-Cambiar de tal modo los procedimientos electorales que las próximas elecciones resulten en un Parlamento realmente representativo, prestigioso, eficaz. No pueden aceptarse como “democráticos” los parlamentarios que han alcanzado su escaño con porcentajes de participación ciudadana tan exiguos.
-Unión política y unión económica: no puede seguir siendo una Comunidad dependiente de pautas económicas dictadas por grandes consorcios neoliberales. Con la unión monetaria se empezó la casa por el tejado. Es indispensable remediar este gran error.
-Propiciar un multilateralismo democrático, con la refundación del Sistema de las Naciones Unidas, rechazando con firmeza y apremio el dislate de la gobernanza por grupos plutocráticos (G7, G8… G20).
-Rápidas acciones a favor de una seguridad autónoma sin las vinculaciones y supeditaciones actuales.
-Inmediato desarme nuclear, promoviendo un clamor popular mundial desde la Unión Europea.
-Aumentar el trabajo para todos en un nuevo marco laboral, que no esté guiado por intereses de grupo sino por la justicia social.
-Favorecer I+D+i, sin recortes, para conseguir una auténtica competitividad.
-Facilitar la equidad y la transición desde súbditos a ciudadanos, de espectadores a actores.
-Transición desde una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra a una economía de desarrollo global sostenible.
-Perseguir la evasión fiscal y la intolerable insolidaridad que representa, tomando las medidas para que se eliminen, de una vez, los paraísos fiscales.
-Favorecer el establecimiento de prioridades mundiales, especialmente las relativas a la alimentación, suministro de agua, salud y respeto al medio ambiente. Los europeos debemos poner en práctica medidas para la reducción de anhídrido carbónico y favorecer, a través de un compromiso renovado cada día un desarrollo humano y sostenible a todas las escalas, evitando de este modo -y no con vallas y concertinas- una inmigración forzada por la pobreza extrema y el hambre.
-Poner de manifiesto sin pausa, por la palabra y por el grito, el genocidio de miles de personas, la mayoría niñas y niños de 1 a 5 años, que mueren en el desamparo y el olvido, mientras se invierten casi 4.000 millones de dólares en armas y gastos militares.
-Adoptar todas las medidas propias de la responsabilidad intergeneracional, especialmente las que se refieren a procesos potencialmente irreversibles, con el fin de asegurar a las generaciones venideras la calidad que corresponde a la habitabilidad de la Tierra.
-Fortalecimiento de la democracia a escala personal, local, nacional, regional y mundial, favoreciendo la adopción, por las Naciones Unidas, de una Declaración Universal de la Democracia, único contexto en el que será posible la inflexión histórica de la fuerza a la palabra que se avecina.
-La educación debe basarse en la experiencia de los docentes y en los principios establecidos por instituciones bien acreditadas en pedagogía en lugar de atender las sugerencias de organizaciones especializadas en otras dimensiones, tales como la economía y las finanzas.
Si se abordaran estas cuestiones y otras similares, el Europarlamento sí que podría tener un papel relevante no sólo en el futuro continental sino mundial.
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