Algunas especies viven durante cientos e incluso miles de años. Y otras crecen hasta alcanzar tamaños realmente gigantescos. Aún sin vida, los árboles continúan desempeñando una función vital: contribuyen a aportar variedad al suelo de los bosques.

 

Desafortunadamente, en la actualidad no se permite que los árboles realicen su trabajo libremente y con la frecuencia que debieran. En cambio, las personas siguen encontrando la manera de interferir con ellos, en numerosas ocasiones con consecuencias catastróficas. Tal vez el mejor ejemplo de ello sean estas seis especies de árboles extinguidos como resultado de la locura humana.

 

Árbol “El Senador”

1. Adictos a las anfetaminas.

Recientemente, una mujer adicta a las metanfetaminas buscó refugio en el interior de “El Senador”, un ciprés de 36 metros y 3.500 años de antigüedad de la Florida. Después de refugiarse en una parte hueca del tronco, prendió fuego al árbol mientras trataba de consumir drogas. Quemándose desde adentro hacia afuera, El Senador se derrumbó antes de que llegaran los bomberos.

El Senador era el quinto árbol más antiguo del mundo.

2. El fin de una tradición futbolística.

Los fanáticos del equipo de fútbol de Auburn Tigers en Estados Unidos, disfrutaron durante mucho tiempo de una extraña tradición llamada “Rolling Toomers”. En esencia, se trataba de cubrir un par de robles icónicos de la ciudad con tiras de papel higiénico para celebrar cualquier tipo de acontecimiento.

Esta tradición se puso en peligro en el año 2011, cuando un fanático de un equipo rival, el Alabama Crimson Tide, envenenó a estos árboles de 130 años de antigüedad. Y aunque la tradición tiene posibilidades de sobrevivir gracias al esfuerzo de reforestación llevado a cabo por la comunidad, probablemente será a costa de la vida de los árboles originales.

 

L’Arbre du Ténéré

3. El aislamiento extremo no significa protección.

L’Arbre du Ténéré, conocido en español como el Árbol de Ténéré, era una acacia solitaria que vivía en medio del desierto del Sahara. Durante décadas sirvió como punto de referencia para las caravanas que atravesaban el desierto, marcando además la ubicación de un pozo muy profundo.

Sin embargo, en 1973 el árbol fue arrollado por un conductor de camiones ebrio y no consiguió sobrevivir.

4. Un punto de referencia antiguo se convierte en víctima de una guerra.

El “Árbol Changi” representaba el símbolo de fortaleza de la ciudad de Singapur. Alcanzaba los 76 metros de altura y fue precisamente por esta particularidad por la que logró gran notoriedad.

En 1942, cuando la Segunda Guerra Mundial se expandió hacia el sudeste asiático, el árbol fue talado. Se temía que si se dejaba en pie pudiera ser utilizado como punto de referencia de ataque por parte de los soldados invasores japoneses.

 

Kiidk’yaas, también conocido como el abeto dorado

5. Un participante involuntario en una protesta.

Kiidk’yaas, también conocido como el abeto dorado, era una pícea de Stika que vivía en la Columbia Británica, Canadá. Se destacaba por ser un ejemplo de una rara mutación genética que producía agujas de color dorado en lugar de verdes.

En 1997, un ingeniero forestal de 48 años llamado Grant Hadwin lo taló como acto de protesta contra las grandes compañías madereras. A pesar de que el árbol no consiguió sobrevivir, los científicos lograron producir clones a partir de la recolección de ramas recuperadas.

6. La extraña decisión de matar al organismo más antiguo del mundo.

Tal vez la historia más triste de este artículo sea la de Prometeo, un pino longevo de conos erizados que fue talado en 1964. En la actualidad este árbol hubiera sido considerado el organismo más antiguo del planeta, con al menos 4.862 años de antigüedad o incluso hasta más de cinco mil.

Los detalles exactos del motivo por el cual se taló a Prometeo continúan sin conocerse. Pero cuenta la historia que Donald R. Currey, en ese momento estudiante graduado de la Universidad de North Carolina, analizaba los árboles de la región en busca de especímenes muy antiguos. Generalmente este proceso se realiza perforando el núcleo del árbol para tomar una muestra.

Por alguna razón, Currey no pudo obtener una muestra del núcleo de Prometeo y los Servicios Forestales le dieron permiso para derribar el árbol y así poder contar sus anillos.

El lado positivo de esta historia es que la indignación por la tala provocó la creación de un movimiento para proteger las Montañas Blancas de California.

 

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