El ovillo de Ariadna y el Oráculo del solar de enfrente
Las crisis son como los laberintos. Nadie sabe que camino seguir para salir de él, tampoco se sabe con certeza quién nos metió allí, han sido tantas vueltas que uno no sabe si está en el principio, en la salida o en el centro de la maraña. Dada esta situación se impone rezar para que no aparezca un minotauro y se nos zampe sin más.