“Si la abeja desapareciera, el hombre sólo tendría cuatro años de vida en la Tierra”.
Albert Einstein
(1879-1955)
Algunos países, como Estados Unidos, reportan que se han perdido hasta el 80% y 90% de las colmenas.
Existen diversas teorías que pretenden explicar este fenómeno. Algunos científicos lo atribuyen al calentamiento global, otros a pesticidas agrotóxicos y neurotóxicos; algunos más lo atribuyen a la telefonía móvil o celular.
En los últimos meses, ha surgido la teoría de que las abejas están siendo afectadas por la combinación de un virus y un hongo en el intestino, lo cual les está provocando un desorden que ha sido nombrado “Colapso de Colonias”.
La desaparición de las abejas constituye un problema de gran magnitud para la humanidad que requiere ser atendido de inmediato. La presencia de la abeja en el mundo es indispensable para la cadena biológica, un factor decisivo en la producción de ozono, oxigeno y del alimento de las especies animales.
Para entender la importancia de las abejas en nuestra vida diaria, basta decir que la agricultura mundial depende en un 70% de la polinización de los estos insectos; tan sólo la agricultura de Europa depende en un 84%. La desaparición de la abeja conllevaría a una catástrofe alimenticia de enormes proporciones y se produciría una carestía sin precedentes en los alimentos, entre los primeros efectos económicos y sociales adversos.
En lo que se refiere a los bosques, los campos, y las selvas, los efectos ecológicos serían desastrosos. La extinción del insecto provocaría que la vida en el mundo se acabara en 40 años. Y es que la abeja es la principal responsable de la polinización, y sin ellas, no habría plantas, y sin estas últimas, no habría vida animal. Las consecuencias son fatales porque se rompería la cadena alimenticia, de la cual forma parte el hombre.
Recientemente se dio a conocer un informe de una importante entidad financiera internacional, en la cual aconsejaba a los inversionistas que “pusieran atención” al oro y al maíz, para beneficiarse de la posible recesión originada por la ruptura de la cadena alimenticia, causada por la alta mortandad de las abejas.
Organismos internaciones -como la FAO- se han mostrado preocupados por este lamentable fenómeno y han sugerido que científicos e investigadores del mundo sigan indagando y se acerquen con mayor profundidad a este suceso que afecta –muy seriamente- la viabilidad del planeta Tierra en su conjunto a corto plazo, y que cancelaría la vida del hombre en un mediano plazo. Se debe actuar ya para prevenir una catástrofe de proporciones incalculables que resultaría irreversible.
Por Alejandro Guerrero Monroy
Coordinador Centro IDEARSE para la Responsabilidad y Sustentabilidad de la Empresa
Universidad Anáhuac México Norte.
Es dramatico lo que señala Alejandro Guerrero en este interesante artículo. Debemos hacer algo ya.
Pff, eso quiere decir que nos extinguiremos nosotros también! Que mal, que dejen de usar pesticidas de una vez… D: