Llueven soles sobre el asfalto

llueven lunas sobre la almadraba

las piedras cubiertas de agua

arrastran sedimentos de algas.

Vibra un chasquido donde mueren las dunas

es tu recuerdo que reposa en el fondo

como granzas quietas de aquel amor

cuasi infinito

efímero, sí.

Como la savia que brota del tronco

tornándose lágrima

te desgajaste de mis sueños.

Ahora, cual desconocida presencia,

merodeas territorios yermos.

Ya no valen tus súplicas de niño perdido

de toda tu historia, solo echo en falta

que no me hayas querido