Sin embargo, dicha premonición no se ha cumplido, pero las dudas existen, ya que comienzan a surgir dudas razonables acerca de si la escuela como se concibe hoy día responde a las necesidades actuales de la sociedad, si no estaremos desarrollando una institución meramente burocrática y hasta cierto punto fosilizada. Se podría afirmar que en muchas ocasiones tenemos una escuela que enseña contenidos de siglos pasados a alumnos que viven en el siglo XXI con profesores que no se han dado cuenta que no estamos en el S.XX.
Así, en larecta final del S. XX surgió una tendencia a educar a los hijos fuera del sistema de la escuela tradicional –home schooling-, optando muchos padres y madres por educarlos en casa ya sea por motivos ideológicos, religiosos o pedagógicos. Actualmente, más de millón y medio de niños están escolarizados en casa en EEUU y ya están llegando a 300.000 los que lo hacen de ese modo en Europa. Países europeos como Dinamarca, Irlanda, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Portugal, Suiza, Reino Unido y Austria ya reconocen el derecho de los padres a la escolarización en casa. En España, Grecia y Holanda el tema no está tan claro, pero ya ha habido pronunciamientos de los tribunales considerándolo legal y posible.
Lo que en principio eran razones ideológicas y religiosas para optar por este modelo, en estos momentos son claramente pedagógicas y académicas. Muchos padres entienden que la escuela no responde a lo que debe ser una institución educativa en el S. XXI, es más, están convencidos que cumple el papel contrario, desarrollando un currículum desfasado, permitiendo unas relaciones interpersonales conflictivas y violentas, y coartando el desarrollo adecuado de los alumnos. Asimismo, entienden que los procesos de aprendizaje que se generan en las escuelas no solamente no son efectivos sino que limitan dos valores básicos en la sociedad de hoy: la autonomía y la responsabilidad personal, proyectando en las familias y en los niños una ansiedad que limita la posibilidad de aprender. En todo caso, se aducen esencialmente cinco razones para optar por este tipo de enseñanza: dudas acerca de la efectividad y calidad de las instituciones tradicionales como la escuela; la confianza en la educación personalizada; el propósito de estrechar lazos familiares; el intento de atenuar la influencia negativa de los compañeros de estudio; y la inquietud ante la inseguridad creciente de las escuelas.
Muchos padres han decidido que nada mejor que en casa para que sus hijos reciban una educación personalizada acorde a las necesidades del S.XXI
En el proceso imparable de escolarización universal que la sociedad ha tratado de desarrollar estas últimas décadas hemos confundido en muchas ocasiones escolarización con educación. Actualmente ya hemos conseguido en las sociedades occidentales que casi todos los niños de 3 a 16 años estén escolarizados, lo que se puede considerar como uno de los logros más importantes del S. XX. Pero en las innumerables horas que pasan en la escuela en todos esos años ¿reciben realmente una educación? Muchas voces han surgido en los últimos años quejándose de que este sistema no funciona, que cada vez más nuestros hijos tienen más contenidos que estudiar, más deberes, más asignaturas…, o que los sistemas de disciplina no funcionan, no hace falta nada más que ver las últimas noticias en primera plana en todos los periódicos acerca de la violencia escolar. Ante esta situación algunos padres han tomado en parte su responsabilidad para crear otro modo de “escolarizar” a sus hijos.
El niño del S. XXI dispone a su alrededor de múltiples recursos, diríamos que de innumerables posibilidades de aprender. Podemos hacer referencia a la televisión, la radio, la música, los juegos electrónicos, todas las posibilidades que aporta internet y, desde luego, la familia y la calle. El conocimiento ya no está solamente en las instituciones escolares ni desde luego en el profesor. Ante esta realidad muchos padres han decidido que nada mejor que en casa para que sus hijos reciban una educación personalizada acorde a las necesidades del S.XXI. Dos circunstancias animan a estos padres: su nivel de formación y capacitación, y la creciente accesibilidad a todo tipo de recursos educativos e información.
“el concepto de educación ya no se basa en la presencia de los alumnos enclaustrados en la escuela como los monjes en un monasterio”
Lógicamente, no puedo soslayar algo que el lector habrá reconocido enseguida. ¿De qué ámbito de la población hablamos cuando nos referimos a padres con un alto nivel de formación y recursos? Estamos ante una situación en la que solamente las clases medias y altas de nuestra sociedad pueden optar por un modelo alternativo al tradicional de la escuela. Me surge una pregunta inquietante ¿quedará la escuela como institución solamente para las clases desfavorecidas? ¿Se abrirá una brecha según el modo de formación? Hay que tener en cuenta que las primeras promociones de alumnos “escolarizados en casa” ya han llegado a la Universidad y con bastante éxito. En algunas de ellas consideran un mérito preferente para entrar el haber sido “escolarizados en casa”, ya que piensan que disponen de mayor capacidad de autoaprendizaje, autonomía y responsabilidad. Actualmente hablamos de brecha digital, ¿nos referiremos también a una brecha educativa en unos pocos años?
No faltan los detractores de este modo de “escolarizar en casa”. Personalmente pienso que no les falta razón. Por ejemplo, aspectos como la sociabilidad y las relaciones personales en un contexto real solamente pueden desarrollarse en situaciones que reflejen la diversidad del mundo real. En EEUU ya se han llevado a cabo algunos estudios sobre los niños formados en este sistema de escolarización y los resultados han sido bastante superiores al promedio nacional en las pruebas generales. Pero también hay que decir que los padres hacen pasar a sus hijos esas pruebas cuando están seguros de que están preparados ytendrán éxito. Además, no podemos olvidar que son familias de clase media y alta, lo que provoca que los recursos de que disponen para acceder a la información y el conocimiento son bastante importantes.
Es muy difícil predecir que será de este movimiento y de la escuela en un futuro próximo. Lo que no podemos obviar es que la escuela como institución debe cambiar, que los espacios en los que se llevará a cabo la educación van a ser muy diversos en el futuro. Como afirma Farenga, “el concepto de educación ya no se basa en la presencia de los alumnos enclaustrados en la escuela como los monjes en un monasterio”.