polar-bears_1425387cA pesar de que las condiciones extremas del Ártico hacen que la perforación en alta mar sea una actividad de alto riesgo, al desaparecer la capa de hielo se abren posibilidades de exploración y perforación para la industria del petróleo. Un estudio publicado en la prestigiosa revista científica Nature concluye que la extracción de petróleo en el Ártico es incompatible con limitar el aumento de la temperatura global por encima de dos grados centígrados, el objetivo acordado por la mayoría de los gobiernos del mundo.

“2015 es el año más caluroso jamás registrado y el Ártico está desapareciendo ante nuestros ojos. Esto debería ser una advertencia a las petroleras que buscan destruir la zona. De hecho Shell está ahora mismo perforando en busca de hidrocarburos en Alaska y la empresa noruega TGS Nopec está realizando sondeos sísmicos en Groenlandia para buscar reservas de petróleo para la industria.” ha declarado Elvira Jiménez, responsable de la campaña de Ártico de Greenpeace.

La extensión de hielo marino comenzará ahora su aumento estacional durante el otoño e invierno hasta alcanzar su máximo de hielo a principios del próximo año. En febrero de 2015, que es cuando se ha alcanzado la máxima extensión de hielo ártico, se alcanzó un nuevo mínimo histórico desde que se tienen registros.

“No necesitamos más imágenes de satélite que muestran cómo la capa de hielo se está reduciendo para darnos cuenta de que es urgente que se tomen medidas para proteger el Ártico. Es hora de que los gobiernos y la industria responda y una buena señal sería detener la actividad actual de Shell en Alaska. La solución al deshielo del Ártico no está en un pozo de petróleo del fondo marino de Alaska”ha concluído Jiménez.

La Administración de Obama emitió a mediados del mes de agosto, entre fuertes críticas, el permiso final para que Shell pudiera comenzar a perforar el fondo del océano Ártico de Alaska en busca de nuevas reservas de petróleo. Miles de ciudadanos han salido a la calle para pedirle al Presidente estadounidense que cancele estos permisos, uniéndose a los más de siete millones de personas en todo el mundo que piden la creación un Santuario en las aguas internacionales del océano Ártico para sus aguas de las amenazas de la industria del petróleo.

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