Había una vez un niño llamado Rodrigo, que tenía una hermana llamada Celeste, ambos vivían con sus papas. Rodrigo le dijo a su papá que quería ser bombero y su hermana Celeste, dijo yo también quiero ser bombero. Rodrigo la miro rara y le dijo, las niñas no pueden ser bomberos esa es una profesión para hombres y la niña se fue enojada a su pieza.

La mamá estaba cocinando, se despisto y se le prendió un paño, prendiendo fuego a la casa, comenzaron a gritar y su hermano trato de apagar el fuego pero solo lo hizo más grande. La niña apago el fuego y llamo al 911 para que revisen a su hermano ya que se había desmayado. EL hermano pensó que él había apagado el fuego y se lo presumió a su hermana pero la hermana le dijo que ella lo había apagado. Él no le creyó y fue a preguntarles a sus papás, los que le dijeron que su hermana fue la que los salvo a todos, inclusive a él. Rodrigo entendió que las mujeres pueden ser bomberos, doctores, dentistas, etc.

Los trabajos no tienen género y las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres.

 

Relato ganador en la categoría “Iguales en Derechos y Oportunidades”

Alumn@: Sofía Bustos

Edad: 11 años

Colegio: Escuela José Marti

País: Chile