Los datos sobre el número de niños y niñas soldados en el mundo siguen siendo incompletos, pero gobiernos o grupos armados de al menos 17 países, entre ellos, Afganistán, Sudán, República Democrática del Congo o Yemen actualmente siguen reclutando menores, según datos de Naciones Unidas. Amnistía Internacional también ha podido comprobar que en 2012 a la lista de países se sumó Mali.

“Tenemos que lamentar el retroceso que supone el aumento del número de países que reclutan menores soldados. Amnistía Internacional pudo constatar el pasado mes de enero cómo grupos islamistas armados están reclutando menores de entre 10 y 17 años”, señaló Carlos Sanguino, responsable del trabajo sobre menores de Amnistía Internacional. “ Y sólo el pasado 20 de enero al menos cuatro de estos niños soldados murieron durante los combates entre los grupos armados islamistas y fuerzas militares malienses y francesas que tomaron la ciudad de Diabaly”.

Cada día miles de niños y niñas participan en conflictos armados, son utilizados para cometer atrocidades, sufren malos tratos y vejaciones, violaciones o se convierten en testigos de asesinatos. No siempre participan directamente en los combates, también se les asignan funciones de apoyo que les exponen a enormes riesgos como el ser porteadores de soldados heridos, de munición, ser espías o mensajeros, y en el caso de las niñas, en ocasiones son obligadas a servir de esclavas sexuales.

Avances a lo largo de 2012

Sin embargo, a lo largo de 2012 se han producido avances para poner freno al uso de menores soldados. Dos sentencias cruciales de la Corte Penal Internacional y el Tribunal Especial para Sierra Leona han ampliado el alcance de la rendición de cuentas, sentando jurisprudencia innovadora en el reclutamiento y utilización de menores en conflictos armados, lo que es considerado como crimen de guerra.

El 14 de marzo de 2012, la Corte Penal Internacional condenó a Thomas Lubanga, por reclutar y alistar menores de 15 años en su grupo armado, las Fuerzas Patrióticas para la Liberación del Congo, y por hacerlos participar activamente en las hostilidades. Por su parte, el 26 de abril de 2012, el Tribunal Especial para Sierra Leona declaró al ex Presidente de Liberia, Charles Taylor, culpable de complicidad con el Frente Revolucionario Unido (FRU) en la perpetración de crímenes de guerra durante la guerra civil que vivió Sierra Leona entre 1991 y 2002, entre ellos, la utilización de menores soldados.

“Las dos sentencias sientan importantes precedentes y sirven para advertir claramente a quienes hayan cometido crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en todo el mundo que sus actos no quedarán impunes.”, manifestó Yolanda Román, responsable de Incidencia Política de Save the Children. “Esperamos que éstas sirvan para que se pongan en práctica políticas concretas para garantizar que se cumpla el derecho internacional y evitar que se sigan reclutando menores soldados por parte de los grupos armados”.

En los últimos años, se firmaron importantes planes de acción coordinados por Naciones Unidas para poner fin al reclutamiento de menores soldados y para asegurar su liberación en República Centroafricana, en Sudán del Sur, en Myanmar y en Somalia. En la actualidad este número de planes de acción ascendía a 19 en 2012. Alrededor de 150 países han ratificado o firmado ya el Protocolo facultativo relativo a la participación de menores en conflictos armados de Naciones Unidas, que sigue siendo la herramienta jurídica de protección más importante para los y las menores en conflicto.

Nuevos retos

Se tiene constancia de la participación de menores en numerosos conflictos armados desde 2005, por eso es necesario seguir tomando medidas para avanzar en este campo.

Por un lado, el próximo 18 de marzo Naciones Unidas podría pronunciarse sobre la puesta en marcha de un Tratado Internacional para el Control del Comercio de Armas, un tratado que debe regular la transferencia de armas a países en los que se utilicen para cometer violaciones de derechos humanos, entre ellas, la utilización de menores soldados.

Por otro, es necesario que los Estados prioricen los derechos de grupos especialmente vulnerables como los menores. “Los niños que son utilizados como soldados no pueden ser considerados culpables, deben ser tratados como víctimas, muchos de ellos reclutados en la escuela, y se debe seguir apostando por políticas que favorezcan su reinserción en la sociedad”, destacó Pablo Funes, responsable de proyectos África de Entreculturas.

En Mali, un menor soldado reclutado por grupos armados islámicos contaba en enero: “Estudiaba con otros 23 alumnos con un maestro coránico. Hace dos meses, el nieto de mi maestro nos vendió a los islamistas. Nos unimos a un grupo de otros 14 jóvenes que portaban armas. Al principio me mandaron trabajar en la cocina. Los rebeldes nos golpeaban durante las lecciones del Corán porque pensaban que nuestra pronunciación de los versículos árabes no era correcta”. También este menor contaba sobre su adiestramiento: “Nos adiestraban para disparar apuntando al corazón o a los pies. Antes del combate, teníamos que comer arroz mezclado con un polvo blanco y una salsa con un polvo rojo. También nos ponían inyecciones. A mí me pusieron tres. Después de esas inyecciones y de comer el arroz mezclado con el polvo, me convertía en un vehículo de motor, podía hacer cualquier cosa por mis dueños”.

Peticiones de las organizaciones al Gobierno español

Las organizaciones Alboan, Amnistía Internacional, Entreculturas, Fundación El Compromiso y Save the Children se han dirigido al Gobierno español solicitando:

  • Que tengan en cuenta las preocupaciones y recomendaciones existentes en relación con los niños y niñas soldados, especialmente en Mali y República Democrática del Congo, y las promuevan en el marco de las Naciones Unidas, Unión Europea, y en sus reuniones bilaterales con las autoridades de los países que aún reclutan menores soldado.
  • Que impulsen programas internacionales de asistencia de menores soldados, prestando especial atención a su situación psicológica, rehabilitación e integración, facilitándoles el acceso a oportunidades de educación y empleo adecuados.
  • Que promuevan la adopción de un Tratado Internacional de Comercio de Armas sólido que ayude a evitar las transferencias de armas que contribuyen a la violencia contra los menores, incluido el reclutamiento y uso de niños y niñas soldados.

 

amnistia.org