Los voluntarios actúan en ecosistemas diversos, desde bosques y ríos a estepas, costas o zonas húmedas, realizando acciones como plantar árboles, realizar tratamientos forestales, eliminar especies invasoras, limpiar las playas y fondos marinos, colocar cajas nido, etc.

El voluntariado puede ser de distintos tipos. Por un lado tenemos el voluntariado especializado, que permite a las entidades contar con la colaboración de personas capacitadas para llevar a cabo tareas específicas. Un ejemplo de esto lo encontramos en la laguna de Sils, Girona, donde el grupo BUFO realiza el seguimiento de la población de tortugas autóctonas.

Por otro lado, mediante el voluntariado corporativo, los trabajadores de empresas y organizaciones participan en jornadas en las que se hacen trabajos de restauración de ecosistemas. El objetivo de estas jornadas es dar a conocer los proyectos de conservación medioambiental a los voluntarios y hacerles partícipes de esta acción de conservación, involucrándolos en una tarea enriquecedora y totalmente nueva para muchos de ellos. Esta actividad hace a los voluntarios percibir su relación con la naturaleza de una manera muy diferente a lo habitual, dándoles la oportunidad de vivir una experiencia original y responsable con su entorno. Es la vía de entrada de la sociedad civil a los proyectos de conservación y tiene un importante efecto de concienciación y corresponsabilidad.

También existen los programas especiales de voluntariado. Un ejemplo interesante lo encontramos en “Avis per la natura”, que, bajo el lema “grandes personas por la naturaleza”, consistió en realizar una serie de jornadas de voluntariado ambiental destinadas a personas de la tercera edad, dándoles la oportunidad de participar en proyectos de restauración, al mismo tiempo que se promovía la actividad física y la cohesión social. Tenemos también el caso de “Actúa por la naturaleza”, un programa en el que participaron más de 700 voluntarios, consiguiendo metas como plantar 3.000 árboles, extraer 4.000 m2 de caña o limpiar de residuos 40 has.

Las nuevas tecnologías han hecho que nazca un nuevo tipo de voluntariado, en el cual las personas tienen la opción de poner su grano de arena colaborando con tareas de oficina y gestión, traduciendo textos, tomando fotos, haciendo vídeos, difundiendo información, participando en campañas, e incluso participando en programas de captación de fondos: donando los puntos obtenidos en bancos y cajas, reciclando cartuchos de tinta y móviles, o compensando las emisiones de gases de efecto invernadero. Si bien existe la discusión en torno a si este tipo de voluntariado puede ser considerado “ambiental” o no, creemos que, si existe la intención de contribuir a mejorar el ambiente, es una opción perfectamente válida.

Todos podemos trabajar para conservar la biodiversidad, desde diversos frentes. Tú también. Y puedes empezar por explorar y conocer tu entorno. ¡Aprovecha las vacaciones!

Ana Alcázar – Responsable de la Red social de Acciónatura

www.accionatura.org