Tan solo una mirada,
Una pupila sólo para todas las cosas.
Para la aurora y el ocaso,
Para el amor y el odio,
Para el amante y el verdugo,
La paloma y la víbora,
La estrella y la luciérnaga.

Solamente unas manos
Para el cáliz y el látigo,
Para la rosa y para el cacto.
Solamente unas manos
Para la arena y el rocío,
Para mecer la cuna,
Y acariciar la sien del esperado,
Y abrir el último agujero.

Una boca tan solo
Para el beso y el grito
Y para la oración y la blasfemia.
Para el suspiro y la mentira,
Para el perdón
Y la condena.

Y tan solo una sangre
Para escuchar el tiempo,
Para regar los sueños,
Para comprar la herida y la agonía,
Y destilar las lágrimas.

Ah, tan solo una sangre
Una boca, unas manos,
Una mirada sólo.