Puede que a veces, el año que estamos dejando atrás no resulte como inicialmente lo esperabamos; sin embargo, siempre tenemos nuevas oportunidades con el Nuevo Año que pronto empezará, para poder llenarnos de esperanza y motivación. Así que para muchos de nosotros, los privilegiados, nos toca  celebrar y recibir el Nuevo Año, que nos está esperando.

Así que debemos aprovechar que seguimos vivos para recordar todos los momentos vividos a lo largo del año, algunos nos harán reír, otros nos harán reflexionar bastante, y también nos causarán un poco de tristeza.

Para mí, es importante tomar en cuenta  la suerte de compartir muchas cosas buenas a lo largo de este año con las personas que nos rodean al igual que aquellas que se encuentran lejos y que forman parte importante en nuestras vidas,  pensando que de todas las experiencias compartidas se aprende, y que se puede sacar siempre algo positivo.

Seguramento a muchos lectores les inquieta e interesa lo que pasará en un futuro cercano, pues con todo lo que pasa en el mundo preocupa que se de un panorama bastante oscuro de la economía global, de igual forma los efectos del calentamiento global y un  conflicto serio a nivel mundial.

Solo esperemos que en estos días de tanta maldad, y sin dejar de tomar en cuenta la tergiversación de las doctrinas bíblicas, que manipulan algunos lideres religiosos utilizados por políticos para su beneficio y viceversa,  logremos sobrevivir a un mundo decadente, contaminado, corrupto, frívolo y hostil, y, darnos por muy afortunados.

¿Y cómo tratar de cambiar esto?  Lo primero que debiéramos de hacer es corregir lo que hay en nuestros hogares, tomar más consciencia y no dejarnos poseer por el espiritu de la indiferencia y mundanalidad; y nos olvidemos de los buenos deseos y propositos que cada año nos proponemos en estas fechas de fin de año. Algo difícil debido a la implacable competencia y al egoísmo que a veces vivimos. Dejando que todo a nuestro alrededor vuelva a oscurecer, que nuestras esperanzas se desvanezcan, y que sean reemplazadas por odios y reconres al confrontarnos unos con otros, quizás dando inicio en el seno familiar, o con nuestros vecinos, en el colegio, en el trabajo, los negocios o en la vida política.

Creo que lo importante es no dejar que ese espiritu de la navidad y todo lo que nos proponemos para el año nuevo vaya desapareciendo conforme pasan los meses. Qué si tan solo lograramos comprender los  desafíos que enfrentamos, nos ayudará a entender que nos llevan a una nueva etapa de desarrollo, a un nuevo grado de existencia humana. Y para ello debemos contruir una sociedad más fraterna, con desinteresado esfuerzo por parte de mujeres y hombres

Pero como dicen, “el papel aguanta con todo”, y poco importa lo que se exprese, porque la realidad es que vivimos en sociedades enfermas, donde el bienestar y una vida digna está reservado para una minoría y el resto de la gente vive resignada sin siquiera imaginar un mejor futuro, debido a que han asumido sus carencias y dificultades para sobrevivir como parte de su existencia. Estamos condicionados a las políticas económicas y sociales que no satisfacen las necesidades de aquellos sectores sociales sumidos en la pobreza, donde ven vedadas sus esperanzas de progreso y por ende condenandos a la miseria y a la abismal desigualdad social y étnica.

Así pues mis estimados lectores que solo me resta de forma positiva, desearles los mejores deseos para las fiestas de fin de año, que el amor sea el ingrediente principal de esta Navidad y el año que comienza. Y sobre todo, recordarles que el mensaje bíblico es claro al decirnos que no hay auténtica paz, ni verdadera reconciliación, sin un firme propósito de construirlas.

En el caso de Guatemala, como el de muchos otros países, es muy necesaria  la lucidez en medio de las sombras que amenazan a una incipiente y frágil convivencia democrática, para evitar que los pobres sean los menospreciados e ignorados de siempre.