El film no pasará a la historia del cine, pero nos da una visión del carácter de los italianos, acostumbrados a sacar una sonrisa en la situación más difícil y de cómo su sentido del humor tan especial, no exento de cierto conformismo, les ayuda a sobrellevar sus avatares… y si la cosa se pone dura, cogen la mandolina y un par de tenores aficionados y entonan un “O sole mio”, en menos que lo canta un gallo.

Las pasadas elecciones en el vecino país nos han dejado un regusto a opereta. Al contrario que otros columnistas, yo no creo en que el resultado sea el de una Italia ingobernable. ¿Existió alguna vez, en nuestra era, una Italia gobernable? Tal vez esta vez hayan rizado el rizo y la melodía saliente de la mandolina chirrié un poco, pero acabará sonado. No sé cómo, pero sonando.

Y la culpa no la tienen los votantes. Analizando la situación nos encontramos con un peculiar panorama. En primer lugar el nombre de las coaliciones que se presentaron a las elecciones es de lo más pintoresco y contradictorio. El ¿partido? hasta ahora en el gobierno se hace llamar: “La elección cívica”, cuando es un grupo de tecnócratas impuesto por la Unión Europea (léase Merkel) que poco o nada han podido hacer para paliar la situación actual. La  coalición se presentó con el nada sugerente nombre de: Con Monti por Italia, es decir, alguien a quien jamás han elegido los italianos debe salvar a la patria. Los resultados han sido los esperados: el menos votado de los que han obtenido representación parlamentaria.

El teórico ganador con más de diez millones de votos ha sido Pier Luigi Bersani del Partido Democrático, y que sin embargo, no podrá formar un gobierno estable porque el partido de Berlusconi, un político a quien le encanta que le toquen la mandolina, ha obtenido cerca de diez millones de votos y la parte más suculenta del Senado Italiano. El regreso del “cavalieri” es sorprendente, tanto como el nombre de su coalición: El Pueblo de la libertad. Tiene bemoles la cosa. Y no obstante, hay que respetar la opción de tantos millones de ciudadanos. ¿Le han sido perdonados sus pecados? ¿También les gusta la mandolina a sus votantes? No sé, pero el resurgimiento de Berlusconi sólo es comparable a la irrupción del tercero en discordia: Beppe Grillo.

Un cómico, sin experiencia política y con una coalición con nombre de hotel de costa: Movimiento cinco estrellas, ha conseguido cerca de nueve millones de votos. Esto da mucho que pensar… a todos los europeos. Tal vez la solución sea ésta: mucho humor y mucho sentido común, que la clase política ha convertido en el menos común de los sentidos. Quizás el recurso para nuestras desdichas fuera una coalición presidida por el Gran Wyoming, sobrado de humor, sentido común y agudeza mental.

Siguiendo el símil, ¿se imaginan a Wyoming en coalición gubernamental con Rajoy o con Rubalcaba? ¿Se lo imaginan firmando el concordato con la Santa Sede? Pues eso es lo que les espera a nuestros vecinos mediterráneos, eso, o nuevas elecciones.

Paralelamente, y en la misma Italia, la dimisión del último Papa deja vacante el sitial de San Pedro. Como no está bien visto un corte de puñetas de tan alto dignatario, Benedicto XVI ha optado por lo más sensato y olvidarse de las disputas que, sí, son de este mundo. Desde la tarde del jueves Su Santidad –  que seguirá conservando este título –  ya no es infalible y, ya liberado de tanta carga, puede dedicarse a sus libros y a tocar la mandolina, si es que le gusta.

Ahora el jefe es el Camarlengo, y pronto tendremos una reunión o cónclave, de orondos señores vestidos de púrpura y llenos de puntillas, que con toda la pompa y boato que requiere el asunto, elegirán al representante de Dios en la tierra. Durante sus deliberaciones y votaciones, seguidas de la esperada “fumata”, permanecerán totalmente aislados. ¡Se imaginan ustedes la cantidad de chistes y chismes que se contarán en su obligado retiro! Que si mira que casulla lleva, que si está viejísimo, que a saber en qué iglesias habrá ejercido…Y sobre todo, ¿se imaginan qué movimientos, acuerdos, coaliciones y desacuerdos se montaran para elegir al definitivo sucesor? ¿Habrá entre los candidatos alguien con sabiduría, humor y suficientemente risueño para equilibrar los deberes de su cargo con el principio aristotélico de la risa sana?

Así que Italia se encuentra con el sillón de presidente vacante, la silla de San Pedro también y paralelamente Iberia quiere ir a la huelga. Malos tiempos para ir de vacaciones a Roma… a menos de que se lo tomen con mucho humor.

Personalmente, veo positivo quitarle un poco de la falsa seriedad e hipocresía en que está imbuida la política y abrir  nuevas perspectivas, para que de los pueblos fluyeran opciones validas y novedosas. Sería interesante ver el rostro impenetrable de la Merkel, enfrentándose a Grillo y a Wyoming; antes de que pudiera decir algo, ya le habrían hecho media docena de chistes, algunos con mandolina incluida.

Como dice Serrat: puestos a escoger, soy partidario de las voces de la calle, más que del diccionario; prefiero un buen polvo a un rapapolvo… y la Revolución a las pesadillas.