HISTORIA

Fue creada en San Luís, Missouri (EE.UU) en 1901. Su fundador, John Francis Queeny, un químico de la industria farmacéutica fundó la compañía con capital propio.

Produjo y comercializó el agente naranja, usado durante la guerra de Vietnam y responsable de la muerte en la población vietnamita de unas 400.000 personas y unos 500.000 nacimientos de niños con malformaciones, además de las bajas en el propio ejército estadounidense. En la actualidad está prohibido.

En sus primeros años, distribuyó sacarina y también proveyó de edulcorantes a Coca-Cola, haciéndose uno de sus principales proveedores.

En la década de 1920, expandió sus negocios para la química industrial, como por ejemplo ácido sulfúrico.

En la década de 1940, fabricaba plásticos, incluyendo poliestireno y fibras sintéticas.

Fue productor de la hormona sintética somatotropina bovina (rGHB recombinante). Estudios científicos prueban que esta hormona provoca cambios en la biología de las vacas: mastitis, esterilidad y un aumento de la hormona del crecimiento y de otras hormonas en la leche producida. También existen estudios que tratan de probar que la hormona es inocua. Dada la divergencia, la leche de las vacas tratadas con rGHB está permitida en muchos países, pero está prohibida en Canadá y la Unión Europea.

Produjo y comercializó el DDT y el PCB (policloruro de bifenilo) o askareles, químicos causantes de graves daños para la salud humana y el medioambiente. Por sus características anti-inflamables, la mayoría de los aceites dieléctricos con PBC se usaron principalmente en áreas con alto riesgo de incendio: plantas industriales, transportes públicos de tracción eléctrica (tranvía) y en la industria petroquímica. Ambos están hoy prohibidos.

En el año 2005, fue condenada a pagar 1,5 millones de dólares por sobornar a las autoridades de Indonesia para introducir algodón transgénico en ese país.

En el año 2006, fue condenada en Francia por publicidad engañosa sobre las falsas propiedades del herbicida Round Up.

En el año 2010, fue condenada en EE.UU a pagar 2,5 millones de dólares por cometer más de 1700 violaciones en normas de bioseguridad.

¿QUÉ HACE MONSANTO EN LA ACTUALIDAD?

Contamina los campos, se mete en propiedades ajenas para coger muestras y si averigua que allí crece cualquier planta GMO (organismos genéticamente modificados), entonces entablan una demanda diciendo que esa cosecha es suya. Es una forma de hacer dinero,  ya que los granjeros no pueden luchar en los tribunales contra ellos y acaban pagándoles porque no tienen otra opción.

Pero el tema no es tan sencillo. ¿Dónde pueden encontrar los granjeros semillas “normales”? ¿Cómo pueden evitar que sus campos se contaminen de cosechas GM? ¿Cómo pueden impedir que los detectives de Monsanto entren sin autorización en propiedad ajena o que utilicen helicópteros para sobrevolar los campos en misiones de espionaje?

Han hecho, y siguen haciendo, muchísimas cosas para que ni los granjeros, ni nadie, puedan comprar, recoger y guardar semillas “normales”.

Han comprado las compañías de semillas de gran parte de EE.UU.

Han redactado leyes sobre semillas Monsanto y han conseguido que los legisladores las aprueben, haciendo que la limpieza, recogida  almacenamiento de semillas resulten tan caras en términos de tarifas, papeleo, pruebas y que estén sujetas a tantas multas, que han logrado que casi sea imposible obtener semillas “normales”.

Monsanto presiona para que no se aprueben leyes contra el etiquetaje de sus propios animales y alimentos GM y, así, exportarlos a otros países.

Además, Monsanto obliga bajo contrato a los agricultores que compran sus semillas a renunciar a la compra de cualquier otro producto, como abonos, fitosanitarios, etc.,  que no sea fabricado por ellos, lo que les hace “prisioneros” de la compañía.

Los granjeros viven con miedo y las comunidades agrícolas se están yendo a pique por el clima de sospechas que Monsanto ha creado.

TRANSGÉNICOS, CÁNCER Y CORRUPCIÓN

En septiembre de 2012, Gilles-Eric Séralini y su equipo de la Universidad de Caen, Francia, publicaron los resultados de alimentar durante dos años a ratas de laboratorio con maíz transgénico NK603. Mostraron que produjo tumores cancerígenos y otros daños severos en las ratas. Si comparamos en extensión de vida con las personas, el cáncer y otros problemas empezarían a aparecer después de varios años de consumo, probablemente antes en los niños.

El estudio de Francia mostró resultados tan graves, que se ha convertido en un caso paradigmático, tanto sobre los riesgos de los transgénicos, como por revelar la corrupción de científicos y agencias reguladoras, mostrando que el sistema que utilizan para evaluación de riesgos es altamente deficiente.

TRANSGÉNICOS EN LA UNIÓN EUROPEA

El cultivo de transgénicos creció en España en 2012, mientras bajó en casi toda Europa, con Polonia a la cabeza en el movimiento anti-transgénicos.

El cultivo de OMG registró un importante crecimiento en España durante el año 2011, mientras que retrocedió en la mayoría de países europeos, según informó la organización ecologista Amigos de la Tierra.

En 2011 se autorizó el cultivo en la UE de dos tipos de transgénicos: el maíz MON810 de Monsanto y la patata Amflora, de la química alemana Basf.

España pasó en un solo año de 67.700 a 97.300 hectáreas de cultivos de maíz transgénico. Otros países donde aumentaron esos cultivos, aunque en menor medida, fueron Portugal y la República Checa.

El crecimiento contrasta con la situación en otros estados miembros como Alemania, donde desde 2009 no se cultiva maíz transgénico, o Rumanía o Eslovaquia donde se ha registrado una reducción considerable.

El crecimiento en 2011 de este tipo de cultivos fue del 0,1%, frente al 4% que experimentó la agricultura orgánica.

Según Amigos de la Tierra, en los últimos cinco años la preocupación de los europeos por el impacto de las transgénicos ha crecido un 66%.

Por su parte, Greenpeace explicó que la caída de OGM en Europa se debe a la gran oposición de los ciudadanos y a la preocupación por su impacto ambiental.


MONSANTO EN AMÉRICA LATINA

La multinacional ha triplicado sus ganancias principalmente por las ventas en Latinoamérica de su maíz genéticamente modificado.

Las ventas de la compañía crecieron un 21%, equivalente a 2.900 millones de dólares en el trimestre debido a la demanda de Brasil y Argentina. Brasil es el segundo mayor productor mundial de alimentos genéticamente modificados, con una extensión de 30 millones de hectáreas de plantaciones.

Las semillas de Monsanto de maíz y de soja han sido modificadas genéticamente para producir más y, supuestamente, para repeler  los insectos.

MOVILIZACIÓN MUNDIAL CONTRA MONSANTO

El día 17 de septiembre de 2012 fue la fecha elegida por miles de organizaciones en todo el mundo para protestar contra la multinacional.

En las principales ciudades de Canadá, Argentina, Alemania, Ecuador, Paraguay, Brasil, Perú, Japón, Filipinas y en el propio territorio de EE.UU, se desarrollaron marchas para protestar contra la multinacional. La más importante se celebró en la sede principal de ésta, en Sant Louis, estado de Missouri.

La jornada fue convocada con la consigna principal de rechazar la proliferación de semillas transgénicas, OMG y agrotóxicos.

A fin de obtener ganancias, Monsanto hace lo que sea preciso: no duda en violar la ley, sobornar funcionarios, afectar la salud de la población o contaminar el ambiente. Citando a Norman Braksick, el presidente de Asgrow Seed Co. (propiedad ahora de Monsanto): “Si pones una etiqueta sobre un alimento genéticamente tratado, deberías poner también una calavera y dos tibias cruzadas sobre él”.