Puerto Príncipe (en francés Port-au-Prince; en criollo Pòtoprens) es la capital de Haití. Se encuentra en la bahía del golfo de La Gonave, y cuenta con  una población de 1.082.800 habitantes distribuidos en unos 38,2 Km2, siendo su densidad bastante elevada ya que supera los 28.350 hab/km2.

La altitud media de la ciudad es de 98 m. sobre el nivel del mar y su clima es tropical seco. Las temperaturas son elevadas durante todo el año, pudiendo llegar a 34º C en verano y 30º C en invierno y con un promedio anual de 26,7° C. La estación de las lluvias tiene lugar de abril a junio y de octubre a noviembre, muchas veces acompañadas de fuertes huracanes.

Fue capital de la colonia francesa de Saint-Domingue desde 1770 hasta 1804, cuando Haití logró su independencia; fue entonces designada como capital del nuevo estado, y durante el periodo revolucionario se la denominó Port-Républicain. Hoy en día constituye el centro económico, judicial y gubernamental del país y el puerto más importante de Haití. No obstante, Puerto Príncipe es una ciudad de contrastes, donde la pobreza convive con la opulencia. En general, la ciudad ha ido creciendo de forma caótica con la construcción de viviendas precarias debido fundamentalmente a la migración del campo a la ciudad.

LOS INICIOS  DE PUERTO PRÍNCIPE.

La historia de Puerto Príncipe es corta en el tiempo ya que se denomina así desde el año 1749. Ese lugar, en un principio, era frecuentado por piratas y estaba en constantes disputas entre españoles, franceses y británicos.

El 29 de marzo de 1668 una es cuadra pirata desembarcó en el lugar que más tarde se llamaría Puerto Príncipe, pero no fue un ataque sorpresa como se había planificado, pues llegaron noticias a los vecinos del ataque y se armaron al efecto. Los filibusteros sortearon las emboscadas que les esperaban, dirigiéndose a través del bosque. Al estar ante las puertas de la ciudad, enfrentaron un batallón de caballería al que derrotaron sin dificultad. En la localidad los asaltantes encerraron a los vecinos en las iglesias e interrogaron a algunos de ellos bajo tortura para conseguir riquezas. Con procedimientos similares al del bucanero Jean-David Nau, mejor conocido como “El Olonés” dejaban morir de hambre a sus prisioneros para averiguar el lugar donde se encontraban escondidos los supuestos tesoros.

En la estadía le fue entregada a Morgan una carta incautada que iba dirigida al alcalde de Puerto Príncipe y que había sido enviada por el gobernador de la isla de Cuba; en la misma le instruía a aumentar la demora de los filibusteros para organizar un contraataque. En vista de la misiva, decidió partir. Hecho el pillaje, y sin dejar saber a los vecinos del contenido de la carta, impuso un tributo de quema (valores a cambio de no incendiar la ciudad) de 500 vacas y sal, que al final fue pagado. Con todo, el botín logrado en esta expedición fue exiguo: unos 50.000 pesos; además de objetos robados a las iglesias como campanas, vasos y ornamentos sagrados.(1)

La primera presencia francesa de Hôpital, que más adelante sería Puerto Príncipe, se convirtió en una verdadera colonia francesa, por lo que la administración colonial comenzó a preocuparse de la presencia continua de los flibustiers. Estos eran útiles rechazando a los ingleses que intentaban usurpar territorio francés, y eran bastante independientes, sin recibir órdenes de la administración colonial y por lo tanto una amenaza potencial para el gobierno colonial. Por lo tanto, en el invierno de 1707,Choiseul-Beaupré, el gobernador de la región, intentó conseguir librarse de ellos. Él insistió en controlar el hospital, y los flibustiers rechazaron, considerándolo una humillación. Finalmente cedieron y cerraron el hospital, cediendo su control al gobernador, y muchos de ellos se establecieron como granjeros (los primeros habitantes europeos estables en la región).

La eliminación de los flibustiers como grupo en Hôpital reforzó la autoridad de la administración colonial, haciendo que los ingleses se interesasen más por la región. Protegiendo el área, un capitán llamado Saint André naufragó en la bahía en un barco llamado El Príncipe, justo debajo del hospital. Por esto la zona fue renombrada a Port-au-Prince (PuertoPríncipe), aunque el puerto y la región circundante continuó siendo conocida como Hôpital.

Los ingleses dejaron de preocuparse por el área, y varios nobles buscaron concesiones territoriales de la corona francesa en Hôpital; el primer noble en controlar Hôpital fue Sieur José Randot. Tras su muerte en 1737, Sieur Pierre Morel ganó control sobre parte de la región, junto a Gatien Bretton des Chapelles que adquiría otra porción.

Por aquel entonces, la administración colonial estaba convencida de que era necesario elegir una capital para controlar mejor el territorio francés de Saint-Domingue. Durante un tiempo, Petit-Goâve y Léogane compitieron por dicho honor, pero ambas fueron desestimadas por no estar ubicadas en un lugar central. El clima de Petit-Goâve era demasiado malo y la topografía de Léogane hacía difícil defenderla. Una ciudad nueva fue construida entonces, Puerto Príncipe, en 1749. (2)

Fundada por los franceses sobre antiguos asentamientos menores, Puerto Príncipe debe su nombre al barco “Le Prince” comandado por Monsieur Saint André que atracó en el puerto situado entre el golfo de la Gonâve y la bahía de Port. (3)

Apenas ocho años después de su fundación, entre 1757 y 1758, se producen una serie de muertes y asesinatos en la ciudad, provocados por un levantamiento de esclavos dirigidos por Makandal,  propiciando un terror generalizado entre los amos y las autoridades coloniales, quienes, aunque apresaban, torturaban y ejecutaban a sus esclavos sospechosos, no lograban asestar el golpe definitivo que diera muerte a la hidra de mil cabezas, que desde las tinieblas los acosaba. Justamente, el terror, era uno de los objetivos claves del movimiento de Makandal, una de las herramientas principales de los cautivos, la posibilidad de demostrarles a los blancos, que a pesar de creerse amos y señores de la Isla, su poder era endeble y en última instancia se apoyaba, en un terreno fangoso, la aceptación pasiva de los esclavos. Una vez rota ésta, todo era posible, los amos vivían rodeados de enemigos y en los años 1757-1558, como nunca antes, éstos tuvieron clara conciencia del peligro real que eso significaba. A pesar de ello, el movimiento rebelde finalmente fracasó. (4)

En 1770, Cap-Français (la actual Cap-Haïtien) es sustituida como capital de la colonia de Saint Domingue, por Puerto Príncipe, y en 1804 tras independizarse Haití de Francia, se convierte en su capital. Antes de la independencia de Haití Puerto Príncipe fue ocupada por las tropas británicas el 4 de junio de 1794. Tras dos años de guerra (1802-1804) entre franceses y haitianos,en 1804 se convierte en la capital del Haití independiente. Los soldados franceses de Napoleón que habían obtenido la victoria en Italia y Egipto, no pudieron contra los negros, quienes tuvieron como aliada a la fiebre amarilla. Más de cincuenta mil franceses, incluyendo a Leclerc, perdieron la vida y los supervivientes se rindieron o huyeron. Saint Domingue declaró su independencia el 1 de enero de 1804, adoptando el nombre de Haití. Fue entonces designada como capital del nuevo estado, y durante el periodo revolucionario se la denominó Port Républicain. (5)

PUERTO PRÍNCIPE EN EL SIGLO XIX.

A principios del s. XIX, cuando Haití estuvo dividida entre un reino en el norte, regido por Jacques I, y una república en el sur, Puerto Príncipe fue la capital de la república, gobernada por Alexandre Pétion. Henri Christophe renombró la ciudad a los Puerto de los crímenes después del asesinato de Jacques I, en Puente  Larnage, (ahora conocido como Puente-rojo, y localizado al norte de la ciudad). (6)

La Ciudadela es la parte antigua de la capital. La Ciudadela en sí es una gran fortaleza en la montaña, construida entre 1805 y 1820, con enormes murallas de cuatro metros de ancho y 40 de largo, en la cima del morro Ferriére.

La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción (en francés: Cathédrale Notre-Dame de L’Assomption), fue una catedral de la Iglesia Católica en Puerto Príncipe, Haití. La necesidad de construir un nuevo edificio religioso en la ciudad se hizo sentir a finales de1870. De hecho, circuló una petición en 1878 que requería la construcción de una catedral digna de ese nombre, en sustitución del edificio de madera construido en 1770, que tenía más el aspecto de un gran almacén, cubierto con pizarra y con una pequeña campana. La falta de mantenimiento y las técnicas defectuosas causaron que esta iglesia se deteriorara rápidamente, provocando el cierre al público a principios de 1880.

El clero comenzó la construcción de la nueva catedral el 13 de enero de enero de 1884. Tras la muerte del obispo Monseñor Alexis Guilloux un año más tarde las obras se detuvieron hasta 1899, año durante el cual el nuevo arzobispo Giulio Tonti, bendice la torre norte del campanario.

Sin embargo, la construcción de la catedral quedó nuevamente paralizada poco después por cuestiones económicas. El nuevo arzobispo Julián Conan reanudó las obras y el edificio finalmente fue terminado. La catedral se conStruyó para resistir movimientos sísmicos con un material poco común en Haití, el hormigón armado.

Catedral de Puerto Príncipe en 1924.    Restos de la Catedral después del terremoto de 2010.

Finalmente el 20 de diciembre de 1914 la catedral fue dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, aunque no fue sino hasta catorce años más tarde el 13 de diciembre de 1928 cuando tuvo lugar la “consagración solemne” del templo.

El 12 de enero de 2010 un fuerte terremoto devastó Haití destruyendo gran parte de los edificios de la ciudad, entre ellos la propia Catedral de Puerto Príncipe la cual quedó seriamente dañada ya que solo se mantuvo en pie la fachada. La reconstrucción de la catedral requerirá una inversión de entre 30 y 40 millones de dólares. (7)

Otro edificio destacado de Puerto Príncipe es el denominado Mercado del Hierro (Marché de Fer). El mercado de Puerto Príncipe es una bella estructura de hierro elaborada en Francia a fines del siglo XIX que, en un principio, estaba destinada para la construcción de la estación del ferrocarril de El Cairo, pero, al final, ya prefabricado, fue embarcado y enviado a Puerto Príncipe donde se acoplaron sus piezas de hierro y en donde se erige como hito cultural y económico de la ciudad desde 1889.

Este edificio emblemático también sucumbe a las catástrofes que han asolado a ese país. Incendio y terremoto sucesivos (2008 – 2010) lo dejan inhabilitado. La recuperación del edificio, por encima de aspectos técnicos y materiales, se convierte en un propósito necesario para la economía, el ánimo y, especialmente para la vida de los ciudadanos.

Los elementos dañados del ala sur del mercado fueron restaurados y reparados, mientras que el ala norte del mercado fueron reconstruidos de una manera fiel al original.

El Mercado de Hierro está ahora completamente de nuevo en uso y constituye la piedra angular de una estrategia de reurbanización de una nueva ciudad centro de la cultura de Haití.

Al salvar el Mercado de Hierro se ha restaurado un recurso importante para el pueblo de Haití, lo que permite a los comerciantes reactivar sus negocios y proporcionar un catalizador para la regeneración de la zona del mercado más amplio. Además, los trabajos de reconstrucción proporcionó empleo significativo, permitiendo a los trabajadores desarrollar una serie de habilidades valiosas. (8)

LA CAPITAL DE HAITÍ EN LA ACTUALIDAD.

Uno de los edificios emblemáticos de la ciudad de Puerto Príncipe es el Palacio Nacional construido en el mismo sitio que el original, destruido durante una rebelión en 1869. Y una vez más fue destruido en 1912 en la explosión en la parte baja matando al entonces presidente Cincinnatus Leconte, que había estado en su cargo durante un año y un día. La familia del presidente, sin embargo, escapó sin heridas.

El actual Palacio Nacional fue construido en 1918 y diseñado por Georges Baussan (1874-1958), un famoso arquitecto haitiano, hijo de un ex senador haitiano que estudió en la Ecole d’Architecture en París.

PALACIO PRESIDENCIAL

Como otros edificios públicos de Haití, el Palacio Nacional de Baussan fue construido con la arquitectura del Renacimiento francés al estilo de Francia y sus territorios coloniales durante el siglo XIX, incluyendo el Ayuntamiento de Puerto Príncipe, otra creación de Baussan. Tenía tres niveles y el pabellón de entrada presentaba un frontón pórtico con cuatro columnas jónicas. El techo tenía tres cúpulas, así como algunas buhardillas, y todo el edificio resaltaba por su color blanco. (9) Este impresionante edificio fue también destruido, en parte, por el terremoto de 2010.

Otro edificio importante es el Museo del Panteón Nacional  que fue inaugurado en 1983. Este centro cultural tiene como objeto perpetuar y difundir la memoria de los “Padres de la Patria”. Conserva una importante colección de materiales tainos y coloniales, tanto españoles como franceses, así como asociados a la independencia del país y a sus héroes. En este sentido destaca el sarcófago con los restos de Toussaint-Louverture o la espada de Dessalines. Cabe destacar también el espacio dedicado a la esclavitud, el cimarronaje y la liberación de los esclavos. Como curiosidad el ancla de la Santa María, la nave que encalló en un banco de arena y naufragó en la costa norte de Haití. Con las maderas de este barco se construyó el fuerte La Navidad, el primer asentamiento europeo. (10)

En 1960 vivían en lo que era un boscoso lugar apenas unas 60.000 personas, hoy en día superan el millón a pesar del desastroso seísmo, ocurrido el 12 de enero de 2010, de 7 grados en la escala Richter que ocasionó más de 100.000 muertos y destruyó más del 50% de los edificios de Puerto Príncipe. (11)

Aún, cuatro años después del desastroso terremoto que cambió dramática mente el paisaje de Haití, su capital se enfrenta a desafíos increíbles y una inestabilidad creciente. El cólera se ha extendido recientemente a través de los barrios densamente poblados, y las pandillas violentas gobiernan las calles. Las tasas de homicidio en Puerto Príncipe son seis veces más altas que en 2007.

La capacidad de los nativos es extraordinaria, ya que pocas personas en el mundo se sobreponen a una vida fortuita basada, para muchos, en la suerte de vender alguna que otra mercancía por unos pocos gourdes. La mayoría de la actividad se concentra en el Marché de Fer (Mercado de Hierro), una llamativa construcción del siglo XIX que aúna el estilo parisiense con el africano. En su oscuro, sucio y ruidoso interior reina el caos, entre vendedores, compradores, puestos de alimentos típicos, juguetes y símbolos religiosos (en Haití es bastante popular el vudú).

De vez en cuando saltan sobre las avenidas buhoneros que ofrecen una escueta mercancía que consta de pequeños palos de caña de azúcar; bolsitas de agua, dulces, cajas de chicles, chocolates, preservativos, cigarrillos detallados, y unos que otros, alquilan llamadas desde celulares y llevan largas carpetas transparentes repletas de CD con las que pregonan a grito pelado los títulos de las películas o los nombres de los cantantes del momento.

PLANO DE LA CIUDAD DE PUERTO PRÍNCIPE (DE COLOR AZUL LA CIUDAD HASTA FINALES DE LOS AÑOS 40)

En el centro todo avanza junto: los coches, las personas, los animales, las carretas y los camiones. Por el otro extremo, hay montículos de escombros y amasijos de hierro desde donde sobresalen los techos de miles de tiendas de campañas de varios colores: son los guetos de goma y lona que surguieron luego de la tragedia de enero, y que se convirtieron en los complejos habitacionales de la miseria que se entremezclan con edificios y tierra. (12)

Puerto Príncipe tiene una idiosincrasia diferente a otras ciudades del mundo y como tal, creció menos previsoramente y sin ningún plan urbanístico hasta media dos del siglo XX que se intenta ordenar algo el suelo urbano pero sin conseguirlo ya que la presión demográfica hacia la capital de Haití fue muy fuerte y, por el contrario, los recursos para su correcta planificación fueron muy escasos con unas infraestructuras casi inexistentes, escasa agua potable y sin apenas recogida de basura. Así cuando fue llegando la gente masivamente, todas sus basuras fue ron a parar a las zonas costeras. Plásticos, trozos de tela, heces, cadáveres de anima les y demás lindezas se fueron acumulan do en mar de los piratas. Los últimos en llegar, se conoce que no tuvieron mucha suerte en el reparto de tierras y se tuvieron que conformas con “edificar” sus casas encima de to das las cosas que el resto de Puerto Príncipe no quiso. (13)

El contraste es evidente en la ciudad de Puerto Príncipe donde podemos ver transitar por sus calles modernos y enormes automóviles junto a viejas motocicletas o carros tirados por animales o personas. La ciudad está custodiada desde lo alto por distintivos y lujosos edificios, los cuales no consiguen minimizar la realidad que reflejan los rostros de hombres, mujeres, niños y ancianos que esperan porque la dicha se pose a sus pies, mientras sus cuerpos guardan señales de dolor y resistencia. (14)

Dos sectores delimitan claramente la ciudad de Puerto Príncipe. Por un lado los barrios residenciales de lujo y opulencia (como la que vemos en esta fotografía) que se encuentran en la zona más elevada de la ciudad destacando la zona residencial de Pétion-Ville. El barrio de Pétion-Ville es el lugar más visitado por los turistas durante su estancia en la isla. Es una alta colina a 450 metros por encima del nivel del mar, donde vive la élite de Haití.

En esta zona residencial hay casas grandes y mansiones elegantes desperdigadas por las montañas. Viviendas de dos y hasta tres plantas con adoquines, terrazas, anchos pinos y techos de tejas coloreados de azul y rojo. En los portones no es difícil encontrar camionetas de diferentes marcas y tamaños –BMW, Mercedes, Honda, Land Rover–, con una que otra motocicleta o un lujoso sedan lustroso haciendo fila. A lo lejos brillan como diamantes las ventanas de los caserones que se hallan mayoritariamente en Pétion Ville, un barrio sobre las montañas, donde viven las familias ricas del país, porque hasta en Haití, la nación más pobre de América, hay gentes con enormes fortunas. (15)

En esta zona de la ciudad el paisaje es magnífico con montañas escarpadas dominando toda la ciudad. Aquí se ubican unos 20 restaurantes y 19 hoteles entre los que destacan: Royal Oasis, Villa Creole, Karibe Hotel, Kinam Hotel, Ibo Lelé y el impresionante Berst Western Premier, un edificio de siete pisos que implicó una inversión de 15 millones de dólares, y ofrece 106 habitaciones muy cerca del aeropuerto internacional de Puerto Príncipe. A las habitaciones, se unen instalaciones para reuniones en un área de dos mil pies cuadrados, piscina, restaurante de cocina francesa, bar, gimnasio, spa y transporte desde y hacia el aeropuerto, parque privado, planificación de bodas, conserje 24 horas y cuidado de niños. (16)

En enero de 2010 en lo más alto de las colinas de Pétion-Ville, en Puerto Príncipe, el terremoto no causó muertos ni escombros en las calles. En las laderas de la misma colina, el paisaje cambia. De las calles rectas, espaciosas y arboladas se pasa, apenas sin transición, a un amasijo de pequeñas y endebles construcciones donde el terremoto hizo estragos segando la vida de miles de personas.

En lo más alto de Pétion-Ville durante el terremoto,los negocios atendieron normalmente a sus clientes; el hotel Ibo Lelé, de Montagne Noire, no cerró sus puertas; y en los edificios de apartamentos, como La Clos, apenas hubo grietas en las paredes. Incluso la iglesia amurallada del distrito, Divine Mercy Parish, puede sentirse afortunada. En definitiva el impacto del terremoto de enero de 2010 en los alrededores de Pétion-Ville no tocó a fondo a las familias de mayores recursos. Las construcciones eran más sólidas y el seísmo prácticamente no ocasionó ningún daño de importancia. (17)

En el polo opuesto, en la zona más llana y próxima al puerto de la ciudad es donde vive la inmensa mayoría de la gente en barrios míseros como el denominado Cité Soleil. La miseria  inunda sus calles. Casas miserables rodea das de montañas de basura, ríos de agua putrefacta que transportaban desperdicios por toda la ciudad, y un olor penetrante a miseria. Un olor inolvidable. (18) Desde la fuente municipal, el depósito o el tanque, los haitianos y haitianas llevan sobre sus cabezas unos veinticinco litros de agua hasta su casa o lo que queda de ella. Deben saber de la importancia de beber el agua tratada y de mantener desinfectado el cubo para transportarla y guardarla en casa para evitar enfermedades como la diarrea, el tifus o el cólera. (19)

Las construcciones en Cité Soleil son de hojalata y madera, y desde lejos despiden una inconfundible vaharada de excremento humano y pudrición.

El polvo, omnipresente e inevitable desde el seísmo, lo sigue cubriendo todo cada día, pese a los denodados esfuerzos de los haitianos por deshacer se de él. Pocos son los que se atreven a entrar a este lugar, y quienes lo han hecho, lo describen como un lugar donde la piedad es a veces inútil. Allí a estas alturas conviven pequeños gánster haitianos que cuentan con armamento de todas las formas y tamaños, y las luchas entre mafias es la escena cotidiana.

No se sabe exactamente cuántas personas viven en Cité Soleil pero se estima que en esta explanada de unas 200 hectáreas, que comienza a espaldas del aeropuerto y acaba en la bahía de Puerto Príncipe, viven unas 300.000 personas. (20)

Con el desastre producido por el terremoto en Haití, Puerto Príncipe se con vierte en una ciudad en ruinas repleta de tiendas de campañas, distribuidas en múltiples asentamientos humanos, en el caso de los más privilegiados, ya que existen cientos de lugares en la periferia de Puerto Príncipe, como es el caso de Cazeau, donde la gente está acampando sin más protección que un pedazo de tela en el mejor de los casos.

Estos establecimientos informales, los cuales están densamente poblados, abarcan comunidades enteras albergadas en refugios auto-construidos bajo decadentes condiciones de vida. En un principio son de carácter provisional sin reconocimiento de derechos legales extendiéndose por toda la capital en terrenos periféricos de malas condiciones que los hace extremadamente vulnerables ante las temporadas de lluvia. Este tipo de agrupaciones son el resultado del terremoto acontecido y se caracterizan principalmente por una densa proliferación de refugios construidos con materiales de desecho, de ahí la necesidad urgente de seguir aprovisionándoles de materiales de refugio como lonas de plástico y tiendas de campaña impermeables que les proporcione condiciones más óptimas frente al agua. Además este tipo de asentamientos carecen de infraestructuras y servicios básicos tales como agua potable, suministro de electricidad, recolección de basuras, canales de drenaje y desagüe pluvial. (21)

Todavía son más de 500 los campamentos improvisados situados en las afueras de la capital haitiana y el gobierno haitiano no sabe cómo realojar a esa gente después de 4 largos años.

El primer ministro de Haití, Jean Max Bellerive dijo,recientemente, que la reconstrucción de las viviendas destruidas en Puerto Príncipe por el terremoto de enero de 2010 podría llevar más de diez años y que las autoridades del país aún no saben cómo realojar a los cerca de un millón de haitianos que han quedado sin hogar desde la catástrofe. (22)

Haití y su capital siguen necesitando del apoyo internacional para poder recuperarse aunque sea lentamente y a largo plazo.

Notas bibliográficas.

(1)Manuel Lucena Salmoral. Piratas, bucaneros, filibusteros y corsarios en Améri ca.

(2)Georges Corrington. Port-au-Prince au cours des ans: La ville coloniale 1743-1789. Haiti, 1975.

(3)internacional.universia.net

(4)Carolyn Fick. The Making of Haití. University of Teneasse Press, 2006 y José Luciano Franco. Historia de la Revolución de Haití. Santo Domingo.

(5)pares.mcu.es/Bicentenarios/portal/independenciaHaiti.html

(6)Augustín Mathurin. Bi-centenaire de la fondation de Port-au-Prince: 1749-1949. Imprimerie des Antilles, 1976.

(7)www.eluniversal.com 24/11/2013

(8)www.arquitecturaenacero.org

(9)Edward Crain. Historic architecture in the caribbean islands. University Press of Florida, 1994.

(10)ht-i2012-haiti-puertoprincipe.blogspot.com.es

(11)www.oxfom.org

(12)Frank López Ballesteros. La inaudita Puerto Príncipe.

(13)traselhiloestalacometa.blogspot.com.es

(14)Diario Granma, 5/12/2012.

(15)Frank López Ballesteros. La inaudita Puerto Príncipe.

(16)www.tripadvisor.es

(17)Hoy.com 22/I/2010

(18)Informe de rtve.

(19)Informe de Médicos sin fronteras, 2013

(20)internacional.el país.com.internacional/2012/09/21/actualidad/

(21)Informe sobre Haití. Haití siglo XXI.

(22)www.intereconomía