Si, como todo el mundo sabe, la ruta tradicional para los migrantes africanos era la de pasar desde Marruecos a las islas Canarias o a las costas del sur de España en pateras para posteriormente dirigirse hacia Francia o países de Europa central, en los últimos años se van consolidando claramente dos rutas migratorias que, hoy en día, tienen mayor peso que la tradicional ruta marroquí por el mayor número de personas que las utilizan y el deseo de escapar de la guerra existente en sus países de origen. Además, estos inmigrantes que parten de Libia hacia Italia o de Turquía hacia Grecia saben que si llegan a ese destino serán considerados como refugiados de guerra y no podrán ser expatriados a sus respectivos países.
A continuación analizaré someramente estas tres vías o rutas de escape que utilizan miles de refugiados diariamente:
1ª Ruta.
El centro de partida sería Turquía a donde llegarían miles de migrantes procedentes de países en conflicto, es decir, de Siria, Afganistán e Iraq, fundamentalmente. Estos miles de inmigrantes se concentran diariamente en las costas turcas para pasar en barcazas o pateras a las islas griegas situadas en el mar Egeo.
Según informa Acnur los inmigrantes que llegan a las islas griegas de Kos, Chíos y Lesbos generan un “caos total” ya que no tienen acceso a alojamiento apropiado, agua potable, alimentos ni a servicios sanitarios.
Las cifras que maneja el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), en los primeros siete meses de este año más de 225.000 inmigrantes y refugiados han llegado a la Unión Europea (UE) por el Mediterráneo, de los que más de la mitad -unos 124.000- desembarcaron en Grecia, principalmente en las islas de Lesbos, Kos, Quios, Samos y Lesbos.
Los registros indican que las llegadas a las islas griegas se han incrementado en un 750 por ciento entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2015 con respecto al mismo periodo del año pasado. Solo en el mes de julio de 2015, llegaron a estas islas griegas unas 50.000 personas. Estas alarmantes cifras hacen prácticamente imposible una aceptable atención social por parte de ONGs y voluntarios que son incapaces de atender a esta avalancha humana.
Además, estos miles de inmigrantes establecidos en Grecia desean cruzar la frontera de Macedonia para dirigirse a Alemania y son “recibidos” con gases lacrimógenos y golpes con porras por parte de la policía de este país. Según distintas informaciones, 3.000 inmigrantes se acercan diariamente a la frontera de Hungría. Los inmigrantes, pues, no solo se juegan la vida al cruzar el mar Mediterráneo en pequeñas y masificadas barcazas sino que, además, se encuentran con el cierre de fronteras y todo tipo de dificultades para llegar a su destino final (Alemania, Dinamarca o países nórdicos).
2ª Ruta.
Tiene como punto de concentración la ciudad de Zintan, en Libia, a unos cien kilómetros del mar Mediterráneo. El origen de estos miles de migrantes, aparte de la propia Libia, serían los procedentes de Malí, Etiopía, Egipto o Argelia. En Zintan las mafias se ponen en contacto para ofrecer sus “servicios” a los decididos inmigrantes a cambio de unos 700 dólares por un sitio en una pequeña lancha que los lleve a las islas del sur de Italia.
Según el diario El Universal (10/5/2015) el 18 de abril de 2015, unos 800 migrantes murieron cuando su embarcación naufragó frente a las costas italianas. Se salvaron tan solo 28 personas y se localizaron 24 cuerpos flotando en el mar Mediterráneo. Más recientemente, el 27 de agosto en Austria, murieron en el interior de un camión frigorífico 71 inmigrantes, 4 de ellos niños por asfixia.
Esta ruta es muy activa y los flujos de migrantes, por tanto, muy considerable. Tan solo durante un fin de semana, en el mes de mayo de 2015, fueron rescatados del mar unos 6.800 migrantes. La guardia costera italiana salvó a unos 170.000 migrantes en el mar Mediterráneo y desde enero a abril del presente año, los inmigrantes llegados a Italia rondaron las 25.000 personas mientras que los muertos, en este mismo periodo de tiempo, superaron los 1780 según el informe reciente de la Organización para las Migraciones Internacionales (OIM).
El objetivo final de los migrantes africanos no es establecerse definitiva mente en Italia sino cruzar la frontera francesa y establecerse en ese país o ir más hacia el norte (hasta Gran Bretaña) cruzando el peligroso tramo de Calais de forma ilegal (y jugándose la vida en ello) para establecerse en Gran Bretaña donde las medidas sociales son cada vez más restringidas para estos inmigrantes.
Acnur criticó fuertemente a los gobiernos de Francia y Reino Unido por la situación en la ciudad portuaria de Calais, donde unos 3.000 inmigrantes viven en campos de refugiados improvisados, asegurando que podría ser tratado como una “emergencia civil”. Al menos nueve inmigrantes africanos han fallecido, a lo largo de los seis primeros meses de este año, al intentar pasar desde Francia a Gran Bretaña por el túnel de Calais por donde circulan trenes de alta velocidad o camiones de gran tonelaje.
3ª Ruta.
Se podría decir que es la más clásica y tradicional. Parte de Marruecos en donde previamente se concentrarían miles de migrantes procedentes de países subsaharianos que diariamente pretenden llegar a Ceuta o Melilla y así, cruzando dichas fronteras ya estarían en España y, por consiguiente, en Europa. Otra parte importante de migrantes lo hacen diariamente en pateras desde las costas marroquíes hacia las islas Canarias, Algeciras, Granada o Almería principalmente. Otro grupo de inmigrantes pasan hacia España ocultos en vehículos o “vulnerando el perímetro fronterizo”. Así intentaron llegar a España, a través de Ceuta y Melilla, 7.486 personas durante 2014. En total consiguieron llegar a España utilizando distintos medios de transporte unos 7.000 inmigrantes africanos desde Marruecos.
Si en 2014 hubo más de 70 saltos a la valla de Melilla que sumaron más de 22.000 intentos individualizados y 2.100 entradas, este año solo se han contabilizado 12 tentativas de salto al perímetro, en los que han participado casi 3.700 inmigrantes y han conseguido su propósito 105 en total. En la valla de Ceuta la presión migratoria es algo mayor ya que a lo largo de este año hubo unos 19.000 intentos individualizados de superar la valla ceutí pero tan solo lo consiguieron un 10%, es decir unas 190 personas. No obstante, sigue habiendo una bolsa de inmigrantes cerca de Ceuta y Melilla que no han tirado la toalla a pesar de las mayores dificultades.
Parece ser que en estos últimos meses la presión de los inmigrantes africanos en saltar las vallas de Ceuta y Melilla para llegar a España y, por ende, a Europa, ha descendido considerablemente. Ello es debido al reforzamiento de medidas coercitivas, mayor altura de las vallas con cuchillas cortantes en su parte superior y a la posibilidad de utilizar otras rutas alternativas menos traumáticas para llegar a Europa. Así, se sabe que durante los seis primeros meses de 2015, tan solo llegaron a nuestro país procedente del continente africano unas 1.100 personas cifra muy inferior a la de años anteriores.
Lamentablemente los flujos migratorios procedentes de África, tanto del Norte como del Sur, no van a cesar en tanto no cambien radicalmente las inhumanas condiciones de vida de sus países de origen, por el contrario van a seguir incrementándose alimentados además por el empuje de las mafias, las cuales a medida que se ordenen las migraciones originarias del Magreb desplazarán su área de acción hacía el Sur.
En cualquier ruta que utilice un migrante africano se tiene que ver, casi obligatoriamente, con algún miembro de la mafia que controla estas distintas vías de escape y tendrá que pagar por su puesto en la patera o barcaza entre 600 y 1200 dólares por persona dependiendo de las circunstancias que se den en cada momento y de las distintas relaciones que tenga con los dirigentes mafiosos.
Cuando por fin (y después de jugarse la vida en el intento) llegan a un país europeo que ellos consideran como “el paraíso” se encuentran con la insolidaridad de las instituciones europeas que los recibe de mala gana, intentando cada país comunitario hacerse con el menor número de inmigrantes posible y recortándoles todo tipo de asistencia (sanitaria, mínimo salario de reinserción, alojamiento, etc).
Al final, si no se dedican al trabajo callejero de venta de CDs, pañoletas, cuadros, esculturas de madera, alfombras,etc (son los denominados mantas) que, por cierto, cada vez cuentan con una mayor presión policial para impedirles estas ventas, caen en una red de explotación laboral trabajando de forma clandestina durante más de doce horas al día, sin seguridad social y viviendo apiñados en pisos o bajos comerciales con salarios por debajo del denominado salario mínimo (unos 670 euros).
Este es el triste y dramático panorama con el que se encuentran los miles de inmigrantes africanos que pretender llegar a Europa, a toda costa, sin reparar en riesgos, separaciones familiares, desarraigo cultural y todo tipo de extorsiones sin cuento. Parten de su país de origen: Malí, Etiopía, Siria, Iraq, Marruecos, Libia, Argelia…para escapar de guerras y conflictos sociales o religiosos y en busca de un lugar mejor donde vivir pero su paraíso, Europa, no les espera con los brazos abiertos sino como una carga que intentan aligerar procurando cada país tener el menor cupo de inmigrantes posible.
Alemania ha dado un paso adelante, admitiendo recibir durante éste año a 800.000 refugiados, aunque la tónica general es la de oponerse a recibir más allá de unos pocos miles de refugiados en los distintos países de la UE. Hemos pasado de una Europa solidaria donde los problemas y cargas se procuraban repartir equitativamente entre todos sus miembros a otra Europa más mercantilista e insolidaria que ven estos fuertes movimientos migratorios como algo que les es ajeno e intentan evitar su llegada poniendo trabas de todo tipo a estos inmigrantes que solo buscan un nuevo lugar donde vivir para, así, no morir de hambre o de forma violenta en sus países de origen.
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