Utilizar energías más limpias es una de las mejores formas de reducir las emisiones de carbono y luchar contra el cambio climático, pero ¿cómo podemos asegurar que efectivamente estemos sustituyendo una fuente de energía contaminante por una fuente más limpia?

De acuerdo a la Agencia Internacional de la Energía, el hidrógeno (H2) verde es el nuevo vector energético que promete complementar los esfuerzos de la eficiencia energética, las energías renovables y la electrificación de la demanda junto a los combustibles sintéticos para reducir la huella de carbono. Es también el elemento más abundante en el planeta y aquel que promete “descarbonizar” los sectores de la economía difíciles de electrificar como la minería, el transporte de cargas viales y férreas, la metalurgia, entre otros.

Certificar con estándares internacionales

Sin embargo, no todo el hidrógeno se obtiene de la misma manera. Algunas formas son más contaminantes que otras y por eso es esencial certificar cómo se produce.  Es necesario cuantificar las cantidades de gases de efecto invernadero emitidas a lo largo del proceso. Por ejemplo, si el hidrógeno se obtiene utilizando electricidad, se deberán contabilizar las emisiones de gases involucradas en generar esa electricidad (que podría provenir de energías renovables o no renovables). Se suma a esa contabilidad la confirmación de que el agua necesaria sea utilizada de manera sostenible.

Certificar emisiones en la producción de hidrógeno es una medida de garantía de calidad que permite desarrollar la industria y los mercados de hidrógeno , no solo para consumo local sino también para exportar. De esta forma, se agrega valor al hidrógeno porque es aceptado en mercados internacionales que demandan grandes volúmenes con estándares altos de calidad. Utilizar un mismo método de certificación para ambos destinos – consumo local y exportación- es ideal, pues genera una mayor confianza y credibilidad al país o entidad que lo produce.

Proceso de certificación compatible con las Directivas de Energías Renovables de la UE Fuente: HInicio – 2021.

Por ejemplo, un esquema que cumpla con la regulación de la Unión Europea (UE), podría ser el enfoque más adecuado para generar garantías de origen que permitan asegurar los criterios de sostenibilidad a los fines de una exportación. Esto permitiría exportar hidrógeno producido localmente, o sus derivados, directo a mercados europeos, sin ser afectado por barreras comerciales.

El caso de Chile

Chile ya ha trazado una estrategia que indica que el hidrógeno verde ayudará a reducir en un 21% las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)  del país, e identifica el potencial de producción de hidrógeno y los posibles mercados y sectores que lo utilizarían. Para lograrlo, es necesario contemplar el registro y certificación de emisiones de GEI. Sin embargo, existen distintos esquemas de certificación y metodologías de verificación que permiten este “registro” en la cadena de producción del hidrógeno.

Un estudio financiado por el Banco Mundial para el Gobierno de Chile, identifica los esquemas disponibles y analiza cuáles podrían aplicarse en el país. Recomienda la adopción de un método que sea diseñado a partir de estándares de garantía de origen internacionalmente aceptados (por ejemplo, el European CertifHy o el Estándar de Combustible Bajo en Carbono de California, que tienen la doble utilidad de verificar las metas de reducción que el país se ha propuesto y para comercializar el hidrógeno internacionalmente.

Además, el estudio propone que el proceso de certificación sea claro y simplificado, para que tanto grandes como pequeños productores de H2 verde puedan acceder; y que la gobernanza del sistema de certificación se base en un esquema público-privado, para proveer un buen balance de desarrollo.

Mejorar el logro de las metas de descarbonización de Chile

Medir y certificar las emisiones de GEI en la producción del hidrógeno verde en Chile es fundamental para cumplir las metas de descarbonización del país,  en su esfuerzo por continuar la lucha contra el cambio climático. Certificar permite asegurar el cumplimiento de metas de descarbonización y generar créditos de carbono, como numerosos casos de estudio lo demuestran.

Implementar sistemas de certificación de origen del hidrógeno verde en Chile garantizaría que la industria y el transporte que usen este recurso energético tengan emisiones de GEI menores que otras alternativas. Lograr esto no solo contribuirá a cumplir con las metas de las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC), o compromisos para la descarbonización, que ha presentado Chile. También permitirá exportar hidrógeno verde y garantizar que productos que integren el hidrógeno en su cadena de valor también tengan menor contenido de GEI (como podría ser el caso del cobre), agregando valor a sus exportaciones.”.

¡Sin duda el refrán de que “para mejorar hay que medir” tiene en el desarrollo del hidrógeno verde su nuevo socio de la mano de la certificación!

Autores: Janina Franco, Roberto Estevez, Silvia Carolina Lopez Rocha