Botiquines obstétricos, antibióticos y medicamentos para el tratamiento de la malaria. Son algunos de los artículos que UNICEF ha distribuido desde principios de año en 25 hospitales de los estados más afectados por la crisis en Venezuela: Caracas, Miranda, Zulia, Bolívar y Táchira.

En total, 55 toneladas de suministros de salud. Además, hemos colaborado con aliados para proporcionar:

  • Acceso a agua potable para más de 400.000 personas y a servicios de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene para otras 25.300 personas en centros de salud, escuelas y otras espacios temporales de aprendizaje y espacios amigos de la infancia.
  • Suplementos de micronutrientes para casi 75.000 niños menores de 5 años y tratamiento ambulatorio para la desnutrición aguda para otros 3.500.
  • Antiparasitarios para 4,3 millones de niños y mujeres embarazadas y lactantes.
  • Casi 9 millones de dosis de la vacuna contra la difteria, 176.000 dosis de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola, y 260.000 dosis de la vacuna contra la fiebre amarilla.
  • Más de 260 equipos educativos para 150.000 niños que estudian en las escuelas públicas.
  • Apoyo psicosocial para casi 10.000 niños y jóvenes.

Además, hemos reforzado nuestra presencia sobre el terreno, con oficinas cerca de las fronteras con Colombia y Brasil, lo que hace que seamos uno de los organismos con mayor presencia operativa en el país.

“UNICEF trabaja en Venezuela desde hace casi 30 años. Mientras el país se enfrente a los efectos devastadores de una crisis económica y política, seguiremos proporcionando a los niños más vulnerables, dondequiera que se encuentren, el apoyo humanitario que necesitan. Las necesidades de los niños siempre deben estar por encima de la política”, ha explicado la directora de Comunicación internacional de UNICEF, Paloma Escudero, que acaba de concluir un viaje de tres días al país.

Venezuela: una situación sanitaria dramática

Nos preocupa que la actual situación en Venezuela haya reducido el acceso de los niños a los servicios básicos (de nutrición, salud y educación) y haya aumentado su vulnerabilidad, anulando varias décadas de progreso. Según estimaciones de Naciones Unidas basadas en fuentes oficiales y de otro tipo:

  • Unos 3,2 millones de niños, es decir 1 de cada 3, necesitan ayuda humanitaria.
  • La mortalidad infantil ha aumentado en un 50% entre 2014 y 2017.
  • Desde enero se han registrado 190 casos sospechosos de difteria y 558 casos sospechosos de sarampión.

En un centro de salud en las afueras de Caracas, Escudero ha hablado con madres y trabajadores sanitarios sobre los desafíos diarios a los que se enfrentan quienes brindan o reciben atención médica: “Muchos médicos y enfermeras han abandonado el país. Los centros médicos están funcionando al mínimo de su capacidad debido a la escasez de medicamentos. La falta de piezas de repuesto ha paralizado las unidades móviles de salud y las ambulancias. Las mujeres embarazadas, muchas de las cuales son demasiado jóvenes y están anémicas, tienen grandes dificultades para obtener la atención que necesitan (…) Para un país que ha logrado grandes progresos durante décadas en la calidad de su atención médica, esta situación es dramática”.

Millones de niños necesitan recibir vacunas, ir a la escuela, beber agua potable y sentirse protegidos. Tenemos planes para ampliar aún más nuestra respuesta, pero necesitamos más fondos flexibles que nos permitan llegar a los niños con los servicios que necesitan”, ha agregado.