Como ella nos pidió, “esta es una película pequeña que únicamente se hará grande por el boca a boca”, aquí va mi granito de arena.

¡NO OS LA PERDÁIS, OS LA RECOMIENDO!. Disfrutaréis y seguro que después os plantearéis cuestiones para hacer de este mundo un lugar mejor y más igualitario.

Me gustó muchísimo su sencillez y naturalidad, sus pequeños toques de realismo mágico, y la fuerza y capacidad de transmitir los sentimientos y carga emocional de las situaciones a través de las miradas y pequeños gestos o palabras. Y todo ello gracias a la gran expresividad de su actriz principal Daniella Valenciano, todo un descubrimiento, y un elenco en estado de gracia donde destaca el hecho de que muchos de los actores son los propios habitantes de las Comunidades de Costa Rica donde se rodó la película.

Pero también me entristece como refleja lo poco y despacio que se avanza en la libertad de las mujeres para expresarnos sin miedo y decidir por nosotras mismas. Aún sin violencia física, sigue persistiendo mucho de eso que se ha dado por llamar micromachismo por parte de los hombres y de las propias mujeres, ya sea por conveniencia o por costumbre.

Se trata de una película muy interesante para visionados educativos en temas de género, y también desde el punto de vista artístico.

Me atrevo a decir que después de verla igual…….., hasta os cortáis el pelo. Yo salí con ganas de hacerlo porque como dice Antonella en una entrevista, “los patrones están para cortarlos”.