La pesca de arrastre de profundidad daña las profundidades marinas y destruye todo a su paso; ecosistemas que han tardado años en formase quedan esquilmados. Sin embargo, esta pesca tan nociva ha recibido en 15 años 142 millones de euros, una media de nueve millones y medio por año.

Galicia y País Vasco son los principales puertos nacionales de desembarque de las especies de profundidad. Greenpeace pretende con esta acción llamar la atención del Gobierno español y de la Comisión Europea para que dejen de subvencionar a estos 107 barcos de arrastre de profundidad que solo producen el 0,95% del empleo. La organización ecologista apela asimismo a las Administraciones para que apoyen la pesca artesanal, un arte sostenible con el medio ambiente que produce el 28,35% de los puestos de trabajo.

Las anteriores reformas de la Política Pesquera Común (PPC) han sido un fracaso que han llevado a que el 77% de los stocks pesqueros se encuentren sobreexplotados. La políticas pesqueras hasta ahora han estado dominadas por los intereses de la flota de altura y gran altura. España recibió en los últimos años 2.600 millones de euros que se han destinado a las flotas de gran altura, en perjuicio de la pesca artesanal. Para el periodo de 2007 a 2013 nuestro país ha sido beneficiado por el 44% de la ayudas europeas, lo que suma 4.300 millones de euros.

 

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