"foto"El informe de la organización ecologista, Koch Industries: la oscura financiación del negacionismo climático  demuestra los vínculos entre esta empresa y las organizaciones negacionistas que difundieron el "Informe Calzada" (Study of the effects on employment of public aid to renewable energy sources), que apareció coincidiendo con el debate sobre la Ley Americana de Energía Limpia y Seguridad en la Comisión de Energía y Comercio del Congreso de EEUU.

Tras la publicación de los informes de Greenpeace, Gabriel Calzada ha confirmado, en declaraciones a Público, que para su informe antirenovables obtuvo fondos del Institute for Energy Research (IER), organización que recibió 175.000 dólares de la red Koch entre 2005 y 2008, como ha acreditado Greenpeace. "Con las declaraciones de Calzada al diario Público ya podemos afirmar que el Informe Calzada fue financiado por una de las organizaciones negacionistas que más fondos recibe de la red de Industrias Koch, dentro de su estrategia para frenar los programas de apoyo a la energía limpia de Obama", ha afirmado Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace.

La investigación de Greenpeace expone que el IER también promocionó otro informe para descalificar la política danesa de apoyo a las energías renovables y ha promovido  estudios del ACCF/NAM y de la Fundación Heritage, en los que se exageran los costes derivados de las políticas climáticas y se desaconseja que Estados Unidos ejerza el liderazgo internacional en esta materia. Robert Bradley, antiguo ejecutivo de Enron, es el consejero delegado del IER y uno de sus fundadores. Thomas Pyle, antiguo miembro del grupo de presión de Koch y de la industria petrolífera, es presidente del IER y de la American Energy Alliance (AEA), otra organización financiada por ExxonMobil e Industrias Koch, que fue fundada por la Asociación Nacional de Industriales y el Instituto Americano del Petróleo para actuar como altavoz negacionista en el debate climático.

Según el informe de Greenpeace, el poder económico de Industrias Koch, que además de sus intereses petroleros comercializa en España marcas como Colhogar, Lycra o Demak’up, determina su influencia política en el debate energético estadounidense, como se desprende de los siguientes datos:

  • Casi 25 millones de dólares aportados en concepto de financiación al negacionismo americano, entre 2005 y 2008.
  • Más de 37 millones de dólares gastados en concepto de lobby directo en materia petrolera y de gas, desde 2006.
  • Más de 2 millones y medio de dólares invertidos, sólo en 2008, por el comité de acción política de Industrias Koch en aportaciones a miembros del Congreso y el Senado de EEUU, superando, incluso, las aportaciones de Exxon Mobile, el icono americano por excelencia en cuanto a lobby de los combustibles fósiles.

"El objetivo tradicional de los negacionistas ha sido bloquear cualquier política que conduzca a reducir emisiones, como el Protocolo de Kioto, para evitar que se consuma menos energía sucia. Ahora sus esfuerzos van dirigidos contra las energías renovables porque saben que son su mayor amenaza, puesto que cada vez se sustituye más energía sucia por renovables, y tienen que parar esa tendencia antes de que sea irreversible", ha añadido el director de Greenpeace. "Lo más indignante es que la actual política del Gobierno español, que está dando un giro dramático contra las renovables, está haciendo el juego a esos mismos intereses, que en nuestro país son alimentados por las grandes eléctricas".

http://www.greenpeace.es/

 

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