Casi al final de la conversación, el presentador sorprendió al entrevistado con la pregunta respecto de cuáles eran sus simpatías en relación al futuro de la selección española de fútbol. Al president le pudieron más sus sentimientos y se salió por la tangente reivindicando una selección catalana. Ferreras insistió en el tema y Aragonès hizo gala de sinceridad evitando caer en la nada inocente trampa periodística.
Uno, que se confiesa muy partidario de la decisión del gobierno respecto a los indultos y que defiende todos los pensamientos e ideologías, siempre que sean permisivas y democráticas, no puede evitar la sonrisa ni imaginar cuál es la selección favorita de algunos políticos de mi Catalunya, aunque nunca lo reconocerán en público.
Por ejemplo, presumo que Jordi Pujol es partidario de su verdadera patria, Suiza. Hacía la confederación alpina van sus preferencias, los rezos de su esposa y los maletines de algunos de sus hijos. Con Puigdemont tampoco tengo dudas, por motivos obvios, Bélgica es su opción. La presidenta del Parlament me parece, tanto ella como su modista, partidarias de Ucrania, puesto que los modelitos que luce de faldas acampanadas y paracaidistas parecen basados en los vestidos típicos de los trajes tradicionales del país de orillas del Mar Negro.
No sé la preferencia del amigo Artur Mas, pero les aseguro que Inglaterra no es su elección; los barcos de la Royal Navy fueron encarnizados enemigos de sus ancestros cuando ejercían de negreros en el siglo XIX, su tatarabuelo y el hermano de este a bordo del Pepito y bajo pabellón español, se enriquecieron a costa de la libertad de otros seres humanos. Como ven, nadie de estos dirigentes gritará a favor de la selección española y yo respeto sus simpatías y sus sentimientos.
Por mi parte, y dado que el sueño de Aragonès de una selección catalana está todavía lejano, seguiré apoyando a los Jordi Alba, Sergio Busquets y al resto de los seleccionados de Luis Enrique, como apoyé y celebré el cabezazo de Carles Pujol que eliminó a Alemania o el zambombazo de Iniesta que nos hizo campeones. Cosas de los sentimientos.
Es probable que cuando lean este artículo, la Suiza de Jordi Pujol haya eliminado a España, lo que levantará las risas de algunos lectores; cabe dentro de la posibilidad. Les aseguro que cenaré como todos los días, solo es deporte. Sin embargo, si es la selección de Luis Enrique la que se hace con el triunfo, lo disfrutaré… es una cuestión de simpatías.
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