1. La crisis de política de España se manifiesta de muchas formas como el descrédito de la monarquía; el franquismo que sigue mandando; el lío de Cataluña que el gobierno de Rajoy y las políticas del PP hicieron más grande y complicado echando leña al fuego y mintiendo; el descrédito de los jueces incapaces de defender la libertad de expresión y de manifestación así como de proteger a las víctimas de la violencia machista y de demasiadas violencias. Descrédito de las instituciones por claudicar ante los poderes económicos no elegidos nunca en las urnas; descrédito de la política que también han financiado y apoyado los poderosos en su beneficio, que no el de las personas normales, para que nadie les moleste a ellos como corruptores. Corrupción del Estado, de la cabeza a los pies.
  2. La crisis capitalista de 2008 se está “superando” aplicando sin piedad y de forma criminal a base de despidos, rebajas de sueldos, contratos basura, obligando al personal a hacerse autónomo o a no cobrar las horas extraordinarias. Recortes laborales, sociales y democráticos.

Las clases trabajadoras son empobrecidas y dejadas sin ilusión por un futuro mejor para sus hijas e hijos. Los bancos y multinacionales cada vez son más poderosos y ganan más millones,  con la sumisión de los partidos de derechas y de una falsa izquierda, que no acaba con la reforma laboral y permiten que suban alquileres y vivienda. A lo que sumamos el machismo criminal impune y que nuestras hijas o amigas tengan miedo otra vez a salir solas de noche o sus novios o maridos las puedan agredir.

Todo esto ha provocado el incremento mundial de la extrema derecha, el autoritarismo y el fascismo en todo el mundo. En Europa gracias a los recortes que la Unión Europea ha impuesto sin piedad sube la derecha racista y nacionalista más cercana al fascismo. Para controlar a los pueblos los capitalistas necesitan romper las izquierdas y controlar “las democracias liberales” sacando a pasear a la extrema derecha.

Quienes nos han robado no son los pobres que vienen en patera huyendo del hambre. Nos han robado los bancos y los ricos que no quieren pagar impuestos para mejorar la sanidad, la educación o las pensiones y encima hacen creer que exigiendo menos impuestos, nos los van a rebajar a nosotras y nosotros, las personas trabajadoras. Es una mentira. Solo lo hacen en interés de ellos y sus herencias millonarias.

Por tanto, los llamamientos a la tranquilidad y a ser buenos demócratas, no van a frenar nuestro malestar. Nadie va a salir a defender en las calles la Europa de los recortes y los bancos. Nadie va a defender la injusticia. Pero las personas pueden ser engañadas por fuerzas reaccionarias y fascistas con mensajes populistas. El engaño de la extrema derecha es criticar el sistema para luego aplicar con mano de hierro las políticas de los poderosos, los ricos y si no veamos los ejemplos de Polonia o de Hungría. Salvar a España, pero eso sí a la España de las grandes fortunas, los grandes propietarios de tierras, solares y casas. Los poderes financieros y bancarios.

En conclusión, decimos que no es momento de arrugarse ante la extrema derecha y menos de hacerles el juego. PP, Vox, Ciudadanos son las tres patas del mismo banco. El rey no va a solucionar nada que no sea en beneficio de sus intereses y de los poderes fácticos, además no puede gobernar. Denunciando que apoyar la monarquía divide a las fuerzas de progreso y por tanto beneficia a las derechas. Que hace falta un programa de recuperación de la democracia. Que solo la democracia garantiza los avances y justicia, pero para que la democracia sea verdadera, hace falta que las cosas cambien mucho y podamos elegir qué forma de gobierno queremos.

Basta ya de salarios y pensiones de miseria. Basta ya de alquileres e hipotecas abusivas. Basta ya de recortes en sanidad y repagos. Basta ya de rebajas de impuestos a los ricos, las grandes empresas y no cobrar impuestos a los bancos. La reforma laboral y la ley mordaza abolidas ya. Basta de consentir el terrorismo contra las mujeres.

Por todo esto mucha gente no vota o considera que todos son iguales. Por qué no hay unas políticas diferentes de unos y de otros en el fondo. Porqué la extrema derecha nos engaña diciendo que la culpa es de los inmigrantes, cuando la culpa es de quienes quieren seguir ganando más a nuestra costa y no quieren pagar impuestos, quitándonos médicas, médicos y maestras. Poniendo nuestras jubilaciones en peligro o dejándolas en la miseria. Cuando hablan los y las políticas no les entendemos.

La izquierda socialista es repartir, no conformar. Es apoyar a la gente obrera, no a los ricos herederos, los bancos o a los tramposos.

Carlos Martínez