En marzo de 2011, 769 familias campesinas e indígenas fueron expulsadas violentamente de sus viviendas del Valle del Polochic. Sus cultivos fueron quemados y tres campesinos murieron como consecuencia de la violencia empleada por parte de los Cuerpos de Seguridad del Estado y la empresa Chabil Utzaj.
Más de cuatro años después del desalojo la mayoría de las familias sigue en condiciones indignas, sin casas donde vivir ni tierras que cultivar. Después de la presión por parte de las organizaciones campesinas, sociedad civil y la repercusión internacional del caso, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, se comprometió públicamente y por escrito a otorgar tierras a todas las familias desalojadas. Pero el compromiso fue incumplido y solamente 140 familias fueron trasladadas a nuevas fincas.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó al gobierno guatemalteco que aportara los recursos necesarios para garantizar a la población desalojada la alimentación, seguridad, salud y vivienda necesarias, pero estas medidas cautelares tienen muchas limitaciones en su implementación.
La organización internacional para el desarrollo Oxfam ha lanzado, con el apoyo del Comité de Unidad Campesina (CUC), el informe Situación de Seguridad Alimentaria y Nutricional en las familias desalojadas en el Valle del Polochic. Entre sus principales conclusiones, la organización alerta que 6 de cada 10 niños y niñas de las familias desalojadas del Valle de Polochic sufren desnutrición crónica. De acuerdo con el informe, esta alarmante situación puede agravarse todavía más en los próximos meses si no se toman medidas necesarias.
La desnutrición aguda en Polochic es el doble de la reportada por poblaciones similares en otras regiones de Guatemala, como el departamento de Alta Verapaz. El problema afecta también a los adultos “El 77% de las familias consumen una dieta inadecuada e insuficiente. Además, las malas condiciones de saneamiento ambiental en las comunidades y el nulo acceso al agua segura agravan la situación”, alerta Luis Paiz, director de Oxfam en Guatemala.
El documento revela también que más del 30% de las niñas y niños de las 14 comunidades desalojadas solo comen dos veces al día, cuando los organismos internacionales recomiendan por lo menos cinco. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) define el hambre como sinónimo de desnutrición crónica. Para este caso se puede afirmar que 6 de cada 10 niños pasan hambre en Polochic”, afirma Paiz.
La crisis del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de los últimos dos años causó la disminución de los servicios básicos de salud para las familias, con poca cobertura de acciones fundamentales como la suplementación nutricional. Para el Comité de Unidad Campesina (CUC), esta situación, ligada a la crisis y corrupción generalizada del gobierno son las principales causas del hambre entre las familias del Polochic. “El gobierno de Guatemala ha sido incapaz de garantizar el derecho a la vida, seguridad, alimentación y albergue de las familias cuyos cultivos fueron destruidos y sus casas quemadas. La corrupción y la crisis de gobierno ha dejado al Estado sin recursos humanos y financieros para hacer frente a los compromisos. Existe una responsabilidad jurídica ante esta situación de riesgo en las cuales viven más de 3,000 personas”, declara Daniel Pascual, coordinador del CUC.
Oxfam alerta también para el incumplimiento por parte del Gobierno de Guatemala de las medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. “Los altos índices de inseguridad alimentaria de las familias, que llega a más de 60%, es una prueba de que las cantidades de alimentos entregadas por el Estado son insuficientes. El maíz, por ejemplo, es poco más del 10% de la cantidad recomendada”, explica Luis Paiz.
El estudio llama la atención sobre la necesidad de medidas urgentes para evitar una crisis humanitaria en la región en el corto plazo. Las familias están sin reservas de granos básicos, sin tierras suficientes para producir y las inundaciones de los últimos meses afectan a las próximas cosechas. El riesgo de hambre es inminente.
Se reconocen algunos avances con la entrega de tierras en 2013 a 140 familias, pero quedan pendientes más de 600. Así que tanto Oxfam, el CUC, las organizaciones aliadas de la Campaña Defender la Vida es un Derecho y Crece, coinciden que la solución definitiva al problema solo llegará cuando se garantice el acceso a la tierra y un traslado y asentamiento digno a todas las familias afectadas por el desalojo. “El acceso a la tierra es fundamental para que estas familias puedan volver a tener una vida digna, como antes de los desalojos forzados de 2011. Es hora de que el gobierno actúe, garantice las necesidades de las comunidades de Polochic, principalmente niños y niñas, y restituya las tierras a todas las familias desalojadas”, apunta Daniel Pascual.
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