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Además de estos datos cuantitativos el informe nos suministra otros tipos de datos muy interesantes desde el punto de vista de la población como son la estructura por edad y sexo, el índice de fertilidad (nº de hijos por mujer), esperanza de vida y mortalidad infantil. Estos serían algunos de los datos más interesantes que se pueden entresacar de las 66 páginas de que consta el informe de la ONU.

En resumen podemos decir que, en la actualidad, la población total en el mundo es de 7.349 millones de habitantes y, presumiblemente, llegará a superar los 11.200 millones en 2100. Por consiguiente, a nivel mundial, continuará el crecimiento demográfico, si bien es cierto, que será un crecimiento más moderado a partir de mediados de siglo hasta el 2100.

Veamos, a continuación, en este cuadro estadístico, la evolución de la población por continentes.

El continente con un mayor número de habitantes es Asia que a partir de 2050 se prevé un descenso paulatino de su población hasta bajar de los 5.000 millones de habitantes a fines de este siglo. Mientras que el continente con mayor crecimiento es, y seguirá siéndolo, África que multiplicará por cuatro su población a lo largo del s. XXI, pasando de los 1.186 millones de habitantes que tiene actualmente a más de 4.300 en 2100.

El continente europeo y latinoamericano tienen estabilizadas sus poblaciones (en torno a los 730 millones de habitantes y 780 respectivamente) para ir decreciendo paulatinamente sus poblaciones hasta situarse, según prevén las proyecciones demográficas, hasta los 646 millones de habitantes en Europa en 2010 y los 721 para Latinoamérica en el mismo año.

Por último los dos continentes que siguen un ritmo de crecimiento demográfico equilibrado y continuo son Norteamérica y Oceanía que seguirán ganando población en las próximas décadas pero de una forma moderada.

Se calcula que la India superará a China en cuanto al número de habitantes en torno al año 2022, ya que China se mantendrá estable en unos 1.400 millones de habitantes y la India superará dicha cifra dentro de unos años.

En cuanto al índice de fertilidad en el mundo (número de hijos por mujer) se puede decir que, a nivel mundial, hoy es de 2,50 hijos por mujer y tenderá a descender lentamente hasta situarse en 2 hijos por mujer en 2100. Los países que cuentan con una tasa de fertilidad muy alta son los pobres o subdesarrollados, especialmente los países del continente africano que pueden llegar a superar los 6 hijos por mujer caso de países como: Níger  (7,63), Somalia (6,61), Malí (6,35), Chad (6,30), República Democrática del Congo (6,15) y Burundi (6 hijos por mujer).

El índice de fertilidad es radicalmente opuesto en los países ricos o desarrollados con tasas inferiores a 1,5 hijos por mujer. Estas tasas tan bajas se localizan en muchos países europeos y algunos asiáticos como China (1,20), Singapur ( 1,23) y Japón (1,40). Señalaré, tan solo, algunos de estos países: Portugal (1,28), España (1,32), Grecia (1,34), Eslovaquia (1,37), Alemania (1,39) e Italia (1,43 hijos por mujer). Dentro de los países desarrollados es Estados Unidos el país con la más alta fertilidad llegando casi a los 2 hijos por mujer que es el porcentaje ideal para mantener estable la población de un país (2,1 hijos por mujer).

En cuanto a la esperanza de vida cabe señalar, en primer lugar, que la media mundial de este año es de 70,5 años para situarse en los 83 a finales de siglo. Los países con una alta esperanza de vida son los desarrollados que cuentan con mejores sistemas sanitarios, mayor número de médicos por cada mil habitantes, medicamentos de todo tipo y alimentación más abundante y equilibrada. Debido a ello las personas más longevas se sitúan fundamentalmente en Europa y después en Norteamérica y Australia. No obstante, el país con la más alta esperanza de vida está en el continente asiático y es Japón con (83,3 años).

Actualmente existen ya muchos países ricos en los que sus habitantes ya superan los 80 años de edad lo que se puede considerar como una alta o muy alta esperanza de vida. Veamos alguno de estos países: Italia (82,8), Suiza (82,7), España (82,3), Suecia (81,9), Francia (81,8), Holanda (81,3), Noruega (81,3), Austria (81,1) o Alemania (80,6).

Por último, otro aspecto importante, desde el punto de vista demográfico, es la mortalidad infantil que en 2015 a nivel mundial es de 35,8 niños fallecidos por cada 1000 nacidos vivos en el mundo. Esta es una de las tasas que mejor nos indica el grado de pobreza de un país. Las proyecciones demográficas prevén un descenso bastante importante en la tasa de mortalidad infantil a nivel mundial hasta situarse en torno a 7,4 por mil en 2100.

Los países subdesarrollados son los que cuentan con una mayor tasa de mortalidad infantil que actualmente superan, en algunos casos, la escalofriante cifra de más de 90 niños muertos por cada 1.000 nacidos vivos. Ello se debe a que muchas mujeres, especialmente africanas, dan a luz sin asistencia médica ni hospitalaria lo que provoca esa alta tasa de mortalidad infantil a los pocos días de nacer así como la escasez de alimentos que provocan la desnutrición de la madre y del bebé. Señalaré algunos de los países que cuentan con una elevadísima tasa de mortalidad infantil entre los que destacan: Angola (96,2 niños muertos por mil nacidos vivos), Chad (95,8), Sierra Leona (94,4), República Centro Africana (93,5) o Guinea Bissau (91,9).

Por el contrario, los países desarrollados tienen una muy baja tasa de mortalidad infantil que, en algunos casos, es inferior al 3 por mil. Pondré tan solo algunos ejemplos de estos países: Luxemburgo (1,6), China (1,8), Singapur (1,8), Japón (2,2), Finlandia (2,3), Italia (2,3), Noruega (2,5), Suecia (2,8) y Eslovenia (2,9).

En definitiva analizando el reciente informe de la ONU sobre la población mundial podemos indicar que, en primer lugar, la población mundial seguirá aumentando hasta llegar a los 11.200 millones de habitantes a fines de siglo. El continente que experimentará un mayor crecimiento será el africano que multiplicará por cuatro su expansión demográfica a lo largo del siglo XXI, es decir que continuará dentro de lo que se denomina “explosión demográfica”, mientras que el continente asiático comenzará a decrecer demográficamente en las últimas décadas del siglo XXI, al igual que lo hará el europeo, mientras que Norteamérica y Oceanía seguirán su leve y constante crecimiento poblacional.

El índice de fertilidad tenderá a descender lentamente dependiendo de las áreas del planeta siendo todavía muy elevado (y lo seguirá siendo) en el continente africano y muy bajo en los países europeos.

La esperanza de vida seguirá en aumento hasta situarse, de media mundial, en torno a los 83-84 años a finales de este siglo. Esta tendencia será general aunque se acusará más en los países desarrollados en donde muchos países pueden llegar a superar los 90 años (especialmente las mujeres).

Por último, la tasa de mortalidad infantil también tenderá a descender siendo normal, en los países desarrollados tasas de tan solo el 2 por mil y se espera que en los países pobres caiga por debajo del 10 por mil a fines del siglo XXI.