Es profesor de Geografía e Historia y de Lengua Castellana y Literatura en un colegio de Oviedo. Desde mayo de 2018 es miembro de los Embajadores por la Paz en el mundo de Paris-Francia&Ginebra-Suiza por España cuya presidenta es Gabrielle Simons, de la Unión Hispanolatinoamericana de Escritores (UHE) dirigida por Carlos Hugo Garrido Chalén, de la Red Internacional de Escritores por la Tierra (RIET) y de REMES. Asímismo es Cónsul de Asturias por el Movimiento por la Paz en el Mundo desde 2020. Reciéntemente ha sido galardonado con el Premio Águila de Oro,2021, la Unión Hispanomundial de Escritores (UHE), a la excelencia cultural

Miguel Esteban- ¿Qué cosas se ponen en juego a la hora de elegir la extensión y la forma de cada nuevo proyecto?

Benedicto Cuervo Álvarez- La verdad es que cuando inicio un nuevo poemario, en un principio no sé, exactamente, el número de páginas que pueda contener. Como me comentó, ya hace unos cuantos años, mi amigo el poeta peruano Carlos Hugo Garrido Chalén, miembro honorífico y fundador de la Unión Hispanomundial de Escritores (UHE) cuando le pedí que me hiciese el prólogo a mi segundo poemario titulado: “ Blanco sobre negro”, me comentó que procurase no excederme en el número de poemas para conseguir un poemario muy voluminoso pues podría cansar al lector. Lo ideal es que el poemario no supere los cuarenta o cincuenta poemas ni las ciento cuarenta páginas. Procuro, desde entonces, ajustarme a esos parámetros aunque, a veces, me excedo un poco.

P- ¿Sigue usted confiando en la potencia de la poesía para contar ciertas  historias? ¿Por qué?

R- Sí, por supuesto. Me encanta la historia y los primeros hechos históricos más o menos fiables los escribieron los griegos en verso. El ejemplo más claro lo tenemos en la Ilíada de Homero. Si te gusta indagar en la Historia no tienes más remedio que recurrir algunas veces a historias versadas aunque muchas de ellas sean un tanto fantásticas. En cuanto a los temas de que trato en mis poemas en algunos casos recurro al pasado clásico para lamentarme de su casi desaparición en el mundo actual. De ahí que escribiese, hace unos dos años, “Últimos versos para Sofía” precisamente para reflejar la importancia del saber y cultura greco-latina y la escasa estima con la que cuenta la cultura clásica en un mundo tan consumista y robotizado.

Opino como Blas de Otero que la poesía es un arma cargada de futuro pero en vez de tirar balas, como hace cualquier arma,  mejor que tiren rosas o claveles y que a través de ella podemos sensibilizar a la gente sobre los problemas existentes en su entorno o en otras regiones del mundo. Los versos pueden llegar a sensibilizar a muchas personas, a animarlas a que no está todo perdido o a que pasen un rato agradable viendo que todavía estamos a tiempo de transformar muchas cosas que no se están realizando bien a través de la educación y la cultura. Pienso que la poesía sirve para dos cosas. La primera, para que la gente se entere de la realidad existente con sus problemas, sus limitaciones y carencias pero también, y esta sería la segunda,  contemplar la belleza humana y de la naturaleza junto con la esperanza de un futuro mejor y más próspero si nosotros somos capaces de rectificar a tiempo y hacer las cosas mucho mejor. Hay serios proyectos en este sentido que espero se lleven a cabo en las próximas décadas con responsabilidad y acierto.

P- ¿Tiene  componentes  autobiográficos  su poesía?

R- Por supuesto. En cada uno de mis poemarios (de momento llevo publicados ocho) siempre aparece algún poema que refleja mi propia vida desde que era un niño hasta el presente. Además, en mis poemas reflejo mi propia filosofía y forma de ver la vida desde cierto pesimismo debido a la falta de solidaridad, hambre, explotación infantil, indiferencia, guerras, injusticias sociales…, pero dejando, al final, un atisbo de esperanza. Una luz muy tenue que se cuela por un resquicio de la puerta o ventana de una casa o una flor que crece por entre los escombros de edificios en ruinas por los bombardeos.

P- ¿Cree que la suya es una  poesía  síntoma?

R- En cierto sentido sí, si se entiende no desde dentro del ámbito de la salud o del sicoanálisis sino como una señal o indicio de algo que está sucediendo o que va a suceder en cualquier momento. Mis poemarios son realistas pues buscan reflejar la realidad existente en España y en otros países del mundo para que el lector se dé cuenta de los innumerables problemas que padecen todos los países a nivel mundial, sean éstos ricos o pobres.

P- ¿Está  con algún nuevo proyecto que  nos pueda contar?

R-  Sí. En los últimos años he intensificado mí creación poética al mismo tiempo que leo poesías de poetas clásicos (Jorge Manrique, Quevedo, Gustavo Adolfo Bécquer, Rubén Darío, Federico García Lorca, Antonio Machado, Miguez Hernández…) o actuales (Blas de Otero, Ángel González, Ernesto Cardenal, Mario Benedetti, Galeano, Brines, Carlos Hugo Garrido Chalén, Luis Alberto Ambroggio, Juan Cameron, Robert Pinsky, Juan Colón, Ramón Saba, Alfred Asís, María del Carmen Aranda, Juan Francisco Santana …). Como dijo el ilustrado y liberal Goya a sus ochenta años “aún aprendo”. Yo sigo aprendiendo de mucha gente del pueblo todos los días y a través de libros e internet para, posteriormente, poder desarrollar mi trabajo “intelectual” de la mejor forma posible buscando esos minutos de felicidad mientras escribo un poema o realizo un artículo crítico sobre un tema de actualidad para Otro mundo es posible o alguna que otra revista literaria. Considero que no podemos quedar de brazos cruzados o mirar para otro lado cuando a tu lado se está cometiendo alguna injusticia o no se atiende adecuadamente a las personas como ocurrió al inicio de esta terrible pandemia de coronavirus.

En estos momentos acabo de terminar un nuevo poemario (que llevaré a registrar como derecho de autor dentro de unos días) titulado: “Luchando por la vida”. A través de sus sesenta poemas, divididos en dos partes, escribo de cuestiones diversas pero casi todas tienen un hilo común como es el reflejar, a través de mis versos, la vida cotidiana de las personas “sin voz” que trabaja y lucha para mantenerse en pie. En la segunda parte de “Luchando por la vida”, el tema es monotemático pues aunque se divide en veintinueve poemas todos ellos tienen en común el horror de la pandemia del coronavirus.

Por otra parte, la editorial madrileña Adarve se ha comprometido en publicar después del verano un libro de historia que me llevó un año largo el finalizado que se titula: “Los orígenes de la Historia. El Neolítico” que no voy a detallar más para no alargar excesivamente la respuesta.

P- Tiene usted una vida extraordinaria, ¿se podría decir eso?

R- No, mi vida no es en absoluto extraordinaria ni pretendo que lo sea. Pienso que soy una persona normal que me he hecho a mí mismo día a día con bastante paciencia y tesón. Me gustan las cosas sencillas, naturales sin demasiados adornos. Me conformo con lo que tengo y busco la felicidad en las pequeñas cosas que puedo encontrar a diario en mi entorno.

P- ¿Cómo fueron  sus comienzos en la  poesía?.

R- Podría decir que ya desde joven me interesó la poesía y comencé a hacer algún que otro escrito lírico y algún cuento. Lo recuerdo con cariño y nostalgia. Es una pena que mis primeros poemas se hayan perdido en algún cajón del salón de la casa de mis padres y que solo recuerde que trataban sobre la naturaleza y poco más. Muchos años después volví a retomar mi afición por la poesía y ya comencé a escribir en serio y a publicar mis primeros poemarios con prólogos de importantes poetas españoles y latinoamericanos por lo que les estoy muy agradecido como son: el poeta chileno Juan Cameron y Alfred Asís, los poetas dominicanos Ramón Saba y Juan Colón e incluso poetas de la ANLE (Academia Norteamericana de Literatura Española) y de la ANLMI (Academia Norteamericana de Literatura Moderna Internacional) como son los poetas Luis Alberto Ambroggio y María del Carmen Aranda o el presidente fundador de la Unión Hispanomundial de Escritores (UHE) Carlos Hugo Garrido Chalén.

P- ¿Cómo está ambientado  su lugar de trabajo?

R- La verdad es que bastante bien. El colegio en el que trabajo que es el Colegio Santo Domingo de Oviedo-Fundación Educativa Santo Domingo (FESD) desde hace ya muchos años está/amos promocionando la lectura de escritores consagrados y otros no tanto pero no solo eso sino que hacemos partícipes a todos los alumnos a que sean creativos y escriban poemas o cuentos. En este sentido es de destacar la gran labor que viene realizando la Jefa del Departamento de Lengua Castellana y Literatura y actual Directora General del Centro, Sara Bárcena, a través de su proyecto digital “La Caja de Pandora”.

Hace apenas unas semanas el Colegio propuso una serie de proyectos creativos literarios en la Semana del Día del Libro y es increíble el interés y ganas que pusieron los alumnos hasta el punto que adornaron la entrada del colegio y las paredes de los pasillos con folios de colores pintados por ellos y con un poema de su propia creación. ¡!!Fue algo impresionante!!!.

Además, a principios de curso dos de nuestras alumnas de 2º Curso de la ESO consiguieron el “Primer premio de poesía Alfred Asís, 2020”, premio internacional de poesía organizado desde Chile por el eminente poeta chileno que lleva el nombre del premio. La otra alumna consiguió el “Primer premio de narrativa corta, Ciudad de Córdoba”. Por lo tanto, como les digo con bastante frecuencia a mis alumnos, lo importante es que os guste la creación literaria y participar en algún que otro concurso literario que os interese y que seáis felices realizando vuestro trabajo, si además conseguimos algún premio pues estupendo.

P- ¿Existe un horario propicio para ponerse  a componer y escribir  o cualquier  momento del día es ideal?

R- En mi caso no tengo un horario fijo o determinado para ponerme a escribir un poema. Depende de la inspiración que me puede llegar pues tomando un café en la terraza de un bar o una cafetería y, entonces, cojo una servilleta de papel y en ella voy escribiendo mis versos hasta terminar el poema que realizo de un tirón en poco tiempo. En otros casos puedo estar escuchando el informativo por la radio y si la noticia es impactante y me produce fuertes reacciones internas pues me levanto de la cama (aunque sea a las dos de la mañana) cojo un papel y un bolígrafo y escribo un poema sobre el tema que me ha impactado de una forma especial (caso del poema que hace referencia a dos marginados muertos en una furgoneta a las afueras de Madrid por el escape de gas de una bombona mientras se calentaban).

P- ¿Cómo surgió la idea de su  último  libro ?

RMi último poemario que acabo de terminar hace unos días y que, por tanto, está sin publicar se titula: “Luchando por la vida” y me inspiré para realizarlo en lo que estamos padeciendo todos los españoles y toda la humanidad por esta terrible pandemia que es el coronavirus. A través de los sesenta poemas de los que se compone el poemario trato de reflejar la crudeza de la pandemia, los millones de muertos, la desolación de la gente, la impotencia, la falta de medios para combatirla, el enclaustramiento, la falta de libertad para movernos o tomar un café con unos amigos…

Si os parece, para concluir esta entrevista lo haré con unos versos de mi último poemario “Luchando por la vida”:

CAJAS DE PINO

Miles de cajas de pino

esperaban, en grandes superficies,

a que los cadáveres se tumbasen

en el vientre abierto del ataúd….

 

Ninguna persona estaba

esperando los cadáveres,

ni siquiera algún familiar

estaba esperando

en esas enormes superficies

frías, sin color ni alma.

 

Todo se hacía rápido

para no perder ni un solo minuto,

ni siquiera daba tiempo

para una súplica, una oración

o una breve reflexión…

 

Miguel Esteban Torreblanca