La propuesta me pareció no solo ingeniosa, sino bastante acertada porque yo también estoy en ello, siempre a mitad de camino. Cierto que he tenido muchas ocasiones,por razones profesionales de expresarme en el idioma de Shakespeare, pero estoy muy lejos de tenerlo sometido y a mi merced.
En orden a practicar el conocido e imprescindible listeling, hubo un momento en que las tecnologías de la comunicación se convirtieron en el paraíso de los ignorantes como yo, porque nada mas fácil que descargarse la APP de la emisora de radio o TV elegidas.
Yo ya tenía cierto vicio con la CNN gracias a la parabolica y al Astra. Incluso estaba acostumbrado a la entrevista de la noche, y cuando ese mundo de posibilidades se abrió ante mi, pude renovar mi afición o cambiarme de bando a voluntad.
La CNN me pareció que contaba las cosas demasiado desde el punto de vista oficial. La Fox era muy republicana para mi gusto . Sky News daba excesivo espacio a las noticias sobre quién había ganado un partido de cricket, que es algo que me la trae al fresco.
Lo que me decidió por Aljazeera fue ver cómo se metía con el sistema, por lo menos en apariencia (porque aquí no hay forma humana de saber quién miente y de qué manera te la cuelan). Encontré allí reportajes de investigación más bien inquietantes sobre el comercio de armas y otros llenos de contenido sensible y muy delicados, como las enfermedades psicológicas que sufren los excombatientes americanos de ambas guerras del Golfo (algo impensable en Europa o Estados Unidos), y me hice todo lo habitual que me permitían mis exigentes obligaciones.
Head to head es un excelente programa de entrevistas con público. Una vez el entrevistado era Dawkins, el bioquímico autor del famoso libro El gen egoísta y me parece que ateo de cuidado. La entrevista se titulaba ni más ni menos que Dawkins on religion. En uno de sus compases el científico, incluso en el entorno musulmán en que se encontraba, tuvo la santa desvergüenza de decir que la historia coránica de Mahoma arrebatado al cielo era pura mitología. Y no pasó nada.
Si escribo este artículo es por el reportaje que vi ayer a trozos. Su título, Inside Facebook. Su contenido, un repertorio particularmente incisivo en algunos compases e hiriente en otros, sobre lacras como los abusos sexuales infligidos a niños o sobre las auto lesiones que algunos menores se procuran porque son inducidos a ello. En todos los casos el vehículo conductor era Facebook.
Preguntaban a uno de los máximos responsables de la organización, le pedían explicaciones y lo ponían en aprietos. También se metían en las tripas del gigante con cámara oculta y emborronando en edición las caras de los presentes, que seguían dándole al pico sin saber la que estaban armando.
Lo que hace atractivos estos reportajes de investigaciónde Aljazeera es que van un paso más allá en la descripción de la realidad. No solo no la ocultan ni la deforman sino que tampoco la maquillan. Esto lo digo porque se escuchaba en los ordenadores que aparecían en imagen el tembloroso, desesperado y estremecedor llanto sin esperanza de esos niños. No había acceso a una sola imagen pero tampoco censura en el audio de las sucias grabaciones de vídeo.
En adecuado contraste, no me pasó desapercibido el golpe de timón del que fui testigo durante un debate en RNE. La cosa era que en Holanda había saltado un escándalo relativo a abusos sexuales sobre niños. Como era la noticia del día fue seguida por un debate entre periodistas. Pues bien, en seguida me di cuenta de la forma en la que entre unos y otros contribuyeron a redirigir la conversación, que a los cinco minutos ya no estaba dedicada a la pederastia (que es un delito donde los culpables tienen nombre y apellidos) sino a la prostitución (que es un hábito social asumido y desde luego donde es inútil buscar culpables).
¿Sabéis por qué pasa esto? Pasa esto debido a que los delincuentes entregados a la pederastia pertenecen a la élite social y económica, y a veces a la canalla política. La desinformación disfrazada de información es una forma de proteger y mimar a estos delincuentes en pleno centro del supuesto paraíso democrático con su supuesta libertad de prensa y todo ese cuento infantil para crédulos.
A los crimínales pobres y medianos hay que hacerlos morder el polvo, y los medios de comunicación no los perdonan. En febrero de 2017 escuché esto en el telediario: “Un anciano ( de cerca de noventa años),enfermo de cáncer, mata a su mujer, que tiene el mismo problema, y después se suicida. Es el cuarto caso de violencia de género en este año“.
¿Violencia de género? ¿Tiene algo que ver el crimen caritativo en el seno de una pareja de personas mayores enfermeras torturaradas por los dolores y sin solución posible, con el de esos chulos, descerebrados y malnacidos que creen que la mujer que un día le dio su afecto es suya para siempre? ¿Por qué se estira de aquí y se encoge de allá? ¿Por qué los abominables crímenes de la élite se borran del conocimiento público y en los otros se exagera con la inexplicable intención de engordar la estadística y presentar un panorama sombrío? ¿No será que con lo uno se intenta tapar lo otro?
A los que están en las alturas no sólo no los persiguen y no sólo no los ponen en evidencia los medios: No se les puede ni mirar a la cara. Y por cierto que a ellos les dan igual niños que adultos. Van como burros salidos en busca del placer y no sé paran ante nada. Durante el primer gobierno de González supe por algunos amigos en la policia secreta que estaban hartos de hacer de escolta de los altos cargos mientras éstos se encerraban para entregarse al sexo en grupo y a orgías diversas
A mi juicio el responsable de la situación de fondo el exceso de poder. Si hablamos de la élite económica, del poder del dinero. Para el millonario que podría comerse mil filetes al día debe resultar una desgracia muy injusta que su cuerpo le permita tragar solo uno o dos. Entonces habrá que buscar en esta vida modos alternativos y muy selectos y caros de obtener satisfacción. Si hablamos del gobierno o la política en general, esos pobres pelagatoshartos de cocaína que viven y abusan de sus cargos regalados o comprados, reclaman su parte.
Supongo que os habéis fijado en que todo lo que aparece en los medios de comunicación es suave y sedoso, en especial los reportajes de investigación y las entrevistas. Es raro encontrar un contenido o un comentario discordante que nos saque de la modorra imbécil con la que solemos en entregarnos a nuestra dosis de intoxicación voluntaria . A mi me dicen que soy valiente porque uso el lenguaje para llamar en público a las cosas por su nombre, pero en realidad lo que pasa es que ese panorama donde todo es de merengue me pone enfermo.
Alguna vez he contado lo que me pasó durante una entrevista de falso directo en una televisión. El Subdelegado del gobierno de Zapatero, por razones que ahora no vienen al caso, quería verme y organizó una buena cobertura mediática. Una de sus patas fue aquella entrevista. Pero cuando el periodista me preguntó qué esperaba de la reunión, contesté “nada”, porque al señor aquel ya lo conocía y sabía que era medio tonto. Aquella respuesta puso patas arriba toda una estrategia de propaganda pensada y ejecutada por los cerebros grises del gobierno y me valió la censura vitalicia en el programa. Fue el premio por decir la verdad y por aportar al conocimiento público algo que no era ni suave ni sedoso pero sí real.
La democracia es mentira y la libertad de prensa un cuento. Pero si queréis acceder a un atisbo de la realidad, aunque sea tímido, probad Aljazeera.
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