Estoy harto de políticos, presuntos líderes, incendiarios y reaccionarios, que han generado bandos de ultras que defienden una idea sin pararse a pensar en ella.
Estoy harto de gente que sigue consignas y lugares comunes sin ni siquiera reflexionar, o, me atrevo a decir, sin saber que significa ni si son ciertos.
Estoy harto que a quienes defendemos posturas de diferente color al blanco o negro, nos digan ingenuos, blandos o de estar de perfil.
Estoy harto de tener un presidente del gobierno que es un simple funcionario y piense que solo debe hacer cumplir la ley. Un político no se refugia en la ley, las discute, las redacta, las modifica y, si le toca gobernar, las aplica, pero siempre tiene que estar abierto a mejorarlas con los avances de los tiempos. Quien hace cumplir las leyes son los jueces, policías y resto de funcionarios y funcionarias, en su desagradecida labor diaria.
Estoy harto de ver que hay políticos que se saltan la ley y que no quieren discutir en las instituciones democráticas para promulgar y cambiar otras leyes y luego va y se vanaglorian de dialogantes y demócratas por convocar votaciones tan irregulares como impopulares como demuestra su baja participación y las considera legales y vinculantes.
Estoy harto de otros grupos políticos, que se consideran populares, del pueblo, que insisten una y otra vez en declarar de manera unilateral algo que va a perjudicar mucho a corto plazo a las clases populares, tanto en el bolsillo como en su seguridad.
Estoy harto de toda la gente con voz, periodistas, líderes de opinión, sea cual sea la postura que tengan, que genera odio, y crea enemigos donde antes había vecinos, colegas e incluso familia.
Estoy harto de los nacionalismos que generan ruina durante toda la humanidad y grandes guerras, xenofobia, torturas y genocidios.
Estoy harto de que no se aprenda lo que pasó en Yugoslavia gracias a este nacionalismo excluyente y racista, lo que pasa en Ucrania, o lo que pasó durante el régimen franquista.
Estoy harto que se envuelva la gente en banderas y cierren la puerta a personas que tienen que huir de sus países porque tienen miedo y hambre y necesitan sobrevivir y un poco de tranquilidad.
Estoy harto de las fronteras y de quienes las quieren poner o cerrar, mirándose solo su ombligo.
Estoy harto de que no se den cuenta, o no quieran darse, del daño que han hecho y del daño que aún están generando para muchos años.

En fin, que estoy tan harto, que quiero desahogarme un poco y recuperar la esperanza, porque los seres humanos, las mujeres y hombres de este planeta, somos capaces de lo mejor y de lo peor, pero siempre lo malo es más fácil.

Quiero un mundo mejor, más limpio, solidario, y respetuoso, y el camino es el contrario del que siguen los dirigentes de estado español, que también lo es de Cataluña, y del gobierno de Cataluña, que también es un gobierno español legalmente. Por nuestro bien, y por el suyo, deben irse a su casa ambos y reiniciar.

Un beso a quien haya llegado hasta aquí.