No hubo declaración de guerra, ni armisticio final, oficialmente el asunto fue calificado de incidente, con una censura tan rigurosa como eficaz, que borro de la memoria la guerra de Ifni-Sáhara.

Al formarse el Protectorado marroquí entre Francia y España, en 1912, la administración española comprendía dos territorios distintos, la zona  norte incluía las regiones del Rif y Yebala, haciendo frontera con las ciudades de Ceuta y Melilla (que no pertenecían al protectorado por ser territorio español) y con el condominio internacional de Tánger, que limitaba con Protectorado francés. La zona sur llamada Cabo Juby, hoy Tarfaya, lindaba con la colonia española del Sáhara al suroeste y con el río Draa al norte, Ifni, fue la región cedida por el Sultán de Marruecos Mohamed IV en 1.860, en virtud del Tratado de Wad-Ras, donde Marruecos y España acordaron que había estado Santa Cruz del Mar Pequeña, enclave castellano frente a Canarias, asentamiento continental estratégico como factoría comercial en el que se levantó una torre construida por Diego García de Herrera en 1.478, disponiendo de una guarnición y que fue abandonada definitivamente en el siglo XVI ante los persistentes ataques de las tribus locales, en 1.934 bajo el mandato de  la Segunda República el Coronel Capaz, desembarcó en Ifni y de acuerdo con los jefes tribales tomo posesión de la zona pacíficamente, a todo este territorio se le denominaba, África Occidental Española (AOE).

En el Protectorado francés, poco a poco van apareciendo distintos partidos de ideología nacionalista cuyos ideales se apoyaban en la Carta Atlántica, el principal era el Istiqlal, (partido de la independencia), fundado en 1.943 en cuyo manifiesto la principal demanda era la independencia de Marruecos y en política interna el reconocimiento del Sultán Mohammed Ben Yusef , futuro Mohammed V, como Rey al estilo de una monarquía parlamentaria, el nacionalismo se fue extendiendo por el territorio marroquí cobrando un fuerte impulso cuando Mohammed V, apoyó al Istiqlal por lo que Francia decide exiliarlo a Madagascar, sustituyéndolo por Mohammed Ben Aarafa, monarca títere de Francia, que fue muy impopular y cuyo reinado duro dos años.

El malestar de la población fue creciendo y con él la lucha armada con una espiral de atentados realizada por el recién fundado “Armée de Libération” (Ejército de Liberación o Yeicht Taharir), brazo armado del Istiqlal, creado por el Comité de Libération du Maghreb Arabe (Comité de liberación del Magreb Árabe), cuyo objetivo era el regreso de Mohammed V, a Marruecos, y la liberación de los tres países Marruecos, Argelia y Túnez.

Finalmente Aarafa renunció al trono en 1.955 y Francia permitió el regreso de Mohammed V, comenzando a negociar la independencia de Marruecos que fue concedida al año siguiente. Como hemos dicho la visión política de Mohammed V, y del Istiqal, liderado por uno de sus fundadores Allad el Fasi, era muy distinta; el objetivo desarrollado por Allal el Fasi, era (y aún hoy sigue siendo para nuestro vecino) la creación del gran Marruecos, que incluía los Protectorados francés y español, el Sáhara Occidental, Mauritania, la zona occidental de Argelia, el norte de Malí y las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, esta visión utilizada para unir a la población marroquí era preocupante para el monarca alauita, pues aunque él participara de la misma todavía no había consolidado su poder y podía derivar en un conflicto con las dos potencias protectoras del momento.

La política española durante el proceso de independencia fue inexplicable, apoyó a los insurrectos permitiendo el establecimiento de campos de entrenamiento del Ejército de Liberación (E L) en Nador, además de  suministrarles armamento, esta actitud difícil de entender pues el final del Protectorado francés significaría el final del español, podía tener como objetivo la desestabilización de Francia en la zona que a corto plazo beneficiaría a España pero sin llegar a la independencia.

Para Francia, en África, todo giraba en torno a Argelia, que no era considerada colonia sino provincia francesa y cuando estallan las revueltas en Marruecos se quitan el problema de encima dándole la independencia, esto implica de facto que España debe de dar la misma a su territorio pues el acuerdo de Protectorado así rezaba. La situación pilló por sorpresa a los militares africanistas españoles, incluido el propio Franco, (no en vano debían sus carreras a África), atrapado por el acuerdo del Protectorado Norte no tuvo más remedio que conceder a su vez la independencia a dicha parte española, sin tener claro qué papel tiene que desempeñar y lo peor sin una política definida y sólida en la zona.

En 1.956 una empobrecida España, todavía no se había recuperado de la terrible guerra civil, sumergida en la agónica posguerra con escasos recursos y aislada políticamente del resto del mundo (aunque hacia poco más de un año que había sido admitida en la ONU), no será hasta 1.959 con los planes de estabilización que comience la recuperación económica; apoyada en un ejército de remplazos (la famosa mili), arcaico y obsoleto que intentaba modernizar poco a poco, en él se daban grandes contrastes pues ante las modernizadas tropas paracaidistas recién creadas, estaban los soldados de remplazo mal uniformados y peor armados, con material obsoleto de la guerra civil como los viejos fusiles máuser la mayoría defectuosos, calzados con alpargatas que se rompían en un terreno pedregoso y duro como el de Ifni y que ellos mismos se remendaban con alambres al no tener repuestos, estas tropas se complementaban con la “Policía a Pie” para la región norteña de Cabo Juby, fronteriza con Marruecos y en el Sáhara la Agrupación de Tropas Nómadas ambos cuerpos formado por efectivos nativos con oficialidad española: “A mí me destinan al Asmara (Esmara) teniente del grupo nómada. Empecé allí a montar a camello y a hacer patrullas a camello. La presencia de España es un teniente montado a camello, vestido como los nómadas y 15 soldados detrás a camello. La navidad del año 56 la pasé yo en la jamada y tuve que decir a un tío que diera palmadas para tomar yo las uvas, y como no tenía uvas, me tomé doce espárragos. Yo vivía como ellos, vestía como ellos, hacía las mismas costumbres que ellos. Me limpiaban con grasa los pelos de las piernas, se ponía brillante el pelo. Era integrarte en la vida de ellos.” General Mariano Fernández-Aceytuno.                                                         

Ante esta escasa capacidad militar era necesario contar con el apoyo desde Canarias ante cualquier situación complicada.

Con la independencia marroquí la situación empeoro rápidamente comenzando las primeras protestas en Ifni, de unificación con Marruecos, ante esta situación el Gobernador de Ifni-Sáhara, General Ramón Pardo de Santayana pide refuerzos a Madrid, pero la respuesta es negativa agarrándose a la tradicional amistad hispano-árabe y a los acuerdos firmados con Mohammed V, Santayana, continúo insistiendo y finalmente se envían en julio de 1956, la XIII Bandera de la Legión al Sáhara y la I Bandera Paracaidista a Ifni. Entre tanto el brazo armado del Istiqlal, el Ejército de Liberación, comenzó a tomar posiciones en la zona dirigiéndose hacia posesiones francesas lo que provoco la protesta de Francia ante la pasividad de las autoridades españolas.

La opinión de Santayana, era justo la contraria del Gobierno de Madrid, veía con gran preocupación el aumento de efectivos del Ejército de Liberación en el territorio de Ifni-Sáhara, con miras a la invasión de Mauritania, por lo envía a Madrid sendos telegramas alertando de la situación a la vez que pedía más refuerzos y libertad de movimientos, la respuesta no fue la deseada:  «Situación amistad España y circunstancias especiales de la población de ese Territorio Ifni aconseja el extremar las medidas de prudencia, autorizo a VE a encuentros y (ilegible) con habitantes del territorio esperando momentos favorables para restablecer el derecho cuando éste pudiera ser vulnerado no dando estado a infracciones eventuales fruto de la ignorancia de los naturales y situación equívoca de estos momentos». (“Radiograma del Director General de Marruecos y Colonias al Gobernador General del A.O.E.”, 14 de abril de 1956, SHM, legajo 2, carpeta 7), la respuesta de Santayana fue clara y breve: «Recibida instrucción sentido político, no procede por mi parte solicitar refuerzo alguno salvo orden en contrario Sr. Ministro que estará más enterado» (“Radiograma del Gobernador General del AOE al Teniente General Jefe EM”, 15 de abril de 1956, SHM, legajo 2, carpeta 7), unos días más tarde presentó su dimisión que no fue admitida.

Pero el primer ataque no fue dirigido contra territorio español sino francés, las fuerzas del EL, bajo el mando de un antiguo suboficial francés llamado Ben Hammú, atacaron la posición francesa del Pozo de Choum el 10 de enero de 1.957 siendo rechazados por las tropas francesas, a pesar de las bajas que sufrieron los guerrilleros estos volvieron a hacer varios ataques que ocasionaron bajas de consideración a los franceses, pero estos apoyados en su superioridad material y con el apoyo de la aviación hicieron retirarse a los guerrilleros de vuelta al Sáhara español, perseguidos por los franceses que hacen ataques preventivos dentro del territorio Saharaui, lo que significaba que el territorio español había dejado de ser un santuario para el EL.

Tras estas derrotas la situación para  el Istiqlal se complica perdiendo fuerza ante Mohammed V, e intentando limpiar su imagen cambian de objetivo buscando uno más asequible, comenzando a realizar atentados en la zona española ante la inacción de Madrid, la guerra había comenzado.

Santayana, que sobre el terreno veía lo que se venía encima, no para de pedir refuerzos al Almirante Luis Carrero Blanco, este está atrapado como el régimen en una imagen muy favorable del mundo árabe y en especial del norte de África, pese a tener la certeza de que Rabat, y el Istiqlal, apoyaban he instigaban al Ejército de Liberación, en una visión ajena a la realidad culpabiliza al comunismo internacional identificando al EL, como instrumento de la Unión Soviética, intentando en todo momento no demonizar a Mohammed V, y su gobierno, obviando que Marruecos respaldaba dichas acciones.

Ante esta respuesta Santayana, opta por la colaboración discreta con el General Bourgund, jefe de las Fuerzas Militares del África Occidental Francesa (AOF), quien siempre estuvo dispuesto a ayudar con las fuerzas a su cargo para eliminar a las Bandas Rebeldes: «Une mission Espagnole arrive et répart ce jour de Fort-Trinquet. Elle est venue pour traîter une question de contrôle de population». (“Historique des faits de la Mauritanie”, SHD, documento 7U2570, p. 7), “una misión española ha llegado y partido hoy de Fort-Trinquet. Ha venido para tratar una cuestión de control de la población”.

El eufemismo “control de la población”, nos indica que es un acuerdo entre los dos militares sin sanción alguna por sus gobiernos. Santayana continuó enviando telegramas alertando de un ataque inminente al territorio español incluso días antes de su relevo por edad (jubilación),  pues tenía informes en ese sentido gracias a la colaboración francesa, su sustituto el General Mariano Gómez Zamalloa, al igual que él tuvo que seguir obedeciendo las ordenes que venían de Madrid, aunque una vez enterado el Gobierno de Franco de los contactos con los franceses no dio contraorden dejando hacer.

La situación fue empeorando paulatinamente y la espiral de violencia terrorista aumentando, se decretó el estado de sitio en la capital Sidi Ifni, y se siguieron solicitando refuerzos, pero desde Madrid se les ordenó simplemente hacer algunas detenciones, finalmente y ante las alarmantes noticias que llegaban desde África, el Gobierno autoriza el traslado de la IV Bandera, Legionaria al Sáhara, así como el envío de dos aviones B21.

El 16 de junio es atacada una sección de la Brigada Paracaidista en la zona de Tisguit Igurramen, lo que significaba un cambio de estrategia del EL, que pasaba de una campaña terrorista a otra de guerra de guerrillas. Ante dicha situación Franco convoca una reunión de la Junta de Defensa Nacional el 27 de julio a la que también llama a Gómez de Zamalloa, además de ambos asistieron: «el Almirante Carrero Blanco, los tres ministros militares el Almirante Felipe José Abárzuza, Ministro de Marina, el Teniente General Antonio Barroso, Ministro del Ejército, y el Teniente General José Rodríguez y Díaz, Ministro del Ejército del Aire y sus respectivos jefes de Estado Mayor (Alonso, 2010:155). Zamalloa insistió en la necesidad de refuerzos, pero Franco se negó repetidamente (Segura, 2006: 188). Ante la continua insistencia del Gobernador, Franco pasó de tutearle a tratarle de usted, señal inequívoca de su enfado, al mismo tiempo que uno de los asistentes le espetaba a Gómez Zamalloa un lacónico “Mariano, no insistas más” (Alonso, 2010: 145-146),    Juan Pastrana Piñero».

Finalmente de esta reunión salió el plan Madrid, que consistía en presionar al Gobierno marroquí, para que controlase a los guerrilleros, tras esto se pasaría a un ataque aéreo y por último un ataque de unidades motorizadas que terminarían de expulsar a la fuerza guerrillera, con todo lo más favorable de la reunión fue la aprobación oficial de colaboración con Francia que si le dio a Zamalloa, la libertad de celebrar una reunión con Bourgund, en Dakar.

Mapa ataque EL. 23 de Noviembre 1957

Los ataques, escaramuzas y asesinatos selectivos del EL, fueron en aumento en los meses de septiembre y octubre, mientras que la vía diplomática que tanto se defendía desde Madrid, hacia aguas.

Finalmente el 23 de noviembre de 1957, el Ejército de Liberación atacó por sorpresa todos los enclaves militares del territorio español, de nada había servido la insistencia de Santayana primero y de Zamalloa después, avisando de la gravedad del asunto y solicitando refuerzos ante las claras evidencias de lo que estaba ocurriendo en el territorio de AOE, si sus peticiones se hubieran atendido seguramente no se habría podido evitar el levantamiento pero el refuerzo militar de la zona, junto a la alianza con los franceses habría sido un poderoso argumento de disuasión, en vez de la inútil insistencia diplomática ante Rabat.

Los primeros momentos fueron de incertidumbre, con todos los puestos y avanzadas en el territorio de Ifni rodeados por el Ejército de Liberación, con las comunicaciones cortadas, todo se redujo a defender Sidi Ifni, e intentar rescatar a las unidades rodeadas por el enemigo, por otro lado la falta de armamento se suple con imaginación que a veces funciona y otras no, por ejemplo se propone hacer un ataque aéreo con un Heinkel He-111, pero sorprendentemente no hay bombas, entonces un teniente paracaidista apellidado Frías, inventa un original sistema, acopla una granada a un bidón de gasolina a la cual se le quita la espoleta en el momento del lanzamiento y que al explotar tenía un efecto parecido al Napalm, la “bomba Fías”.

Una vez estalló el conflicto el gobierno despertó del sueño de amistad hispano-marroquí y las tropas comenzaron a llegar: Escuadrón Paracaidista del Ejército del Aire, I Bandera Paracaidista, IV y IX Banderas de la Legión, Grupos Expedicionarios de los Regimientos Santiago-1, Artillería-19, Extremadura-15, Guadalajara-20, Pavía-19, San Fernando-11, Castilla-16, Soria-9, Cádiz-41, Belchite-57, Fuerteventura-53, Wad Ras-55, Ultonia-59, además de unidades de apoyo, aéreas y navales.

La táctica marroquí era la típica de guerrilla, atacaban cuando tenían superioridad táctica y numérica, retirándose y rehuyendo el combate al ver venir tropas superiores, esto fue así durante los primeros meses de combate hasta recibir los refuerzos de la península.

El 9 de diciembre de 1957, ante los rumores de intervención de las Fuerzas Reales Marroquíes (FMR), debido al movimiento de tropas entre Agadir y Mirlef, Franco, ordena a la Armada hacer un demostración de fuerza con un simulacro de zafarrancho de combate delante de la ciudad marroquí de Agadir, una agrupación naval compuesta por los cruceros: Canarias y Méndez Núñez y los destructores, José Luís Díez, Gravina, Escaño y Almirante Miranda, se sitúan frente a la ciudad haciendo dos pasadas una por babor y otra por estribor con las torretas giradas apuntando hacia la ciudad; esta controvertida acción disuasoria no está claro si fue un error o no, ya que no se tenía intención de disparar sobre una ciudad sin defensas, una acción así habría traído consecuencias internacionales a una España que a toda costa quería salir del aislamiento, su acción hubiera sido más efectiva dando apoyo con sus cañones a las   tropas españolas en Sidi Ifni, rodeadas por el EL.

Otro factor a tener en cuenta es que el propio monarca alauita no tenía todavía el control total sobre el país en su lucha política con el Istiqlal y sobre el Ejército de Liberación al que trataba de absorber en las Fuerzas Reales Marroquíes recién creadas por el futuro Hassan II, quien amenazó con derribar a cualquier avión español que se internase en espacio aéreo marroquí llevando a cabo acciones de represalia contra las fuerzas españolas en el caso de producirse un ataque (Ouardighi, 1979: 94), aun así el gobierno marroquí sí que tomó nota de lo que podía ocurrir si seguía con el apoyo implícito del ejército a los guerrilleros insinuando la entrada de las FRM, en el conflicto.

Esa Navidad de 1.957 tuvo lugar un hecho al más puro estilo de Hollywood, para levantar los ánimos a la tropa en Ifni, la actriz y cantante Carmen Sevilla, el humorista Miguel Gila y la cantante Elder Barber, se desplazaron hasta Sidi Ifni, en donde actuaron para la tropa allí desplazada, aunque no para toda, como nos cuenta el soldado Diego Sánchez Cordero: “la tropa guapa, claro está, los elegidos, los que mejor quedaban en el NODO. De nosotros, los feos, no se olvidaron, nos montaron en camiones, por turnos, y nos llevaron al Cine Avenida a ver El último cuplé. No, estas Navidades no fueron malas, no fueron buenas, fueron distintas, esas Navidades que se recordaran siempre (…)”.

Tras el ataque conjunto a todas las posiciones militares españolas, estas quedan aisladas cayendo las más pequeñas o pasándose al enemigo los puestos de policía nativos, desde Sidi Ifni, se hacen operaciones para liberarlas pero una vez conseguido el objetivo son abandonas replegándose todas las tropas a la capital en donde se reagrupan con las nuevas tropas llegadas desde Canarias y la Península, lo que al principio fue un caos ante los ataques guerrilleros va cambiando, las fuerzas españolas aprenden rápidamente a combatirlos y aunque hubo grandes errores que llevan a emboscadas se consigue detener el avance enemigo.

Ante un territorio abrupto, desértico y sin ningún tipo de interés (es una zona sin recursos), Franco decide mantener la capital y abandonar el resto del territorio formando un perímetro de 20Km alrededor de Sidi Ifni.

La situación en el Sáhara es totalmente distinta, comienzan a llegar tropas mejor armadas y preparadas, apoyadas con unidades motorizadas, carros de combate y aviación, además la alianza con los franceses funcionó a la perfección, pues si en el territorio de Ifni solo se había dedicado a pasar información sin traspasar la frontera marroquí, en el Sáhara será una verdadera alianza, en donde conjuntamente ambos ejércitos lucharan por expulsar al EL.

Españoles y franceses cierran el norte de la frontera para evitar que los guerrilleros puedan huir hacia Marruecos, a la vez que dos columnas hacen lo mismo desde el sur, una desde el Sáhara y otra desde Mauritania, envolviendo a los guerrilleros y recuperando todo el territorio; hay que tener en cuenta que la población saharaui que al principio había apoyado al E.L, pues la propaganda marroquí vendía la unión entre el pueblo saharaui con su causa, no tenía un sentimiento nacionalista marroquí y al darse cuenta que simplemente es el cambio de un colonizador por otro, regresa a su casa a esperar y ver qué ocurre.

La propaganda del régimen minimizaba los efectos de la guerra que nunca se presentó como tal sino como conflicto, hablando de bandas armadas incontroladas sin identificar al enemigo con Marruecos, el NO-DO (Noticieros y Documentales Cinematográficos), que tenía en exclusividad la información y cuya proyección era obligatoria antes de la exposición de cada película en los cines, ofrecía una visión totalmente sesgada pasada por el tamiz de la censura, en ella no se habla de los combates, ni aparecen los caídos aun cuando el Ministerio del Ejercito publicaba las bajas en notas de prensa que a su vez diarios como el A.B.C., recogían y ensalzaban como héroes. La estrategia de comunicación del Régimen trato de minimizar toda información ocultando las derrotas o las pérdidas de territorio que se describen como reconfiguración de líneas, ofreciendo solo aspectos secundarios del conflicto.

Una guerra que no había comenzado no podía tener un final, el territorio perdido en Ifni no fue jamás recuperado, pasando a Marruecos tras las negociaciones entre los dos países. El 1 de abril de 1.958 se firmaron los llamados Acuerdos de Angra de Cintra por los que se cedió Cabo Juby (con capital en Villa Bens, actual Tarfaya) a Marruecos en junio de 1.958 quedando solo la capital Sidi Ifni en poder de la administración española, Poco después el general Zamalloa recibió un simple telegrama de Madrid: “Representantes de bandas armadas asegura que a partir de las doce horas día 30 de junio se pondrá hará alto al fuego ese sector. Observen cuidadosamente actitud de enemigo extremando precaución. Fuego propio totalmente prohibido. Aviación no deber volar.” La guerra había terminado.

Las bajas españolas ascendieron a 199 muertos, 558 heridos y 166 desaparecidos y el régimen volvió a pecar de desidia con sus hombres, hubo prisioneros retenidos en Marruecos hasta mayo de 1.959, con un trato especial por parte de los marroquíes, así lo relata Alfonso Carlos Alsúa, hecho prisionero en un puesto de vigilancia junto con otros ocho compañeros, les desarmaron de sus fusiles «naranjeros» y les metieron en un autobús, «atados al asiento con cuerdas por el cuello, las muñecas y los pies». «Estuvimos seis meses encerrados sin ver el sol. Nos pegaban sin motivo. Nos hacían ponernos de puntillas junto a una pared con la cabeza apoyada. Cuando te caías, te golpeaban con la culata del fusil o a patadas. O te quitaban pelos del pubis y te los metían en la boca». «Nos apuntaban con las armas haciendo con la boca ¿pum! para asustarnos». « No llegaron a matar a ninguno, pero hirieron a uno en una pierna con una bala que dijeron perdida».

La publicación en la prensa francesa de la liberación en ese mismo año de un prisionero francés de origen corso, reveló que había prisioneros españoles en Marruecos. El Alto Mando español tenía conocimiento de los prisioneros, pues había enviado cartas a sus familiares que así lo indicaban pero hasta entonces no había hecho nada para su liberación, fue la difusión de la noticia en la prensa la que sacó de la inacción al gobierno español y obligó a mover su diplomacia con sumo cuidado de no ofender al “hermano marroquí”, liberando un total de 40 prisioneros entre los que se encontraba una mujer y dos niños, vendiéndolo como un triunfo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la inteligencia española.

De las bajas marroquíes no se tienen datos ya que el gobierno de Rabat no facilita ninguna información.

El conflicto fortaleció a Mohammed V, gracias a la desaparición del Ejército de Liberación integrado en las FRM, Marruecos se queda con todo el territorio de Ifni salvo la ciudad de Sidi Ifni que sigue en manos españolas hasta 1.969 cuando por fin es entregada definitivamente a Marruecos.

España, aprendió una dura lección militar y comenzó a reforzar con tropas entrenadas y provistas de material moderno a las ya existentes en el  Sáhara, las experiencias de esta guerra transformaron y modernizaron el ejército, los soldados recibieron todo lo necesario para llevar a cabo maniobras en el desierto, como siroqueras, botas, cascos metálicos, o gafas, actualizando el armamento con uno de los mejores fusiles automáticos de la época el CETME.

La guerra de Ifni–Sáhara fue el resultado de una nefasta política exterior con Marruecos, Franco y su gobierno presos de sus orígenes mantuvieron una ceguera pertinaz ante los acontecimientos que se sucedían, haciendo oídos sordos a todas las voces que advertían lo que se venía encima, envueltos en una falsa amistad hispano-marroquí que como la historia ha demostrado nunca existió.

La avidez territorial de Marruecos no tuvo la respuesta necesaria por parte española quien aún ganando la guerra acabó entregando un territorio que tenía que haber entregado en su momento, lo que quizás hubiera evitado el enfrentamiento, esa misma avidez llevara más tarde a los sucesos del Sáhara de 1.976, donde tras la retirada española, la República Árabe Saharaui Democrática, es invadida y ocupada por Marruecos provocando un conflicto que aún hoy día continúa sin resolver y que aviva los continuos desafíos del “hermano marroquí”.