Una cosa es “el radicalismo y su estupidez” en la España actual o que le “duela esta España” como a Unamuno; y otra muy distinta, es que con ignorancia y falta de rigor histórico se quiera desconocer el genocidio español en América solo para mal argumentar una discusión interna entre españoles.
Al igual que el Geocentrismo del Renacimiento, el egocentrismo de este español ignora que esta discusión no sólo le compete a los españoles y desconoce, además, que su ligereza y miope análisis revictimiza a los pueblos indígenas hispanoamericanos que, aún hoy, viven ese genocidio.
Sí, porque el pobre intento de argumentación semántica que define genocidio incluye la palabra sistemático, que a su vez, significa que se repite una y otra vez pudiéndose perpetuar en el tiempo. Así, aunque es innegable el mestizaje, también es innegable que en hispanoamerica los que tienen casi 100% sangre española, siguen matando, despojando de sus tierras y desplazando a los que tienen casi 100% sangre indígena.
Arrebatar al indígena su historia, sus costumbres y su identidad sometiéndolo a un atroz mestizaje, son estrategias usadas por Cortés, sus herederos y ahora, por el distraído autor de este artículo que, haciéndolo, no solo desconoce su identidad, sino la lucha actual por sobrevivir de los pueblos indígenas en hispanoamerica.
Sin duda, desconocer el genocidio del pasado implica desconocer el genocidio del presente. Es pertinente, pues, citar a Unamuno con “Cómo me duele esta España”, ya que, con españoles así, es verdad, también, lo que escribiría algún autor producto de ese mestizaje: “…las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”.
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