Hasta 10.000 garimpeiros o buscadores de oro han invadido la tierra de los yanomamis en el norte de Brasil, propagando a su paso la malaria por la región y contaminando con mercurio muchos de los ríos.

Aunque la mayoría de los yanomamis mantienen contacto con la sociedad no indígena, se sabe que un grupo no contactado habita en el área que está siendo invadida. Además, las autoridades investigan señales de hasta otras seis comunidades no contactadas que podrían vivir allí.

Líderes indígenas locales culpan a la afluencia masiva de garimpeiros de la muerte de cuatro niños. Aseguran que los mineros están levantando asentamientos y pistas de aterrizaje, envalentonados por el respaldo del presidente Bolsonaro a los invasores de tierra, y los constantes ataques a los pueblos indígenas.

Algunos campamentos mineros se encuentran a pocos kilómetros de los yanomamis no contactados.

Yano (casa comunal) de un grupo no contactado en la reserva indígena Yanomami.
Yano (casa comunal) de un grupo no contactado en la reserva indígena Yanomami.© Guilherme Gnipper Trevisan/FUNAI/Hutukara

La asociación yanomami Hutukara estima que el número de mineros de oro es de hasta 10.000. También denuncian la devastación que provocan sobre la pesca y la caza de las que dependen para su modo de vida.

Los yanomamis están presionando al Gobierno para que expulse a los mineros. A principios de año los indígenas de Brasil lideraron la mayor protesta que ha tenido lugar jamás por los derechos de lohttps://www.otromundoesposible.net/los-pueblos-indigenas-de-brasil-encabezaron-la-protesta-mundial-del-enero-rojo/s pueblos indígenas, después de que el presidente Bolsonaro prácticamente declarara la guerra contra ellos y sus derechos.

Una población de 35.000 yanomamis se extiende a ambos lados de la frontera entre Brasil y Venezuela. Un 20% de la población yanomami de Brasil murió por enfermedades que propagaron los buscadores de oro que invadieron su selva en una fiebre del oro previa, a finales de los 80 y principios de los 90.

Madre y niño yanomamis en una comunidad donde la enfermedad, propagada por la invasión de buscadores de oro ilegales, golpeó con una fuerza brutal. 1990.
Madre y niño yanomamis en una comunidad donde la enfermedad, propagada por la invasión de buscadores de oro ilegales, golpeó con una fuerza brutal. 1990.
© Antonio Ribeiro/Survival l

MTras una larga campaña internacional liderada por Davi Kopenawa Yanomami, Survival y la Comisión Pro Yanomami, la tierra yanomami en Brasil fue demarcada finalmente como “Parque Yanomami” en 1992. Las tierras yanomamis en Brasil y Venezuela juntas conforman el mayor territorio selvático indígena del mundo.

Según declaraciones de Davi Kopenawa, conocido como “el dalái lama de la selva”: “Cuatro de nuestros ríos, Uraricoera, Mucajaí, Apiaú y Alto Catrimani, están contaminados. La situación empeora, más mineros están llegando. No traen nada [bueno], solo traen problemas. La malaria ya ha aumentado aquí, y ha matado a cuatro de nuestros niños”.

El director de Survival International, Stephen Corry, declaró hoy: “El racismo de Bolsonaro ha traído consecuencias trágicas, y la fiebre del oro que se vive en el norte de Brasil es solo un ejemplo. Está devastando a los yanomamis, que ya fueron atacados y masacrados hace treinta años durante el último brote de fiebre del oro. A Bolsonaro no le importa permanecer al margen y ver cómo mueren personas y se destruye la selva: solo una oleada de indignación pública en Brasil e internacionalmente pueden detenerlo”.