De izquierda a derecha, Juan Martín, Jordi Siracusa y Dioni Arroyo.

Como comprenderá el lector, la última de estas paradas es la más emotiva para el que les escribe. No sólo por la presencia de Jordi Siracusa, sino por la de otro conocido de Otro Mundo es Posible, Dioni Arroyo. Los tres hemos compartido literatura y emociones con mis paisanos, que han respondido efusivamente a la gentileza de estos dos monstruos de las letras.

En el caso de Dioni, el vivir en la misma ciudad y enfrentarnos a las dificultades de abrir brecha en este saturado mundo de la escritura, ha derivado en una profunda amistad. En el de Jordi, tan sólo diré que lo considero un maestro y padre literario, un sabio cuyo estado civil, como él mismo confiesa, es “enamorado”, no sólo de una bella mujer, sino también de la vida, algo que transmite y contagia y que hace que muchos queramos ser como él de mayor.

Como admirador de ambos, tenerlos en mi pueblo era poco menos que un sueño, y mi gente supo valorarlo y respondió como se merecían. Entiendan ustedes, por tanto, mi alegría, a pesar de que sea lunes. Creo que hoy es un lunes menos negro.

Disculpe el lector que haya usado esta plataforma para transmitir sensaciones tan personales y poco relacionadas con la actualidad sobre la que a menudo nos pronunciamos. Al igual que Alexander Dubcek soñaba con un socialismo de rostro humano, yo quería mostrarles hoy el rostro humano de aquellos brillantes articulistas a los que tienen la suerte de leer, como Dioni y Jordi.

Disfruten de la semana, que ya habrá tiempo de más lunes malditos.