En primer lugar tengo que aclarar a los lectores que como catalán y residente en Zaragoza, toda mi actuación al respecto, frente a cualquier posible malinterpretación sobre la gloriosa historia común de los pueblos que en su día formaron la llamada Corona de Aragón, siempre ha sido, es y será, la de limar asperezas e interpretar la Historia con la máxima veracidad. Es por todo eso que siempre seré crítico con los excesos y manejos intencionados provengan de donde provengan. De esta manifestación pueden hacerse eco los centenares de amigos y lectores que tengo en Aragón.
La plataforma NHC tiene a orgullo que sus componentes no hablen catalán y su “virtud” confesada es la de no hablar un idioma que fue la lengua materna de muchos de los reyes de la Corona y en distintas versiones es hablado por gran parte del Aragón oriental, pese a los pintorescos nombres con que el anterior gobierno de la Comunidad se empeñó en rebautizar a esas lenguas, y que muchas gentes aragonesas reivindican como cultura y lengua propia, cito como ejemplo al llorado Jesús Moncada, autor del Camí de sirga.
Sin embargo, considerando que cada cual puede establecer libremente la frontera de sus conocimientos o de su ignorancia, no voy a censurar a la tal plataforma su nombrecito. Mi comentario va dirigido al artículo de marras.
Sostienen que, en las tapas de algunos productos de la fábrica de galletas Trias, aparece un mapa presentando la expansión mediterránea de la Corona Aragonesa bajo el título de “La expansión Mediterránea de los Países Catalanes” extraído de la colección: Història Nacional de Catalunya de Antoni Rovira i Virgili de 15 tomos y que fue editada nada menos que en año 1924, culminando el objetivo de la Renaixença que, desde mediados del siglo XIX, se había impuesto el plausible deber de impulsar un movimiento cultural en los territorios de habla catalana con la voluntad de hacer renacer el catalán como lengua literaria y cultural. La controvertida acepción del ya famoso plano ha tenido multitud de glosas que sería repetitivo y, probablemente inútil, remachar. No obstante, lo imputa la NHC como si fuese algo premeditado y actual por parte de la empresa de Santa Coloma, que si bien es famosa por la calidad de sus productos no es, ni trata de serlo, un referente del conocimiento histórico.
Según me ha manifestado uno de los responsables de la empresa, el señor Joaquim Trias, no existe ningún producto que lleve en su tapa el discutido mapa. No obstante, en el museo de la fabrica y donde se exponen diferentes medios de fabricación, productos y envases a lo largo de sus inicios desde 1908, regalan a los numerosos visitantes unas postales publicitarias. Una de ellas, que ya se viene obsequiando desde hace quince años, muestra el famoso mapa de la enciclopedia de Rovira i Virgili y que proviene en su génisis, no en su texto, de un rollo manuscrito del Archivo del Monasterio de Poblet y así consta en la leyenda al pie del dibujo. Por tanto, hay que tener en cuenta el momento y el contexto en que los amanuenses elaboraron la carta. Así pues, el gran descubrimiento que denuncian los de la plataforma es de sobras conocido y el artículo incierto y tendencioso.
Sin todavía poderme recuperar de esta insensata manipulación, escucho las infortunadas declaraciones del conseller de Justícia de la Generalitat de Catalunya, Germà Gordó, respecto a que cuando Catalunya consiga su independencia habrá que pensar en conceder la nacionalidad a los habitantes de los territorios de otras autonomías – incluso de la occitana francesa -. Sus palabras ya han sido contestadas por los presidentes de Aragón y de Valencia, por lo que no voy a repetir argumentos. Solo quiero añadir que si el señor Gordó está por la autodeterminación de los Pueblos, como él pregona, debería dejar que cada cual sea libre de escoger su destino y sus preferencias patrióticas sin manipulaciones nacionalistas. Cualquier otra intención de reinventar un imperio político es tan patética como los personajes de lo absurdo que interpretaba el actor canadiense Leslie Nielsen, con quién por cierto tiene una gran parecido físico Gordó.
En vez de tantos regresos al pasado e interpretaciones, por parte de unos y de otros, deberíamos estar orgullosos de nuestra historia en común y así comprender mejor un pretérito de vivencias fraternales y abrazar un futuro de colaboraciones beneficiosas para catalanes, aragoneses, valencianos, mallorquines y occitanos. Nunca sobra un poco de sentido común. Ni saber idiomas.
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