Ventajas e inconvenientes de coger la motosierra
Hagamos un ejercicio de imaginación y cojamos esa motosierra y veamos lo que pasa con la economía.
Hagamos un ejercicio de imaginación y cojamos esa motosierra y veamos lo que pasa con la economía.
El cuerpo ideológico neoliberal ha sabido implantarse a través de ideas muy sencillas que es necesario deconstruir. Los mensajes fuertes calan mejor con ideas limpias y escuetas. La afirmación «las empresas crean empleo» es una oración con una sintaxis absolutamente simple, organizada con un sujeto, un verbo y un predicado. Y, sin embargo, se convierte en el corazón de toda una construcción ideológica muy sofisticada con múltiples derivadas.
Nunca, jamás, el hombre pudo imaginar que sin moverse de casa, arrellanado en el sofá podría tener todo lo soñado en menos de una hora.
El surgimiento del modelo económico neoliberal trajo promesas atrayentes. El discurso liberal que lo acompañaba fortalecía a la sociedad civil y la ciudadanía, libres de las trabas y de la opresión del Estado.
La creación en la Unión Europea de un sistema monetario único para fortalecer el sistema financiero y paliar los efectos negativos de la globalización, nació con grandes defectos. A la unión monetaria no le acompañó la necesaria unión política, afrontando cada país su propia idiosincrasia. Estas particularidades de gestión y de vivencias sólo se pueden compensar con reformas que mitiguen los desequilibrios que se producen en el plano económico; y cuando un sistema – es decir, uno de los socios comunitarios – entra en crisis, aparecen los solicitados y temidos rescates.
La llamada economía 4.0 –basada en la automatización generalizada con la aplicación de sistemas inteligentes y tecnologías de la información– va a suponer una aceleración sin precedentes de nuestra capacidad productiva con ahorros de mano de obra directa. Un proceso que ya está en marcha desde hace años y que plantea retos sociales de gran calado.
Pasados siete meses del gobierno Macri se verifica la suba de precios y una inflación que asciende por encima de la capacidad recaudadora del Estado, agravando el déficit fiscal y promoviendo un mayor ajuste que se descarga sobre la población de menores ingresos.
Parece que no hemos aprendido la lección después de la caída de Lehman Brothers: la brecha entre los ricos y el resto sigue aumentando y las políticas económicas son continuistas. Es la dictadura del 1%, donde no hay mérito ni tampoco casualidades.
Todos tenemos el deber de recordar y contar lo vivido, para mejorar el futuro de las nuevas generaciones y evitar los mismos errores.
Están ganando. El acoso sin tregua de los “inversores” está consiguiendo la concentración del poder económico en un número progresivamente reducido de manos.