Además, la organización ecologista ha calificado el anuncio del Gobierno nipón de llevar a cabo un nuevo “plan básico de descontaminación” para Fukushima y su gran área metropolitana como inadecuado y que llega demasiado tarde.
Los pasados días 17, 18 y 19 de agosto, un equipo de expertos en protección radiológica de Greenpeace tomaron muestras en un centro escolar que acoge niños desde preescolar hasta niveles superiores, así como varias áreas públicas en la ciudad de Fukushima.
La tasa de dosis máxima aceptada internacionalmente es de 1 mili Sievert al año (1 mSv/año) para adultos y es aún menor para niños. El equipo encontró tasas de dosis de hasta 1,5 µSv/h (microSievert/hora) a un metro desde el nivel del suelo en una escuela a pesar de que ésta había sido descontaminada por las autoridades, lo que equivale a 13,14 mSv/año. También detectó tasas de dosis de hasta 2 µSv/h (lo que equivale a 17,52 mSv/año) a un metro desde el suelo en un parque del centro de la ciudad. Todo ello demostraba que los esfuerzos oficiales de “descontaminación” no habían sido suficientes para proteger la salud de los niños.
“No se puede forzar a los padres a elegir entre dar educación y exponer a sus hijos a altos niveles de radiación”, ha manifestado Kazue Suzuki, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace Japón. “El tan esperado ‘plan de limpieza’ ofrece demasiado poco y además llega demasiado tarde. El Primer Ministro debe retrasar el inicio del curso escolar, trasladar inmediatamente a los habitantes de zonas altamente contaminadas y movilizar los miles de trabajadores que sean necesarios para conseguir que los niveles de radiación bajen todo lo posible por debajo de 1 mSv/año”, añadió Suzuki.
El equipo de Greenpeace descubrió que mientras las dosis medias permanecían por encima del límite internacional de 1 mSv/año en muchos lugares descontaminados por las autoridades oficiales, los niveles de radiación habían disminuido en sitios donde las comunidades locales habían llevado a cabo labores adicionales de descontaminación.
“Encontramos un notable descenso de los niveles de radiación en una guardería en Fukushima city, pero esto fue gracias a los esfuerzos de descontaminación llevados a cabo por las comunidades locales y las ONG”, ha manifestado Jan Vande Putte, experto en radiación de Greenpeace Internacional. “Esto demuestra que es posible disminuir los niveles de exposición a la radiación para los niños, pero mientras no se haga es necesario impedir desde este mismo momento que se expongan innecesariamente a este riesgo radiológico”.
“Además de tomar medidas reales y eficaces para proteger la salud y el bienestar de la población afectada por el desastre nuclear de Fukushima, el nuevo Primer Ministro japonés debe mostrar su absoluto compromiso con un futuro de energía renovable por el que luchó el Primer Ministro Naoto Kan y trabajar para conseguir un rápido abandono de la energía nuclear en Japón”, ha concluido Suzuki. “El pueblo japonés no aceptará menos”.
No Comment