Esta no es la España que quisieron mis padres y mis abuelos, ni mis amigos y vecinos en su plenitud de emigrantes, inmigrantes allí, en aquel extraño país enorme – casi seis veces España –, un enorme desierto al extremo sur de América, con todos los climas; con el frío intenso del sur al lado de la Antártida, con calor a veces inaguantable en el extremo norte – al lado de Paraguay, Brasil, y Bolivia – con agua a raudales abrazando una Mesopotamia que llega hasta el mar que cruzaron los descubridores españoles y portugueses; un país que es tan joven, tanto que yo –que todavía vivo- cumplo la mitad de la edad de su arquitectura de derecho, su constitución nacional y su organización federal, existe hace sólo ciento sesenta y cuatro años. Todos ellos fueron emigrantes a Argentina.
Mi sangre cruzó el mar contenida en mis abuelos andaluces, mi abuelo catalán, mi abuela madrileña -portadora de la de sus padres, desde Valladolid– y la de mi padre madrileño .
Fueron acogidos de alguna manera, y allí desarrollaron sus vidas. Todos ellos anhelaban una España inteligente, desarrollada, que fuera vivible en todos los sentidos, sin guerras intestinas y sin miserias, eso añoraron para su descendencia, ya que no había podido ser para ellos. La España de todos ellos, que es la mía.
Y aquí estamos.
Cuarenta años después de una guerra inaudita, y volando sobre los últimos cuarenta de transición política y económica, seguimos sin querernos entender, inmersos en una desigualdad absurda; las dos Españas, que no es ninguna, sin intención alguna de remar para un destino; pareciera que con estos maderos poca leña fuerte haremos.
Hemos venido sacando telas de arañas, y que mal nos hace analizar el presente. La dirigencia política no nos ofrece ningún proyecto de país; qué les pasa¡¡
Qué programas concretos, ilusionantes, presentan, salvo el de quedarse con todo el poder a machamartillo, sea como sea, caiga quien caiga.
La Autoridad máxima del Gobierno dispone en su currículum de un desconocimiento total de la conducta de los nefastos personajes que tiene en su propio equipo; dice que le engañaron, que él confiaba, pide disculpas, pero antes tranquiliza a los mismos ladrones, ofreciendo seguridades a su favor, y por escrito. Es muy difícil entender esta contradicción moral.
La ética es la base inexcusable de la política, de no ser así, no habrá política sino falsedad disfrazada con eufemismos.
Y ahora están preocupados de que algún otro desequilibrado les acuse. También les estará engañando –preguntamos– o nueva y oportunamente ignorarán que el nuevo acusador les estaba “engañando“, y la culpa acabará siendo del sector “ignorante” del pueblo español, que elige a algún desequilibrado.
Las dos Españas, la que vota a varios desequilibrados, y la que vota a los buenos, inmovilistas que no abandonan el poder. ¡Vaya por Dios¡, que democracia incomprensible .
Escucho expresiones de algún Señor de la comunidad empresarial, continuador de otro Señor que está en la cárcel, que piden que la gente cada vez esté peor pagada, con menos derechos, por supuesto, y lo dice al lado de otro Señor que está siendo juzgado por engañador y que ocupa la vicepresidencia de la entidad, todos ellos junto a la ex dirigencia de casi todos los Bancos y Cajas. Y un coro de ángeles, que manejan la educación, la sanidad, la cultura, el trabajo, la economía, las finanzas.
Se cumplen dos años y medio de Gobierno y no me olvido de aquellos que en períodos anteriores no supieron hacer el proyecto de la España del futuro. Esta España de hoy es la que a los españoles nos tiene desconcertados. Es la que no querían los emigrantes–inmigrantes .
Veremos qué pasa.
GRACIAS POR TUS PALABRAS ESCRITAS
IMPECABLE CURRO.