Semejante apuesta por los derechos humanos sin precedentes en la historia, permite investigar casos de genocidio (que ya no prescriben nunca), delitos contra la libertad e indemnidad sexuales, contra la salud pública y la explotación de seres humanos… a nivel internacional, para garantizar mayor seguridad a los ciudadanos y dejar claro que los culpables de tales delitos, serán perseguidos allí donde se encuentren.

En noviembre del 2013, amparados en el principio de justicia universal, que han suscrito prácticamente todos los países democráticos, se interpuso una orden de detención contra el ex presidente chino y su ex primer ministro, por las múltiples matanzas en el Tibet. Tras una esperpéntica visita de altos mandatarios de aquel régimen a sus amigos de nuestro gobierno, nuestras autoridades reformaron la ley de justicia universal aceleradamente, y la orden se dictó por una sección de la Audiencia Nacional en un precipitado auto sin motivar, justo cuando esta se enfrentaba a una inspección del CGPJ por el permanente retraso en la resolución de recursos.

Poco tiempo ha pasado desde entonces, y 48 peligrosísimos narcotraficantes se han visto beneficiados por esta incomprensible medida, saliendo en libertad de manera automática. Y las liberaciones van a continuar. Tales decisiones están escandalizando a los países democráticos de nuestro entorno, que no comprenden la causa de nuestros incumplimientos en materia de derechos humanos y seguridad ciudadana, nuestros compromisos internacionales, suspendidos de manera unilateral por nuestro gobierno, el fin de la justicia universal.

Y todo se debe a la petición del gobierno chino en aquella visita exprés de noviembre. Nuestras autoridades encantadas con el “amigo chino”, vuelven a ser complacientes, descendiendo nuestro país a los infiernos.

El régimen chino no es un modelo a seguir, es una amistad muy peligrosa: la situación de los derechos humanos, la persecución y desaparición de los disidentes, la explotación y alienación de sus trabajadores, la situación laboral, son casos que no se deben omitir.

El régimen de Madrid ha puesto fin a la ley de justicia universal por petición de Pekín: y lo que debemos es reflexionar hasta qué punto estas amistades son peligrosas, sobre todo cuando gozan del aplauso de la ciudadanía, porque el partido del gobierno, hay que recordarlo, ha vuelto a ser la lista más votada este domingo. Y es muy triste que este tema se omita en las tertulias políticas, máxime cuando de lo que se insiste machaconamente, es en llamar a la formación ciudadana Podemos, fuerza radical de la extrema izquierda, y amiga de la revolución bolivariana.

Es una manera farisea de escurrir el bulto, de orientar la opinión pública hacia asuntos externos, cuando lo más preocupante es hacia dónde nos lleva la amistad de nuestro régimen con el de China. Me dirán los economistas conservadores, que aquel régimen ha comprado deuda española en enormes cantidades, y que no lo ha hecho gratis… también podríamos insistir en que las deudas se compran de unos países a otros, y que seguro que otros gobiernos la comprarían sin tener que suspender nuestras leyes. De hecho, China ha comprado deuda de otros países europeos, y estos se han negado a suspender la Ley de Justicia Universal, sabedores de que no pueden renunciar a nuestro marco de libertades.

Nuestro régimen ha entrado en una vorágine de decisiones improvisadas, fruto de quien ha perdido la cordura, y de la mano de regímenes peligrosos que no valoran los derechos humanos y que nos están empujando a un abismo muy profundo.