¿Por què ya no somos Bukowsky?
El poeta era la otra cara, el lado B, de la cultura exquisita de los últimos siglos de Europa y de los EEUU.
El poeta era la otra cara, el lado B, de la cultura exquisita de los últimos siglos de Europa y de los EEUU.
Hace varios años ya, comparto con un amigo una idea de estudios que quisieran “volar” (o aterrizar) por “encima” (o por debajo, por ciertos fundamentos), al igual: el viejo y el nuevo mundo.
Por este año, y el pasado 2022, pues ando recorriendo las geografías del país austral de Chile, en unas perspectivas dobles o triples. ¿Cuales?
En el Chile siglo XXI poco se habla de él y habré de hacer, para ustedes, su presentación sobre Baltasar Gracián.
En dos días se quema en bosque, en casas y de cerros, tanto como todo el año pasado: estas son las dramáticas noticias que parten de la zona centro-sur de la larga franja de tierra que es Chile.
Podemos pensar la propuesta (social) utópica como una versión del paradigma de la cultura Occidental moderna –que considera el cambio histórico tan inevitable como en alguna senda de “progreso”.
Hay al menos estas dos maneras de acercarse al fenómeno que llamamos Buen Vivir. A través de la explicación y la elaboración, entonces, de conceptos y teorías, o a través de una donación, el darse de un cierto hecho intuitivo y novedoso, que llama a una interpretación de sentido.
El 17 de junio pasado el presidente chileno Gabriel Boric ha tomado la decisión histórica y valiente –con el apoyo y fundamentos directos de dos de sus ministras (Medio Ambiente y Minería, y seguramente con muchos más en el gabinete), de dar una potente señal que puede significar el comienzo de una etapa de historia, un nuevo tiempo para la cultura del siglo XXI.
¿Cómo ha emergido el sumak kawsay/buen vivir en los ámbitos políticos e intelectuales latinoamericanos? Ya por 1992, se constata el debate en torno del sumak kawsay en documentos que circulan entre las dirigencias políticas de movimientos indigenistas, especialmente de la región de Pastaza, el oriente ecuatoriano.