Me acuñé como moneda extraña
en un país que no conocía,
el oro de mis labios
fui la desconocida y la descendencia de mi propia
carne.
Conocí las tablas de la ley
las fisuras de su luz amarga;
vi el sol hirviendo en las bocas de los niños
leí bajo sus párpados inmóviles
el testamento de la espada
vi las palomas volviendo del frío
el óxido, la anteluz, la herrumbre y sus certezas,
el mismo presagio,
la cera sagrada descendiendo por muslos desnudos.
Vi las estaciones de la sangre.
Alejandría y sus hijos ardiendo entre los libros.

“Yo soy Hipatia” – dije
y los cuchillos escucharon mi nombre.

“Yo soy Hipatia”
y mis palabras se quebraron en su carne.

En pie ante las manos que traían la muerte.
En pie ante sus ojos de luz endurecida.
Entré como animal profundo en los escalones de la
noche
para brotar en brazos de la lluvia.

Y estoy aquí de nuevo, Indomable, Soberana.

Soy Hipatia.

En mi mano derecha la rama dorada.
En mi mano izquierda la dignidad del mundo.

 

Mi sono coniata come una strana moneta
in un Paese che non conoscevo,
l’oro delle mie labbra
ero la sconosciuta e la discendenza della mia stessa
carne.
Ho conosciuto le tavole della legge
le fessure della sua luce amara;
ho visto il sole ribollire nelle bocche dei bambini,
leggevo sotto le loro palpebre immobili
il testamento della spada,
ho visto i piccioni tornare dal freddo,
l’ossido, l’anteluce, la ruggine e le loro certezze,
lo stesso presagio,
la cera sacra scendeva sulle cosce nude.
Ho visto le stagioni del sangue.
Alessandria e i suoi figli bruciare tra i libri.

“Io sono Ipazia” – ho detto
e i coltelli hanno sentito il mio nome.

“Io sono Ipazia”
e le mie parole furono rotte nella loro carne.

In piedi davanti alle mani che hanno portato la
morte.
In piedi davanti ai loro occhi di luce indurita.

Sono entrata come un animale profondo sui gradini
della notte
a germogliare tra le braccia della pioggia.

E sono di nuovo qui, Indomabile, Sovrana.

Sono Ipazia.

Nella mia mano destra il ramo d’oro.
Nella mia mano sinistra la dignità del mondo.

Autora Brunhilde Román Ibáñez

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