En todo el mundo, 93 millones de niños y niñas tienen algún tipo de discapacidad y el 90% no asiste a la escuela y los que sí lo hacen, tienen menos posibilidades de finalizar sus estudios que el resto de sus compañeros/as. En demasiadas ocasiones, la población infantil con necesidades educativas especiales es la gran olvidada a la hora de reclamar el derecho a la educación. Esta desigualdad se acentúa en los países más empobrecidos.
Cuando falta poco más de un año para llegar al 2015, la fecha fijada por la comunidad internacional en la cumbre de Dakar para alcanzar los objetivos de una educación para todos y todas, la CME dedica este curso su mensaje central a sensibilizar a la sociedad y reivindicar ante los poderes públicos la necesidad de garantizar el derecho a una educación inclusiva a todas aquellas personas que tienen algún tipo de discapacidad.
Como cada año, la Campaña Mundial por la Educación ofrece materiales didácticos y materiales de difusión para trabajar el derecho a la educación inclusiva en centros escolares de toda España que están adaptados a cada nivel de enseñanza (infantil, primaria, secundaria, bachillerato, personas adultas y educación no formal). Además, cada año se lanza una propuesta de actividad de movilización que este año consiste en el Juego de la Oca “Avanza por la Educación para Todos y Todas”
El trabajo de los centros escolares, de las actividades de movilización y de las reivindicaciones políticas que se lleven a cabo durante todo el curso, culminarán del 7 al 13 de abril de 2014, cuando se celebrará la Semana de Acción Mundial por la Educación, con actos reivindicativos en todas las comunidades autónomas.
El lema de este año, “Sumemos capacidades. Por el derecho a una educación inclusiva”, parte de la convicción de que, en una sociedad plural, cada cual tiene unas características propias, diferentes e irrepetibles, por lo que defendemos una educación inclusiva, que promueva el acceso a una educación de calidad y que de la oportunidad a cada niño y niña en el mundo de alcanzar un nivel aceptable de conocimientos basado en sus propias características, intereses y capacidades. Por eso creemos que los sistemas educativos deben ser diseñados de modo que tengan en cuenta toda esa gama de diferentes características y necesidades de aprendizaje. Porque creemos que una educación inclusiva beneficia a todas las personas, enriquece el ámbito educativo, enseña a todo el alumnado a apreciar la diversidad, combate la discriminación y promueve sociedades más justas.
Educación y pobreza
Se estima que alrededor de un 15% de la población mundial (esto es, más de 1.000 millones de personas) tiene algún tipo de discapacidad, y hay una estrecha correlación entre este factor y vivir en condiciones de pobreza. La exclusión de la educación exacerba/intensifica los niveles de pobreza y limita las oportunidades en la vida. La exclusión del aula del alumnado con necesidades educativas especiales marca el principio de una vida avocada a la exclusión social. Las personas con algún tipo de discapacidad se encuentran entre las capas más pobres de la población. La exclusión y la pobreza, además del impacto en la vida concreta de cada persona, tiene además un impacto negativo en las comunidades. Abordar la exclusión de estos colectivos de la educación supone reducir los niveles de pobreza y desarrollo.
Enlace a los materiales de la Campaña “Sumemos capacidades. Por el derecho a una educación inclusiva”
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