Aunque la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó al gobierno guatemalteco que aportara los recursos necesarios para garantizar a esa población la alimentación, seguridad, salud y vivienda, ha pasado más de un año y el gobierno no ha cumplido con ninguna de esas medidas.
Las familias campesinas que trabajaban la tierra cultivando maíz, frijol y otros alimentos, ahora padecen hambre. El presidente de la república se comprometió a adjudicar tierras a las familias afectadas, pero hasta ahora sólo les ha ofrecido tierras pantanosas no aptas para cultivos ni viviendas.
Los campesinos y campesinas del Valle del Polochic no quieren bolsas de alimentos, ni fertilizantes. Sólo quieren que les devuelvan las tierras en las que han vivido y cultivado sus alimentos durante generaciones.
Este caso en Guatemala es un ejemplo claro de acaparamiento de tierras, una tendencia cada vez más extendida que, bajo la apariencia de inversión en agricultura, da lugar a desalojos, engaños, violaciones de los derechos humanos y destrucción de las formas de vida de comunidades vulnerables que dependen de la tierra para subsistir.
Firmando esta petición, denunciamos un caso claro de acaparamiento de tierras y apoyamos la demanda de estas 769 familias campesinas reclamando al gobierno de Otto F. Pérez Molina que cumpla su compromiso y les devuelva las tierras para que puedan vivir dignamente.
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