La organización ecologista apela a la urgencia de reducir las emisiones expresada en los planes climáticos y energéticos de la Unión Europea, que tiene el objetivo de conseguir ser casi neutra en emisiones en 2050. “Es incomprensible que, en este contexto, las compañías energéticas sigan proponiendo nuevas centrales térmicas de carbón -la principal causa de cambio climático-, pero más incomprensible sería que la Administración las autorizara a sabiendas de sus impactos, no solo en el clima sino en la salud y en la economía de los ciudadanos” ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña Cambio Climático y Energía de Greenpeace.

En las alegaciones presentadas figuran motivos como la incompatibilidad del proyecto en términos climáticos, la falta de coherencia con el Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética (2007-2013) y la sobrecapacidad eléctrica instalada en España que hace innecesaria la instalación de una nueva central. Además, Greenpeace apunta a los impactos sanitarios, ambientales y económicos derivados de la quema de carbón.

La organización ecologista recuerda que, según uno de sus últimos informes, la contaminación provocada por las centrales térmicas de carbón provoca graves enfermedades, así como el aumento de la mortalidad prematura. En este sentido, las centrales de carbón de Enel Endesa en España son responsables de 300 muertes anuales y 1.216 millones de euros en gastos y que, de aprobarse la ampliación, la central de Los Barrios podría igualar, en impactos, a la de Carboneras (111 muertes prematuras y 423 millones de euros anuales).

Greenpeace hace hincapié en la necesidad de hacer de la lucha contra el cambio climático una cuestión transversal al conjunto de políticas nacionales e internacionales. En este sentido, el Parlamento Europeo se manifestó recientemente a favor de reforzar el Sistema Europeo de Comercio de Emisiones (ETS, según siglas en inglés), una medida a la que España todavía no ha prestado su apoyo pese a las importantes ventajas que podría representar para España desde el punto de vista económico.

La organización ecologista ha comunicado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la necesidad de que España se alinee con los países más progresistas de la UE y apoye la reforma del ETS, así como el establecimiento de un triple objetivo europeo (reducción de emisiones, energías renovables y eficiencia energética) para 2030 que permita asumir la mejor trayectoria posible hacia el cumplimiento del objetivo europeo de reducir entre un 80% y un 95% las emisiones en 2050.

“Los análisis económicos recomiendan no dejar la mayor parte del esfuerzo de reducción de emisiones para el final, por eso un objetivo lineal de reducción de emisiones como el que defiende el Gobierno español en la UE (el 40%) es insuficiente, sobre todo teniendo en cuenta que, hoy en día y quedando 17 años para 2030, ya tenemos asumido el objetivo del 20% que se estableció para 2020”, ha añadido Vila.

Asimismo, Greenpeace reitera sus propuestas para la reforma energética que está a punto de aprobar el Gobierno, que pasan por el abandono progresivo de las centrales nucleares -que restan flexibilidad al sistema e impiden el avance de las renovables-, así como de las centrales térmicas de carbón, por sus repercusiones climáticas, económicas y sociales.

 

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