Evitar el dolor
buscando las cumbres de la luz en las pequeñas
cosas
amando los límites del tiempo, las más mínimas
semejanzas
del cielo en la tierra
sin nunca rabiar con lo que parece adverso.
Amenazados por las sombras
y por una oscuridad imperturbable que empuja a los
precipicios
como desequilibrios de estrellas
entre el descontento de horizontes aburridos
de una noche que se repite con el mismo silencio de
un inestable amanecer.
Dicen que la vida nos pide la paciencia de la luna,
su conversión diaria
quién sabe cuándo volveremos a frotar las mañanas
sin que las lágrimas migren.

 

Scongiurare il dolore
cercando le sommità della luce tra le piccole cose
amare gli orli del tempo, le minime parvenze
di cielo in terra
senza mai accanirsi con ciò che sembra avverso.
Minacciati dalle ombre
e da un buio indisturbato che spinge precipizi
come disequilibri di stelle
tra malumori di orizzonti annoiati
da una notte che si ripete con lo stesso silenzio di
un’alba instabile.
Dicono che la vita ci chiede la pazienza della luna
la sua conversione al giorno
chissà quando torneremo a sfregare mattini senza
migrazioni di lacrime

 

Autora Michela Zanarella

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