando las poblaciones costeras y pequeñas embarcaciones, la palabra filibustero viene del francés “ flibustier”.

En España tendemos a pensar que siempre fuimos víctimas de los corsarios y piratas, pero lo cierto es que no solo padecimos la piratería, sino que también la promovimos e incluso la alentamos como forma de control y defensa de nuestros enemigos a lo largo de la historia. No solo hubo corsarios al servicio de la corona, también piratas que actuaron por su cuenta, filibusteros que iban a la vez contra los intereses del imperio y a favor según les convenía y hasta piratas ingleses que se cambiaron de bando y pasaron al servicio de España.

Nuestro personaje nació en el ocaso de la edad media a principios de 1.378,  en Valladolid o sus alrededores: Pero Niño, (Pero es una variante de Pedro), Conde de Buelna, señor de Cigales y de Valverde.

Hijo de Juan Niño y de Inés Lasso, su familia aunque noble había venido a menos al apoyar a Pedro I “el cruel” o “el Justo” en su enfrentamiento con su hermanastro Enrique II de Trastámara, que tras asesinarlo se convertirá en el nuevo Rey de Castilla. En el momento de su nacimiento reina en Castilla el hijo de Enrique II, Juan I casado con Leonor de Aragón, que tuvieron como primogénito a Enrique III llamado “el Doliente”.

Juan II y su madre la reina Juana Manuel de Villena, buscaban entre la nobleza un ama de crianza para amamantar al príncipe, fijándose en Inés Laso, pero tanto ella como su marido en un principio se negaron: “no hera aquel ofiçio para persona de grand linaje, como ellos eran”, huyendo a Aragón a donde el Rey mando a buscarlos concediéndoles la villa de Cigales (infantado de Valladolid), más las de Berzosa y Fuente Bureba (en la Merindad burgalesa de La Bureba), además de un privilegio que todo noble ambicionaba, el poder criar a su primogénito como compañero de juegos del Príncipe convirtiéndose en su hermano de leche, de esta manera Pero, entro a formar parte del sequito del príncipe a quien acompaño hasta los diez años, se les asignó como Ayo encargado de su educación a Ruy López Dávalos, Condestable de Castilla. En 1.393 encontramos a un adolescente Pero Niño empuñando las armas por vez primera en el asedio a Gijón, último episodio de los enfrentamientos de la nobleza durante la minoría de edad de Enrique III, destacándose por su valor y fuerza. Posteriormente se traslada a Sevilla donde su fama sigue agrandándose al destacar en los juegos de cañas, torneos y toros tanto a pie como a caballo, así como al cortar de un tajo una gruesa maroma que atravesaba el Guadalquivir y que estuvo a punto de hacer zozobrar la nave del Rey. En 1.396 todavía tutorado por Dávalos le encontramos en Viseu (Portugal), hasta donde las tropas castellanas habían penetrado tras la toma de Badajoz por Portugal al no pagar Castilla la indemnización impuesta tras la derrota de Aljubarrota.

Joao I de Portugal apoyado por el Arzobispo de Santiago cruza el río Miño en 1.398 con un poderoso ejército y cerca Tuy y Pontevedra tomándolas, tras esta victoria portuguesa hubo una tregua de seis meses y al finalizar esta los portugueses decidieron atacar la plaza de Alcántara. Castilla respondió enviando a Ruy López Dávalos con refuerzos con lo que el enemigo levanto el sitio, aquí vemos a un Pero Niño que combina la acción militar con la lúdica en el ideal del caballero medieval. La amistad que le unía a López Dávalos quedo patente al casarse con doña Constanza de Guevara hermana de la mujer del Condestable, Gutierre Díaz dice que este matrimonio “fue fecho por trato de amores” de esta unión nacería su hijo Pedro, aunque la felicidad no duraría mucho al fallecer Constanza cuatro o cinco años después.

En torno a 1.401 entró al servicio de Niño como Alférez, Gutierre Díez de Games, personaje importante ya que se convertiría en su biógrafo al escribir el “Victorial” crónica caballeresca en la que se recogen en Pero Niño todos los valores de la caballería medieval, explicando que su héroe nunca fue vencido, de ahí el título de la obra. El comercio de Castilla estaba en auge, haciéndose cada vez más presente tanto en el área mediterránea como en la europea, los corsarios además de  berberiscos, curiosamente eran castellanos al servicio de la corona de Aragón y del Papa de Aviñón y, algo más sorprendente, de nobles que solo miraban por sus propios intereses incidiendo sobre el comercio de Castilla, causando graves pérdidas.

Para contrarrestar la situación el Rey Enrique decide luchar contra el corso en secreto utilizando su misma táctica, para ello elige a un hombre de su entera confianza, su amigo de la infancia Pero Niño, le suministra dos galeras y una nao y sabiendo de su inexperiencia en el mar le rodea de dos expertos marinos: “un cavallero antiguo, que llamavan micer Nicoloso Bonel, ginovés, muy sabidor de mar e buen marinero (…) e a Juan Bueno, cómitre de Sevilla”. Le ordena el máximo secreto para la misión y parten de Sevilla a primeros de 1.404 hacia la desembocadura del Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda, una vez en el Atlántico giran en dirección a Cádiz, haciendo noche en Tarifa donde son recibidos por los moros con “adiafas” (regalos) al estar en tregua con Castilla.

En el mediterráneo las naves se separan, la nao navega a su ritmo en mar abierto y las galeras haciendo cabotaje (sin perder la costa de vista), tras salir de una espesa niebla se encuentran frente a Málaga, en donde también son recibidos con obsequios, teniendo la oportunidad de desembarcar y conocer la ciudad, continúan hacía Cartagena en donde Niño decide establecer su base y cambia de objetivo, en vez de dirigirse hacia el norte lo hará hacia el sur, a las costas de Berbería, tras una aguada en las cuevas de Alcocébar y un pequeña escaramuza con jinetes berberiscos y sin encontrar naves moras regresan a Cartagena. Aquí le llegan noticias de que el corsario castellano al servicio de la corona de Aragón, Juan de Castrillo, navegaba en conserva junto con el corsario mallorquín Arnau Aymar, quien tenía carta de seguro (patente) de Martín de Sicilia, hijo del Rey aragonés; zarpa de Cartagena tras ellos llegando hasta Marsella, en donde se habían refugiado bajo la protección del Papa Benedicto XIII, su intervención evita la entrada de Pero Niño para capturar a los dos corsarios que aprovechan la noche de San Juan para abandonar el puerto mientras Pero Niño se encontraba en una fiesta invitado por el Papa.

Al enterarse de la huida parte raudo tras los corsarios haciendo un alto en “Capraia”, prosiguiendo hasta “Alguer” plaza aragonesa en donde su Capitán negocia con Niño que deje a los corsarios por el beneficio que hacen en defensa de estos puestos lejanos informándole de paso de que en “Orestán” hay una nave sevillana apresada por corsarios, hacia allí pone rumbo a sus galeras, entra en el puerto y toma la nave sevillana enviándola a Cartagena, esta acción tuvo como consecuencia un grave conflicto diplomático con la corona de Aragón.

Tras estos episodios Niño decide volver a poner rumbo sur dirigiéndose a Túnez, le habían llegado noticias de que se estaban armando naves para atacar a los cristianos, durante diez días rondan por los alrededores hasta que una noche de luna clara decide atacar el puerto, tras apresar una galera en el exterior del puerto de Túnez, se disponen a abordar una gran galeaza que había en el interior pero el ruido de la batalla alerta a los marineros de una carraca genovesa que da la voz de alarma, la galera en la que va Niño embiste a la tunecina saltando este a la nave enemiga quedándose solo al separarse ambas naves, entabla una lucha cuerpo a cuerpo con los defensores e increíblemente hace retroceder a los musulmanes capturando incluso al arráez (capitán) aunque resulta herido en una pierna, al regreso de la galera castellana le socorren sus hombres e intentan llevarse la galera tunecina pero en ese momento llegan más refuerzos moros y la abandonan tras saquearla saliendo del puerto, continúan navegando por la costa y tras capturar un cárabo (pequeña embarcación de remos y vela propia del norte de África) regresan a Cartagena, desembarcan a los prisioneros enviándoselos al Rey y reparte el botín, disponiéndose a reparar las naves avituallándolas y restableciendo armas para sus ballesteros.

Zarpan de nuevo rumbo a Orán, pero esta vez no son tres naves sino cinco ya que han incorporado una galeota castellana de Cartagena y otra que ha alquilado a los aragoneses, en el camino se cruzaron con la nave de Joan Ripoll de Mallorca, que transportaba mercancías pertenecientes a comerciantes judíos, entonces, transformándose en pirata, decide quedarse con la mercancía al ser esta de judíos y por tanto infieles, aunque no con el barco respetando las leyes entre ambos reinos. Continúan hasta las islas Habibas en donde fondean a la espera de naves enemigas, pero como estas no aparecen deciden atacar un “Aduar” o poblado de tiendas al ser este un objetivo fácil, envía a un grupo expedicionario que no consigue encontrar el poblado, esto que parece un fracaso en realidad ha sido un golpe de suerte ya que tras capturar a un moro les informa que el Aduar que buscaban había sido tomado por el Jeque “Muley ben Agí ”, que contaba con 1.500 jinetes. Niño al saber que el Jeque no se encontraba en su campamento decide atacarlo y saquearlo, desembarcan y cogen ganado de los beduinos de la zona que les plantan cara en defensa de sus rebaños, los castellanos toman la iniciativa y tras hacer una ofensiva avistan el campamento de Muley ben Agí saqueándolo y llevándose un gran botín. Alertados los hombres del Jeque se disponen a dar batalla a los castellanos, Niño organiza la retirada a los barcos y establece la defensa tras unas peñas ante la llegada de la caballería de Muley, soporta el ataque de los moros haciendo constantes relevos de hombres pero los moros terminan rodeándolos, entonces Niño viendo la situación desesperada de sus hombres deja las galeras desamparadas: “é dejó las galeras solas encomendadas á Dios”, y socorre a los suyos derrotando a los hombres del Jeque y abandonando el lugar: “Estonce mando el Capitán recoger la bandera, é toda la gente”.

Continuó saqueando la costa hasta llegar a Orán y esperando la noche, atacó la ciudad: “Llegaron las galeras ante la villa de Orán : alli anocheció á las galeras. En la mayor parte de la noche non cesaron las galeras de lanzar truenos en la villa, que está cabe la mar , é viratones con alquitrán. El ruido é los gritos eran grandes en la villa del daño que facían”.

Después de Orán atacan Mazalquivir intentando capturar una galera que estaba varada, refugiándose finalmente en las cuevas de Alcocébar, viendo que el agua escaseaba, deciden volver a tierra para hacer aguada en unas cuevas donde había un manantial, estas estaban bien defendidas por los moros, de manera que organizo a sus hombres y mientras unos iban a por agua otros les defendían de los ataques resultando heridos la mayoría, reabastecidos de agua vuelven a la mar, un fuerte temporal les hizo refugiarse en las islas Alhavinas, hicieron varios intentos de salir a la mar pero tuvieron que volver a refugio de las islas, el Capitán formo el consejo y se decidió volver a Castilla en cuanto se pudiera, raciono los víveres y el agua siendo él, el primero para dar ejemplo: “Asi quel Capitán non bebia si non un gobelete bien pequeño , uno de vino é otro de agua al yantar, é al tanto á la cena”, tras veinte días de temporal este amaina vuelven a tierra para hacer aguada regresando a Cartagena, en donde entran como héroes recibidos con gran alegría y fiestas, pagó su parte a las galeras cartaginesa y aragonesa, repartió el botín con sus hombres enviando a los esclavos y la parte del Rey a Sevilla, en esto un emisario del Rey le entrega una carta que le ordenaba volver a Sevilla con sus galeras y tras dejarlas se reuniera con él donde estuviera.

Zarpan de Cartagena encontrándose en el camino con una galeota de Aragón cargada de esclavos y mercancías, aborda la nave y se apodera de la carga, pero otra vez vuelve a dejar libre el navío continuando rumbo a Cádiz, al llegar Niño desembarca cada vez más enfermo, la herida recibida en Túnez en su pierna no se cura, cuando por fin llega a Sevilla los cirujanos que le atienden quieren cortarle la pierna a lo que él se niega: “Si la ora es llegada en que yo devo morir, sea fecho en mí lo que a Dios plaze. Ca el cavallero, mejor le es morir con todos sus miembros juntos, segund Dios se los dio, que non bivir lastimado e menguado, e verse e non ser para bien ninguno..”,  él mismo se aplica un hierro candente atravesando la herida, cauterizando la misma y empieza a recobrar la salud día a día, por fin recuperado se reunió con Enrique III en Segovia.

Al finalizar este periplo, Pero Niño se ha convertido en un docto navegante adaptándose rápidamente al nuevo medio marino demostrando una gran capacidad de aprendizaje, pero manteniendo en el mar todos los valores ideales de la caballería. Poco tiempo estuvo Niño en la corte aunque si el suficiente para destacar en el torneo celebrado en Tordesillas en honor al nacimiento del Príncipe Juan, futuro Juan II de Castilla. Una embajada del rey de Francia “Charles VI ” (Carlos VI), llegó solicitando a Enrique III, ayuda contra “Henry V ” (Enrique V) de Inglaterra, el rey castellano no deja pasar una oportunidad única de hacer frente a los corsarios ingleses que atacaban constantemente  a los mercantes castellanos que comerciaban con Flandes en su ruta a través del Canal de la Mancha, así como las costas y ciudades del norte. Ordena armar una flota en Sevilla y envía a Niño a Santander para tomar el mando de tres galeras. Desde Santander Niño parte en dirección a “La Rochelle” (la Rochela), haciendo escala en Laredo, Castro Urdiales y Pasajes, y tras una complicada travesía alcanza su destino.

Cuando llega lleva a cabo una audaz acción contra Burdeos ciudad bajo dominio inglés, remontando el estuario de Gironda, saquearon Burdeos quemaron palacios y casas y destruyeron las galeras que allí había ante la imposibilidad de llevárselas, regresando de inmediato a La Rochela, aquí se encuentra con el caballero francés “Charles de Savoisy” (Carlos de Saboya), que cumplía una pena de destierro por dos años y había armado dos galeras para luchar contra los ingleses, Savoisy se ofrece a ir con él teniéndole como su Capitán decidiendo ambos atacar las costas de Inglaterra: “E Mosen Charles era tan cortés Caballero , que siempre le plogo de guardar capitanía á Pero Niño : é dixole , que él mandase acender faron en su galera á costumbre de Capitán de mar , é quél le seguirla asi como las otras sus galeras”. (Mosén es un título que se daba por aquel entonces a las personas de elevada categoría social, pero de segundo nivel).

Zarparon de la Rochela rumbo a Brest donde se encontraron con el resto de la flota castellana compuesta por naos, al mando de Martin Ruiz de Avendaño, la orden del Rey era de operar agrupadas las naos y las galeras pero tras reunirse los capitanes no se ponen de acuerdo ante la dificultad de operar juntas ambos tipos de naves. Niño y Savoisy partieron rumbo a la costa inglesa, una tormenta se les hecho encima dispersando las galeras que tuvieron que volver cada una como pudo a Francia. Tras reparar las naves y esperar a que mejorara el tiempo, vuelven a zarpar en dirección a Inglaterra llegando esta vez sin problemas a la costa de “Cornwall (Cornualles), saquearon una población llamada “Chita” (Saint Ives) y su puerto capturando dos galeras que abastecieron de marineros enviándolas a Francia. Al pasar por delante de Falmouth, Niño propone atacarla mientras Savoisy se opone, como discrepaban, ambos capitanes desistieron del ataque continuando hasta Plymouth, se acercan a la ciudad pero las defensas de esta los mantienen a distancia y se retiran eludiendo entrar en el puerto, continúan costeando hasta la isla de Portland, saqueándola, siguieron merodeando por la costa y asaltando las villas que encuentran a su paso, teniendo noticias de que en un lugar llamado “Pola” (Pool), se refugiaba un corsario de nombre “Arripay” (Harry Paye), que atacaba las costas y los barcos castellanos y toman la decisión de ir a por él.

Desembarcaron sus hombres cerca de Pool atacando la localidad por tierra, los ingleses hacen una defensa cerrada y casi consiguen desbordar a los castellanos, una vez más Niño viendo la situación de sus hombres se pone a la cabeza, enarbola su bandera y los arenga, estos al ver a su Capitán tomar la iniciativa redoblan el esfuerzo rompiendo la línea inglesa consiguiendo una gran victoria; quemaron la ciudad salvo una gran casa que era de Harry Paye, en donde encontraron gran cantidad de aparejos marineros y armas que el corsario ingles tenía almacenadas, el Capitán ordeno que no saquearan para que su gente se mantuviera firme ya que los ingleses se estaban reorganizando y ordeno el regreso a las galeras, los ingleses dieron alcance a los castellanos en la playa entablándose una dura lucha que los hizo retroceder, en ese momento Niño ya había embarcado, bajó de nuevo a tierra y ordeno a su Alférez avanzar el estandarte, una vez más castellanos y franceses  viendo aquello avanzaron con bravura poniendo en fuga a los ingleses, rápidamente embarcaron todos regresando a la mar. Después de curar a los heridos, acordaron en consejo volver a Francia ante la llegada del invierno, pero antes Niño quiso llegar a Londres y hacia allá pusieron rumbo aunque no llegaron, Gutierre Diez, nos describe la ciudad diciendo que está a dos leguas del mar frente a la isla de “Duy” (Wight),  pero está equivocado, seguramente la ciudad que le enseñaron sea Southampton, es posible que los capitanes y pilotos les engañaran previendo la dificultad de llegar a la capital y así regresar a Francia, de todas formas hacen un pequeño desembarco teniendo una escaramuza con los ingleses en Wight, y por fin Pero Niño decide poner rumbo a Francia.

Atracaron en el puerto de “Araflor” (Harfleur), en donde se volvió a encontrar con Martin Ruiz de Avendaño, el capitán de la escuadra castellana, las diferencias entre los dos se agudizan seguramente porque dentro de la ayuda a la monarquía francesa, la misión de Pero Niño era claramente ofensiva distinguiéndola de la Avendaño que era proteger el tráfico mercante y las costas, aunque debían colaborar no hubo ningún entendimiento entre ambos capitanes. Niño acordó con Savoisy volver a Inglaterra, zarparon pero ante el mal tiempo tuvieron que regresar a puerto decidiendo entonces remontar el Sena e invernar en “Roan” (Ruan). Cerca de Ruan vivía un viejo señor que había sido Almirante de Francia y Chambelán del Rey, “Arnao de Tria” (Renaud de Trie), y en su vejez disfrutaba de un lujoso retiro, habiendo oído hablar de nuestro héroe quiso conocerle invitándole a pasar tres días en su señorío de “Girafontayna” (Sérifontaine), allí Niño conoció también a su joven mujer “Janeta de Belangas” (Jeanne de Bellengues), de gran belleza, según nos cuenta Gutierre Díez: “ca todas las vertudes que los enamorados verdaderos pusieron que en el amiga debe aver , todas las avia en aquella Señora muy cumplidamente , fermosa , é buena, é joven , e muy placentera , gentil, é alegre , é deseada ; é allende de esto era muy rica , é de grand seso”.

Nada más conocerse se gustan, pero ella es casada y él tiene una misión que cumplir, pero su estancia en “Girafontayna” fue lo más placentero de su viaje, trascurridos los tres días, como las galeras estaban faltas de reparaciones y el dinero se acababa, Niño se dirigió a París para solicitar al Rey el mantenimiento de las galeras tal como estaba acordado entre los dos reinos, estando el Rey Carlos enfermo de locura se reunió con el Consejo para exigir dicho mantenimiento, tras conseguir el cumplimiento del acuerdo, su estancia en París se desarrolló entre torneos y justas de las que volvió a salir vencedor, llegando a justar hasta con dos caballeros a la vez. De regreso a Ruan, Jeanne acaba de enviudar, al no poder comprometerse a causa del luto de ella y de las obligaciones militares de él, ambos se dan un plazo de dos años para formalizar el compromiso.

Partió de Ruan descendiendo el Sena hasta Harfleur en donde se reunió de nuevo con Savoisy, uniéndose a sus naves tres balleneres franceses bien armados, (balleneres = balleneras, barcos ligeros de casco bajo y sin cubierta a vela y remo).

La pequeña flotilla se interna en el “Canal de Flandes” (Canal de la Mancha), poniendo proa al noroeste al suponer que la costa de Cornualles debido a las incursiones del año pasado estaría en alerta, con fuerte viento del sur pasaron entre “Calés” (Calais) y “Dobla” (Dover) ambas posesiones inglesas, navegaron hasta cerca de “Oriola” (Orwell), disponiéndose a atacarla pero una nueva tormenta los empuja de nuevo hacia Flandes y otra más a la altura de los bancos de Flandes los aleja definitivamente, decidiendo entonces fondear en el puerto de “La Esclusa” (Sluis), desde aquí Niño fue a la ciudad de Brujas en donde había muchos comerciantes castellanos, en Brujas se abasteció de paños y armas, cuando regreso a La Esclusa llegaron cuatro naves portuguesas que Savoisy quiso tomar por ser aliados de Inglaterra, los portugueses pidieron ayuda a Niño ya que Portugal y Castilla estaban en tregua, el castellano intercedió ante el francés por su amistad y Savoisy accedió aun en contra de su voluntad.

Volvieron a intentar atacar Calais pero la plaza bien amurallada y fuertemente defendida con bombardas, los mantuvo alejados de ella, finalmente desistieron del ataque poniendo rumbo de nuevo a Inglaterra, en su camino se encontraron con una flota de naves redondas (naos, urcas y balleneres) al mando de Harry Paye, que por falta de viento estaban agrupados, reunidos los capitanes, Niño, siempre audaz, quería atacarlos aprovechando la calma pero Savoisy lo desaconsejaba argumentando el mayor número del enemigo y que el viento podía volver en cualquier momento, prevaleció el criterio del castellano lanzándose contra las naves inglesas pero estas prevenidas les reciben lanzándoles saetas, dardos y piedras, los castellanos responden arrojándoles viratones con alquitrán y estopa encendida contra las velas, en esto el volvió a soplar el viento viéndose la nave de Niño enganchada a otra inglesa y rodeada de naves enemigas, en ese momento un ballenere francés acudió en su auxilio embistiendo la nave inglesa desenganchando ambos navíos, pero el combate no ceja y es la galera del Capitán la que tiene que ir en auxilio de otro de los balleneres, viéndose en desventaja se retiran buscando refugio en Gravelinas, aquí hay una guarnición castellana que se prepara para darles cobertura reuniéndose con ellos para enfrentarse a los ingleses, pero ahora son estos los que no se acercan retirándose hacia Inglaterra. Salieron de Gravelinas y fueron costeando hasta el puerto de “Crotey” (Le Crotoy), en donde se avituallaron permaneciendo por culpa del mal tiempo un mes, Savoisy había gastado todo en el mantenimiento de sus galeras y hombres y estos le van abandonando de manera que cuando el tiempo mejora no puede seguir a Niño, sus aventuras juntos han llegado a su fin y se despiden ambos capitanes, ambos amigos.

Partió Niño con su flotilla siguiendo la costa de Normandía cuando una mañana a la altura del cabo Caux, apareció una pequeña flota de seis balleneres normandos al mando de los hermanos “Guillóme é Jaques Buxieres”, (Libuxieres) una vez identificados como aliados se unen a la castellana acordando ir a Bretaña por si había navíos ingleses, allí le proponen atacar la isla de “Jarsey” (Jersey), pero la isla está fuertemente defendida por lo que tendrán que reclutar hombres en Bretaña, entonces Pero Niño hace un llamamiento a la gente de armas:  “Señores Caballeros é Gentiles Omes , bien sabedes como yo soy enviado de mi señor el Rey de Castilla en ayuda de la Corona de Francia d facer guerra d los Ingleses : é otrosi como yo pasé en este año pasado en Inglaterra , é plogo d Dios de nos dar a mí é a mis gentes vitoria contra ellos en algunos lugares donde con nosotros pelearon, e ¿fueron desbaratados , é ovimos siempre lo mejor dellos. E agora yo he corrido é andado toda la su costa , también la costa de Cornualla como parte de Veralnorte, é fallo la gente toda levantada venidos á guardar la costa: asi que avia menester grand flota é mucha gente para defender en la costa, é tomar la tierra. Las naves, que todos sabedes que el Rey de Castilla envió , non me quieren ayudar é yo non he si non tres galeras, é estos nobles omes de Ñormandia que les place de me ayudar, é que andan en mi compañía por servir al Rey de Francia. Ruego vos, Caballeros é Gentiles omes que aqui estades, que vos plega que nos juntemos vosotros é yo, é pasemos en la isla de Jarsey, é que hayamos con los Caballeros é la gente que en la isla son una buena jornada”.

Ante el prestigio ganado por el Capitán el año anterior a lo largo de la costa francesa su llamamiento es acogido con entusiasmo enrolándose para la empresa soldados de toda clase como ballesteros y arqueros, además de   caballeros como “Etor de Pomhprianes” (Héctor de Pontbriand), en total unos 2.000 hombres y para transportarlos aparejaron y armaron 120 naves que se dedicaban a transportar sal, zarpando rumbo a Jersey.

Niño toma tierra y dispone a sus ballesteros y arqueros en dos alas de 60 hombres parapetados tras sus paveses (empavesada: línea de escudos que protegían al ballestero mientras recargaba), y protegidos por lanceros, en medio situó un hombre de su confianza con una bandera de señales, más atrás a unos 40 pasos de distancia (alcance de los arcos ingleses), colocó el resto de hombres bien armados con el mar a su espalda poniéndose él a la cabeza con su bandera, enfrente los ingleses sitúan a unos 3.000 hombres de infantería entre los que se encuentran sus famosos arqueros, más unos 300 de a caballo. El primer envite fue de los ingleses que lanzaron su caballería contra las líneas franco-castellanas tratando de rodearlas, pero la defensa bien ordenada de estos les obligaron a retroceder, Niño ordenó el avance sin perder la formación forzando el ataque de la infantería ligera inglesa que chocó contra la empavesada, esta se mantuvo tan firme que desbarato a los ingleses que salieron huyendo siendo perseguidos por los castellanos, avanzó entonces la infantería pesada inglesa atravesando las desordenadas filas de la primera línea directa al grueso de tropas franco-castellanas respondiendo el Capitán de la misma forma entablándose un combate tan duro que Gutierre Diez escribe: “La pelea era tan fuerte, é la priesa tanta, que el que mejor iba tenia asaz trabajo: é tan buenos eran de amas partes, é tan á voluntad lo avian , que si non por un seso que Pero Niño tomó, en poca de hora se acabáran todos unos á otros, que muy pocos quedáran vivos”.

En el fragor de la batalla Niño vio que aunque habían caído varios estandartes, todavía hondeaba la Cruz de San Jorge, el emblema inglés. Llamó a Etor de Pombrianes y a los hombres que le guardaban y juntos (unos 50) salieron de la batalla rodeándola hasta llegar al grupo que guardaba el estandarte enemigo, la lucha fue feroz ya que se enfrentaban lo mejor de ambos bandos, pero “Receveur” el Capitán ingles termina cayendo y Niño se apodera del pendón, las tropas inglesas viendo caído su estandarte pierden la confianza y comienzan a huir abandonando las armas en el campo de batalla, la lucha había sido tan dura que tanto franceses como castellanos estaban tan agotados que desistieron de perseguirlos. Reunido el consejo Niño propuso tomar la isla pero a través de los prisioneros supieron que la defendían cinco castillos para lo que necesitarían más armas de asedio y más hombres, al fin los caballeros normandos y bretones le pudieron convencer ya que no disponían de los hombres y medios suficientes, además del peligro de ser atacados por la armada inglesa que estaba fondeada en Plymouth, finalmente se decide tomar la villa mayor, al acercarse a ella una representación de la misma salió a negociar pidiendo clemencia al Capitán que accedió a cambio de un pago de diez mil coronas que repartió entre sus soldados, entre tanto la gente de los barcos había saqueado ganados, casas, armas y tomado rehenes, una vez todos embarcados pusieron rumbo a Brest en donde se repartieron el botín separándose.

En Brest, recibe la orden de Enrique III de regresar a Castilla, envía un emisario al Rey de Francia y a los Duques despidiéndose ante la llamada de su Rey. El viaje de vuelta no fue un paseo, sortearon diversas tormentas que les pusieron en peligro estando a punto de embarrancar en Mont Saint Michel, de donde tuvieron que sacar los barcos a fuerza de brazos, de  camino se encontraron con una embajada francesa que iba a Castilla, compuesta por “Mosen Robin de Bracamente” (Bracamonte) y el Obispo de “Sanflo”, pidiéndole navegar junto a él hasta tocar tierra castellana, el mar no lo puso fácil, las borrascas no cejaban, pero al fin consiguen refugiarse en el puerto de Pasajes donde esperan a que mejore el tiempo para partir a Santander. Nada más atracar en Santander recibe un emisario de Enrique III ordenándole reunirse con él, Niño despidió a sus hombres y partió al encuentro del Rey. Aquí se termina la relación de Pero Niño con la mar y sus acciones corsarias, durante dos años ha tenido en jaque a aragoneses, berberiscos e ingleses pagándoles con su misma moneda y aunque no se ha convertido en un consumado marino, el buen consejo de sus capitanes, su audacia y valor unido a su concepto del honor y lealtad a la misión encomendada por su Rey, le han hecho salir bienaventurado de las distintas situaciones  amparado en su patente de corso ante los enemigos de Castilla y Francia, a la vez distinguimos al caballero medieval victorioso en justas y torneos, enamorando a una noble dama, agasajado por sus anfitriones así como vitoreado en los puertos al regreso de sus razias. Esta dualidad caballero-corsario le identifica y le hace singular.

Tras partir de Santander pasó primero por su casa en Valladolid, reuniéndose con el Rey en Madrid, Enrique III, le recibe a lo grande nombrándole Caballero: “Pero Niño, yo quiero que seades Caballero luego agora”. Pero como no podía ser de otra forma en un siglo tan convulso para Castilla, el reino Nazarí de Granada invade Murcia rompiendo la tregua pactada con Castilla y el Rey necesitado de dinero para la campaña se traslada a Toledo donde convoca Cortes para solicitárselo, una vez conseguido comienza a preparar la futura campaña, pero su salud, siempre muy frágil, había ido debilitándose cada vez más y sintiéndose morir redacta su testamento declarando heredero al trono a su hijo Juan de año y medio, muriendo el 25 de diciembre de 1.406, a los 27 años.

Enrique había dispuesto en su testamento que la regencia durante la minoría de edad de su hijo Juan II, fuera compartida entre su mujer la Reina, Catalina de Lancáster y su hermano el Infante Fernando de Antequera (llamado así tras la conquista de dicha ciudad), pero las diferencias entre ambos no tardaron en aparecer alentadas por la nobleza, por lo que dividieron su zona de influencia en dos, correspondiéndole a Fernando la parte sur de Castilla hasta la frontera con el reino de Granada, esto le permitió reanudar la guerra con dicho reino. Catalina y Fernando quisieron enviar a Pero Niño a la corte francesa como embajador, pero él apeló a los regentes que seria más útil al Rey acompañando al Infante en la campaña contra Granada. Participó en la reconquista de Zahara, Priego, Setenil y Ronda, en este último sitio se distinguió en su lucha en el puente en donde rota la lanza se defendió con la espada rodeado de moros que le descabalgan al matar a su caballo, Niño siguió peleando a pie hasta que un paje pudo acercarle otro caballo y volver con los castellanos, la espada que uso este día se la envió a su amada Jeanne de Bellengues: “E non venia menos golpado el Caballero que el caballo, si non que le valían las buenas armas; mas traíalas bien abolladas en muchos lugares, é la su espada toda mellada, é sacados grandes pedazos della, é la espiga torcida de los grandes golpes que avia fecho con ella, é toda bañada en sangre. Esta espada envió él después á Francia, con otras joyas, por un Doncel á Madama la Almíralla”.

La campaña culmina con la conquista de Antequera, y Niño obtiene por su actuación una de las capitanías de la guardia del Rey, este cargo le imposibilita volver a Francia para cumplir su acuerdo con Jeanne de Bellengues, por lo que decide romper su compromiso con ella: “por lo qual non se le fizo ir á Francia, é envio’se despedir de Madama la Almiralla, por quanto él non podia ir allá , é era grand razón que tan grand Señora non estoviese so tal fucia como fasta alli avia estado, segund los tratos que vos he contado de suso”.

El Infante Fernando, de vuelta a Valladolid organiza unas fiestas y justas a donde acuden su tía la Reina de Navarra, los embajadores de Francia y muchos caballeros, entre ellos nuestro protagonista que como no puede ser de otra manera destaca sobre todos, un día justando con un gran caballero del Infante, su lance fue visto y defendido por doña Beatriz de Portugal. Beatriz era hija del Infante don Juan de Portugal hijo del Rey don Pedro y de Inés de Castro, que tras haber matado a su mujer María Téllez acusada injustamente de traición se refugia en Castilla, en donde el Rey Juan I, no solo lo acoge sino que lo casa con su hermana natural doña Constanza con la que tiene dos hijas María y Beatriz. Beatriz había quedado tras morir su padre bajo la tutela del Infante que tenía planes de boda para ella con su hijo Enrique ya que había posibilidades de heredar ambos reinos, también Martin I de Aragón llamado “el Humano” la pretendió pero Fernando desechó el matrimonio, tras esto Beatriz decidió casarse solo con quien ella quisiera.

Enterado Pero Niño del comentario de Beatriz tras su lance, comienza a  cortejarla enviándole donceles con mensajes, un día ella sale a cabalgar y Niño que la esperaba le sale al paso declarándole su amor, tras escucharle Beatriz le dijo que lo pensaría, a partir de este momento Niño vuelca todos sus esfuerzos en casarse con Beatriz pidiéndole ayuda a su amigo y hermanastro de Beatriz, Fernando de Portugal. Fernando toma parte por Pero y habla con su hermana que finalmente accede, casándose ambos en secreto ante las consecuencias que esperaban por parte del regente. Fernando de Antequera no reconoció el matrimonio ya que tenía otros planes para Beatriz, interrogo a ambos cónyuges por separado encontrándose con la negativa de ambos a acatar sus deseos, los emisarios del Infante se encuentran con un bravo caballero que desafiante les dice que Fernando no es su señor: “é dixo que el Infante non era su Señor; é que si mal le queria, é algunos avia en su casa que les desploguiese por lo quél avia fecho, é dixesen quél avia errado, é quisiesen tomar aquella requesta, que escogiesen dos dellos quales el Infante é ellos quisiesen, é que él los combatiría ante el Rey su señor, é ante la Reyna, é el Infante, é Doña Beatriz su esposa”.

Pero Niño se encontraba con la Reina Catalina en Magaz, acompañando a Juan II, como Capitán de la guardia del Rey, Fernando lo manda arrestar exigiendo a Catalina que se lo entregara, la Reina ante el temor de que el Infante intrigara en la corte y le quitara la custodia de Juan II no se atreve a continuar protegiéndolo, entonces Niño huye, primero hacia Palenzuela y más tarde a Bayona, Beatriz en cambio quedara confinada en Ureña, lugar donde su marido la visito cuatro o cinco veces en secreto durante el año y medio que duró el confinamiento de una y el exilio del otro. Tanto la Reina madre como los nobles afines a ella terminaron convenciendo al Infante de que era mejor tener al caballero con él a que este se fuera a servir a otros reinos, por fin Fernando accede reconciliándose con nuestro héroe que puede regresar a Castilla recuperando a Beatriz con quien se casa oficialmente en Cigales, también recupera su antiguo puesto como Capitán de la guardia del Rey.

La muerte sin descendencia de Martin I de Aragón, creo un problema sucesorio en este reino al optar al trono seis pretendientes, uno de dichos pretendientes era Fernando de Antequera, como hijo de la hermana de Martin, Leonor de Aragón, tras dos años de interregno (periodo sin Rey), se llega a una solución en 1.412 en el llamado “el Compromiso de Caspe”, en donde se nombra Rey de Aragón a Fernando I.

Formando parte del sequito que acompaña a la Infanta María de Castilla a Valencia, en donde iba a casarse con su primo hermano el príncipe Alfonso, futuro Alfonso V de Aragón, llamado “el Magnánimo”, encontramos a Pero Niño, a quien Fernando I, a su regreso a Castilla le hace entrega de Valverde y Talaban prometiéndole concederle otros honores más adelante, pero el Rey murió el 2 de abril de 1.416 quedando todo lo prometido en el aire.

Mientras las intrigas en la corte castellana se agudizan, la regencia de Juan II durante el resto de su minoría de edad es tomada por el Infante Enrique, hijo de Fernando I y primo del Rey, acusando a la Reina Catalina de Lancaster de favorecer a Inglaterra y tras la muerte de esta el 1 de junio de 1.418, se efectúa el matrimonio de Juan II, concertado con su prima hermana la infanta María de Aragón, casándose en Medina del campo el 2 de octubre de ese mismo año, proclamando la mayoría de edad de Juan II en las Cortes reunidas en Madrid un año más tarde. Una vez afianzando el poder de los Infantes de Aragón en Castilla, estos junto con otros nobles y el Papa Benedicto XIII (el Papa Luna), inician una conspiración para contrarrestar el poder de Sancho de Rojas y de Juan Hurtado de Mendoza cuyo protagonismo en el entorno del Rey va en aumento: “que bien sabia como Juan Furtado de Mendoza era muy, cerca del Rey, é estaba siempre dentro en su casa; é que, por el grand poder que tenia”.

La conjura termina con la retención del Rey, en la que a Niño, aún al servicio del Infante, se le ordena arrestar a Juan Hurtado:  “E Pero Niño respondió, que pues por el Infante, é por los Señores que ende estaban era asi acordado, é por quanto era asi servicio del Rey, é pro del Reyno, que le placia de lo facer, é ser con ellos en esta razón mas que le jurasen que cumplía asi á servicio del Rey”. Aunque Gutierre Díaz intenta justificar la acción de su señor, lo cierto es que Niño acaba tomando partido quizás obligado por las circunstancias lo que tendrá consecuencias más tarde. Una vez el Rey en manos de los infantes estos le otorgan la tenencia del estratégico alcázar de Segovia a Pero Niño.

Trasladado el Rey primero a Ávila y posteriormente a Talavera para pasar el invierno, aprovecha una partida de caza para escapar ayudado por don Álvaro de Luna, refugiándose en el castillo de Montalbán, Niño que lo acompaña insiste en su fidelidad a Juan II, pero este le reclama la devolución del el alcázar de Segovia, a lo que accede nuestro Capitán: “entendiendo que era servicio del Rey , e ayudaría é servirla aviendolo menester; mas que todavía entregarla el castillo”, mientras el Infante es detenido y llevado al castillo de Mora, perdido el favor del Rey nuestro héroe se retira al castillo de Montánchez durante un año teniendo que partir finalmente por segunda vez al exilio en Aragón, acabando en Valencia. Nuestro protagonista termina por regresar a Castilla aunque sin permiso del Rey, pero el Condestable Álvaro de Luna necesitado de hombres como Pero Niño le allana el camino reconciliándole con Juan II, finalmente el “Tratado de la Torre de Araciel” supone la liberación y  recuperación de bienes del Infante don Enrique y el perdón para los exiliados. Celebró Juan II Cortes en Valladolid junto con el Rey de Navarra y el Infante don Enrique, celebrando fiestas, justas y torneos, en donde Niño a sus cincuenta años participa destacadamente junto al Rey divinizado,  rodeado de los doce apóstoles: “Pero Niño fué uno de los. doce Caballeros que eran fechos en memoria de los doce Apostóles, é avia nombre Sant Pablo”.

Los episodios convulsos de esta época en Castilla le llevan junto al Rey y al Condestable ante la invasión de Castilla por parte de los Reyes de Navarra y Aragón; en un lance en Atienza don Álvaro de Luna le llamara “Conde de Alba”: “E andando el Condestable rigiendo su batalla topó otra vez con Pero Niño, é le llamó Conde de Alva en alta voz en manera que todos lo oyeron”. La respuesta castellana no se hizo esperar penetrando en Aragón tomando Ariza y Cetina que fue incendiada, tras estos hechos se llegó a una tregua de cinco años. Pero como el Infante don Enrique estaba en Alburquerque, Juan II, envía al Condestable contra él, Niño que le acompaña toma Montánchez, lugar que le había servido de refugio anteriormente. Reanudada la guerra contra Granada, Pero Niño participa en la batalla de la Higueruela a cargo de las guardas del Rey, resaltando el curioso echo que la víspera de la batalla Juan II le nombra Conde de Buelna, Gutierre Diez lo reseña brevemente en el Victorial: “Pero Niño en aquella sazón era yá CONDE , que lo avía fecho el Rey el dia de ante que cuidaron aver la batalla”. Por fin Niño ha conseguido el reconocimiento que ansiaba, la Crónica de Juan II dedica todo un capítulo a la concesión del condado a Pero Niño: “En este año en el real sobre Granada, fizo el Rey Conde a Pero Niño, señor de Cigales e de Valverde, el cual fuera buen caballero, e fuera criado e doncel del Rey don Enrique, padre del Rey, e en este tiempo aprobara muy bien en fechos de caballería, así por tierra en las guerras que el Rey don Enrrique hobiera, como por la mar, donde andoviera con ciertas galeras por su mandado…”. En el nombramiento hay que destacar la influencia y mediación del Condestable don Álvaro de luna ante el Rey.

En el capítulo XII el Victorial, nos habla de la familia del Conde, de los hijos que tuvo con Beatriz, “Don Pero Niño ovo en la Condesa Doña Beatriz su muger, los quales fueron estos : Don Juan , é Don Enrique 1 : fijas Doña Costanza , é Doña Inés, é Doña Maria, é Doña Leonor”, fijándose sobre todo en su primogénito, Juan Niño o Juan de Portugal, tras su fallecimiento, Enrique pasa a ser su único heredero universal, pero a la muerte también de su segundo hijo su objetivo será buscar un buen casamiento para sus hijas, o como en el caso de doña Inés, que ingresa en un convento siguiendo el destino de los hijos segundones y que acabó como superiora del convento de Santa Clara de Valladolid, doña María casó con el mariscal García González de Herrera, señor de Pedraza y doña Leonor, por su parte, casó con Diego López de Stúñiga, hijo del mariscal don Íñigo de Stúñiga y de doña Juana de Navarra (hija natural del rey Carlos III), doña Constanza que era la hermana mayor debió de fallecer antes de 1.435 ya que no es nombrada en el primer testamento de su padre. Juan II es apresado nuevamente por una facción de nobles en Tordesillas y tras su fuga Niño sale a su encuentro a su paso por Dueñas, poniéndose de nuevo él y toda su casa a su servicio, terminando sus días de combate en el sitio de Peñafiel.

Termina el Victorial con la muerte de Beatriz ocurrida en noviembre de 1.446, dejando a nuestro protagonista muy afectado, sin decirnos más que lucho por mar y por tierra saliendo siempre victorioso. Lo cierto es que Niño se volvió a casar por tercera vez con Juana Stúñiga sin tener sucesión con ella, su muerte acaeció a los 75 años en Cigales el 17 de enero de 1.453, siendo enterrado en el coro de la iglesia de Santiago de este municipio.

Pero Niño Lasso, termino sus días apaciblemente tras una apasionante vida llena de aventuras en las que fue :… Hermano de leche de un Rey, su Doncel, Soldado, Capitán de Mar y Tierra, Corsario, Caballero, Señor de Cigales y Valverde y Conde de Buelna, llegando a protagonizar hechos que narrados por su fiel Gutierre Díez de Gámez, parecen estar a caballo entre la verdad y la ficción, un relato tan apasionante que aún hoy día al leerlo nos traslada a una época en donde el valor, el honor, la lealtad y el amor regían como el “Ideal de los caballeros”.