Ambrosio Vilhalva, un hombre guaraní de una de las comunidades afectadas, dijo a Survival International: «Shell debe abandonar nuestra tierra… las empresas deben dejar de utilizar tierra indígena. Queremos justicia, queremos que nuestro territorio sea demarcado y protegido para nosotros».
Shell se ha unido a la empresa brasileña de etanol Cosan en una «joint venture» llamada Raizen. Parte del etanol de Raizen, que se vende como biocombustible, se produce con caña de azúcar cultivada en el territorio ancestral de los guaraníes.
En una carta a ambas empresas, los indígenas advierten de que «desde que la fábrica comenzó a operar, la salud de todos nosotros se ha deteriorado: la de niños, adultos y animales».
Se piensa que los productos químicos que se usan en las plantaciones de caña de azúcar están causando diarrea aguda a los niños guaraníes, y matando peces y plantas.
Los guaraníes aseguran: «Ya no podemos encontrar muchas de las medicinas que solían crecer en la selva… las plantas han muerto a causa del veneno». La carta continúa: «Los agricultores nunca nos han pedido permiso ni nos han consultado antes de empezar a plantar en nuestra tierra». Descargar la carta de los guaraníes.
El fracaso del Gobierno brasileño a la hora de cumplir sus propias leyes y demarcar y proteger el territorio guaraní para su uso exclusivo ha provocado que la tierra sea vulnerable de ser explotada por las plantaciones de caña de azúcar. Mientras tanto, muchos guaraníes viven en condiciones lamentables en reservas superpobladas o acampados en las cunetas de carreteras.
Decenas de guaraníes han sido asesinados cuando trataban de reocupar sus tierras ancestrales, y muchos otros han sido víctimas de la violencia. Los guaraníes de Pueblito Kuê han sido los últimos en ser atacados, después de que reocuparan su tierra a comienzos de agosto.
Fuentes internas a Survival expresaron hoy: «Es una triste ironía que la gente compre etanol de Shell como una alternativa ‘ética’ a los combustibles fósiles: desde luego, no hay nada ético en su horrendo trato a los guaraníes. El Gobierno brasileño tiene que hacer cumplir sus leyes y poner fin a la destrucción generalizada del territorio guaraní».
Descargar el informe de Survival para Naciones Unidas sobre la crítica situación a la que se enfrenta este pueblo indígena en inglés.
Ambrosio Vilhalva, a Guarani man from one of the communities affected, told Survival International, ‘Shell must leave our land… the companies must stop using indigenous land. We want justice, we want our land to be mapped out and protected for us’.
Shell is united with Brazilian ethanol company Cosan, in a joint venture company called Raizen. Some of Raizen’s ethanol, sold as a biofuel, is produced from sugarcane grown on the Guarani’s ancestral land.
In a letter to the companies, the Indians warn that, ‘Since the factory began to operate, all our health has deteriorated – children, adults and animals’. The chemicals used on the sugarcane plantations are thought to be causing acute diarrhoea amongst Guarani children, and killing fish and plants.
The Guarani state, ‘We can no longer find many of the medicines which used to grow in the forest… the plants have died because of the poison’. They continue, ‘The growers never asked our permission or consulted us before planting on our land’. Download the Guarani’s letter.
The Brazilian government’s failure to uphold its own laws and map out and protect the Guarani’s land for their exclusive use has left it vulnerable to exploitation by sugarcane plantations. Meanwhile, many Guarani live in appalling conditions, in overcrowded reserves or camped on roadsides.
Dozens of Guarani have been assassinated after trying to reoccupy their ancestral land, and many more subjected to violence. The Guarani of Pueblito Kuê are the latest to suffer attacks, since they reoccupied their land earlier this month.
Survival International’s Director, Stephen Corry, said today, ‘It’s a sad irony that people buy Shell’s ethanol as an ‘ethical’ alternative to fossil fuels: there’s certainly nothing ethical about its horrendous treatment of the Guarani. The Brazilian government needs to enforce its laws, and stop the wholesale destruction of the Indians’ land’.
Download Survival’s report to the UN, about the Guarani’s desperate situation.
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