La noche, dejó paso al alba de la madrugada, cuando ellas y ellos y otros muchos más, abrieron sus ojos a la tímida luz de la mañana, sin saber, lo que el futuro les pudiera deparar. Podrían llamarse María, Tatiana, Ishia o Javier, nombres que tan solo llevan letras impresas de dolor.

Nacemos libres, con una sonrisa en nuestro rostro y vivimos. Vivimos con la esperanza, la ilusión. Sin embargo, el viento a veces, azota con fuerza y al salir al mundo, a nuestra realidad, hace que nos tambaleemos.

La soledad y muchas veces el sentimiento de culpabilidad que nos creamos al pensar que ¡no hay que provocar a la bestia! hace que dejemos de luchar por nosotros mismos y nos dejemos llevar por las palabras y el maltrato que, súbitamente llega a nuestro cerebro y nos ciega con un miedo aterrador. Queremos agradar y hacer las cosas bien, pero nunca lo alcanzamos. El temor nos lo impide.

La vida, bella o no, es vida, fuente de fuerza y valentía intrínseca en cada uno de nosotros, es el arma para continuar en el camino pedregoso hasta encontrar la salida. La vida, nos habla del hambre y necesidad de amor, de vidas ocultas y secretas donde el ultraje posee al cuerpo que vegeta ausente.

La rueda de niños y niñas con su desnudez deseable, novias, casadas, otras vendidas y forzadas hacen que la vida sigua con olor a invierno y flor de romero, a pesar de que la respiración muere, cuando el silencio nos conquista.

Que no enmudezca el mundo en estas fechas donde la Paz y el Amor solicita paso. Grita y saca tu silencio. Tú estás ahí y como una piedra preciosa, brillas con luz propia, y aunque las nubes mammantus presagien fenómenos adversos tienes la fuerza de un gigante y SIEMPRE será superior al cobarde que ultrajó a tu niño interior.

FELIZ NAVIDAD 2022 Y QUE EL AÑO NUEVO 2023 siga regalándonos nuestra mejor arma “La Vida”

 

Autora María del Carmen Aranda