¿El último coletazo?
Mike Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos, informó el lunes de que Cuba vuelve a formar parte de la lista de países promotores del terrorismo.
Mike Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos, informó el lunes de que Cuba vuelve a formar parte de la lista de países promotores del terrorismo.
No podía ser de otra forma, cuando alguien que no entiende lo que es la Democracia llega al poder no quiere soltarlo. Ha pasado en casi todas partes, sin embargo nos cuesta verlo en Estados Unidos.
Pensé que cuando el insólito Presidente Trump dijo que no iba a poner en práctica los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Acuerdos de París sobre el Cambio Climático se produciría una gran reacción de los líderes del mundo y, en particular, de los europeos. No fue el caso.
La otra noche oí que el presidente de Estados Unidos cree que yo, que soy africano, procedo de un país “de mierda”. Realmente encantador por su parte.
Los Estados Unidos se van porque el partido republicano, con ambiciones hegemónicas, es incompatible con un Sistema multilateral democrático. El Israel de Netanyahu les sigue. Era de esperar.
El insólito Presidente Trump ha dicho que NO a los ODS y a los Acuerdos de París… y, obedientes, sumisos, los países de los grupos plutocráticos (G7, G8….) no sólo han asumido aumentos considerables en las inversiones militares y de armamento, sino que -¡qué indecencia!- han eliminado de las agendas de los encuentros el cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Trump comunica desde la Casa Blanca que “considera el Acuerdo de París perjudicial para la economía estadounidense”.
Vivimos en una sociedad que no relaciona actos con consecuencias. Cualquiera ve que, en circunstancias normales, al abrir un grifo sale agua y al no cerrarlo en horas se produce una inundación. Para los grandes hechos de nuestro tiempo esa regla de acción/resultado parece obviarse, a pesar de todas las evidencias. El nuevo presidente estadounidense Donald Trump es hijo directo de muchos errores y atropellos. Y los poderes varios siguen sin ver su responsabilidad y por tanto alimentando el fenómeno.
Ante la incertidumbre e inquietud que supone la presidencia de Donald Trump si nos atenemos a sus proclamas antes y después de ser elegido, a los nombramientos que ha realizado para ocupar los cargos más trascendentales de la administración americana y a su propia historia personal y empresarial, quién más y quién menos se plantea durante estos días los peligros que encierra la democracia como sistema político.
Los Estados Unidos han iniciado la era Trump. La estupidez se ha impuesto a la razón y la nación más poderosa del mundo tendrá que pagar su torpeza. Lo peor de todo es que, globalmente, percibiremos todas y cada una de las torpes decisiones de un mandatario ególatra y necio.